Teme por su vida el padre Solalinde

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El cura Alejandro Solalinde no lo niega: aunque su fe está inquebrantable, en su interior el miedo inunda su cuerpo. No obstante insiste en que ni muerto lo sacarán del Albergue para migrantes Hermanos en el Camino, al que ha dedicado los últimos cuatro años de su vida.

 


“Tengo miedo. Me siento extraño, así como una premuerte”, dice el sacerdote amenazado presuntamente por zetas por las denuncias públicas que ha hecho del secuestro de varias decenas de indocumentados centroamericanos a manos del crimen organizado.

Ayer, Solalinde recibió el respaldo de las autoridades eclesiásticas.
El cura narró una conversación que tuvo con el Obispo de la diócesis de Tehuantepec, Óscar Armando Campos Contreras.
“Yo le pedí tres cosas. Le pedí en primer lugar, siendo realista, no quiero llegar a eso, pero bueno, si me matan (que) no me dejen el albergue sin gente, que me manden un sacerdote para que esté ahí. Dos: ni muerto quiero salir de ahí. Ahí me quiero quedar; y tres: que me echara la bendición… y me dio la bendición muy sentida. Él entiende mi situación”, explicó en entrevista con Reforma.
“El Obispo me dijo que podía pedirme que me retirara en este momento del albergue para salvar mi vida, pero que no lo hace porque me conoce. Sabe que no lo voy aceptar, pero me pidió que me cuide”, agregó.
En tanto, en un comunicado conjunto, el Gobierno de México, a través de las secretarías de Gobernación y de Relaciones Exteriores, y en coordinación con las dependencias federales y estatales competentes, anunciaron que darán seguimiento al caso de los migrantes desaparecidos.
 

 

 

   Martha Izquierdo Agencia Reforma