Las aguas se han aclarado. Las izquierdas mexicanas, aunque ideológicamente queda por ventilar su significado, estarán unidas en torno a AMLO. “Primero el proyecto-dijo Reyes Heroles, después el hombre”. Con AMLO tenemos el proyecto de Nación, desde hace más de un año. En tanto en el PRI o lo que resta del que fuera un partido nacionalista y con tesis internacionalistas respetadas por las naciones extranjeras, se procede al contrario: primero el hombre y después el proyecto. Éste, en el PRI no existe. Menos aún en la estrecha mente de Des-Peña Nieto. Se concreta a repetir tres ideítas que resultan no solo inviables sino machaconas, carentes de originalidad:
1.- Privatizar aún más PEMEX. A esa ideíta Des-Peña Nieto le llama “audacia”. No es más que continuar la política desnacionalizadora que llevó a cabo Salinas de Gortari cuando por doce años gobernó, porque Don Miguelito De la Madrid ni se enteró que fue Presidente. Por esa idea aberrante, privatizar más a PEMEX, Salinas es el “Padrino” de Des-Peña. El choricero lo niega. Éste no entiende que privatizar más a PEMEX es quitarle los últimos reglones de financiamiento propios con que cuenta el Estado mexicano. Entregado del todo PEMEX, ¿de dónde sacará para obtener recursos cuantiosos para invertir que Fox y Calderón destinaron al gasto corriente? Por que ambos dos, como dijo el “Ignorante en Los Pinos”, no invirtieron algo que valga la pena en PEMEX. Se concretaron alegremente a “ordeñar” las riquezas del país y gastar con la irresponsabilidad de ebrios…en el último caso, literalmente hablando. Así, Des-Peña Nieto no sabe ni lo que dice. No tiene “telepronter inteligente”, si los hay. Porque en su caso es válida mi expresión: hay edificios “inteligentes” pero quienes los ocupan siguen siendo los mismos imbéciles.
2.- Incrementar la vinculación de México con EUA de NA. Eso fue a decirles Des-Peña Nieto a los yanquis hace unos días. Fue a endulzarles los oídos ¡como si necesitaran la cortesana anticipación de Des-Peña Nieto! Éste pretende que los mexicanos olvidemos que las consecuencias del TLC y la política extranjerizante impuesta por Salinas de Gortari ha derivado en la quiebra de miles de empresas mexicanas, desempleo, emigración y hambre. Y el hombrecito de Toluca pretende todavía “apretar más las tuercas”. ¡Por favor que el PRI le ponga un bozal!
3.-Mantener la “guerra” contra el narco. Es decir, seguir en la ruta de Calderón y su paranoia bélica. Su “guerrita” de Nintendo, como dijo “con todos los juguetes” que sirven para esa locura. ¿Acaso Des-Peña Nieto no entiende que ya basta de sangre? El país ya no resiste la hemorragia social que ha significado Calderón. México no puede ni debe seguir catatónico, permitiendo que se sigan elevando el número de asesinatos, mientras en el “otro lado” venden miles de armas que los causan. Mientras los yanquis siguen alegremente drogándose, con precios altos de los estupefacientes que mantienen prósperos negocios yanquis, con la sangre de mexicanos. Des-Peña Nieto a sabiendas que los yanquis “no tienen amigos, sino business” como dijo Foster Dulles, fue a ponerse de rodillas, al garantizar que los narconegocios yanquis seguirán viento en popa.
Rotundamente contraria es la propuesta de AMLO y sus seguidores. Vitalizar el mercado interno, recuperar la capacidad productiva del campo, promover la micro y medianas empresas, desarticular monopolios y propiciar la competencia, invertir en rubros con potencial productivo, recuperar la presencia internacional de México hoy por los suelos, revisar el TLC, etc., son algunas de las metas a impulsar. Una política de ese corte derivará en un país creador de empleos, detendrá la sangría de emigrantes, fortalecerá con una base productiva las finanzas del país, en pocas palabras permitirá ejercer una soberanía que se ha entregado a decisiones extranjeras. En otras palabras, se echará a andar un proyecto de Nación con metas propias, contemplando sin copiar los ejemplos suramericanos que han derivado en un crecimiento regional dinámico. Mientras el México de los “cangrejos del PAN-PRI” ve cómo crecen los países hermanos y nosotros nos hundimos en la mediocridad y la desesperanza.
Por eso y muchas razones más, México tiene la opción de retomar el camino de la expansión económica con menor injusticia. La ruta trillada del entreguismo PAN-PRI ha derivado en el México atrasado que vivimos. No repitamos el error de 2006.
