Presupuesto público 2012: Isaac Leobardo Sánchez Juárez*

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Como es obligación del Ejecutivo, el pasado jueves se presentó el proyecto de Presupuesto público para el siguiente año, como se anticipaba, en materia de gasto la propuesta es inercial, algo sumamente acertado, ya que dicho proyecto será modificado por los políticos de San Lázaro; de hecho, anticipo que el déficit planteado de 0.2% del PIB será mayor –cercano al 1%–, por las elecciones presidenciales del siguiente año. El Ejecutivo está siendo congruente con su estrategia de austeridad y disciplina fiscal, elementos vitales para la estabilidad económica.

En los días que están por venir, los políticos seguramente presionarán para lograr un mayor gasto público, algo que ya ha sido previsto en el paquete económico que se entregó, por lo cual la meta de crecimiento económico planteada de 3.5% es alcanzable. Evidentemente, será menor si se confirma la entrada a un período recesivo de la economía norteamericana y se profundiza en el siguiente año la crisis de deuda en los países de la Unión Europea.

Respecto al crecimiento económico para 2012, es cierto que la cifra es sumamente reducida, pero es mejor que no presentar crecimiento, crecer siempre será complicado, especialmente para un país como México, cuya economía se encuentra altamente vinculada al ciclo de producción industrial en los EE.UU. (epicentro de la recesión) y con una población de más de 52 millones de personas en pobreza.

Volviendo al tema del Presupuesto, en este momento no resulta prudente aumentar el gasto público para lograr un mayor crecimiento económico (ciertos economistas argumentan que estas dos variables no se correlacionan positivamente), es mejor poner orden en la casa y profundizar reformas urgentes para lograr que la iniciativa privada finalmente actué como el motor de la competitividad. Lo segundo será difícil de lograr, por el ciclo político que se avecina, pero lo primero ya se ha realizado por parte del Ejecutivo y en ese sentido manda buenas señales al mercado. Paulatinamente la economía mexicana avanza a un escenario de manejo prudente de los ingresos y gastos públicos, lo que en poco tiempo se verá reflejado en los bolsillos de todos.

¡Claro que los avances son excesivamente lentos!, todos quisiéramos que fueran más rápidos. México es muy parecido a un estudiante perezoso, que por no hacer la tarea a tiempo, ahora enfrenta múltiples cargas y tiempo acotado. De haberse iniciado hace más de treinta años la disciplina fiscal, la democracia, el fortalecimiento al federalismo, la transparencia, el impulso a la competencia y el fortalecimiento de los mercados privados, las tasas de crecimiento económico serían notoriamente más elevadas y tendríamos mejores formas de enfrentar crisis externas.

Hoy en día, la economía mexicana tiene la difícil tarea de resolver los problemas estructurales y coyunturales. El gobierno, como todo agente, ha decidido concentrarse en lo coyuntural y hacer que la transición sea lo más estable posible, lo que se agradece, pero también debe señalarse que se dejan pendientes muchos temas. Entre los pendientes están: la mejora del sistema de justicia; la creación de un auténtico Estado de derecho; el respeto a la propiedad privada; la eliminación de la prácticas corporativistas; la profundización de la transparencia; la reducción del gasto público no necesario; la simplificación tributaria y administrativa; la calidad educativa; el fortalecimiento de los gobiernos locales, la seguridad, la violencia y la reforma política.

Por cierto, el World Economic Forum acaba de publicar las cifras de competitividad para el periodo 2011-2012 y México se encuentra en el lugar 58 de 142 economías, lejos de los líderes mundiales que son Suiza, Singapur, Suecia y Finlandia; incluso está lejos de los líderes latinoamericanos: Chile (31) y Puerto Rico (35). La no corrección de los problemas estructurales o bien su muy lenta atención ha generado que la competitividad se vea bastante lejana y con ello las posibilidades de alcanzar el desarrollo económico.   

En lo coyuntural, el paquete económico que se entregó se caracteriza por no crear impuestos, incluso desaparece uno de ellos (pago de tenencia). Se dice que se realizó para fomentar la seguridad, el crecimiento y el bienestar social. En realidad, sólo permite continuar con las actividades públicas tal y como se vienen realizando. Se proponen incrementos en el gasto de rubros estratégicos como son: el IFE, seguridad, justicia, educación, salud, vivienda, servicios a la comunidad y sistema penitenciario. Se proponen reducciones al sector agropecuario y de comunicaciones y transportes.

Le informo, el solo incremento del gasto no garantiza que en los rubros antes señalados se vayan a obtener grandes mejoras. De hecho, entre 2006 y 2010 se incrementó el gasto en seguridad en más de un 200%, en términos reales, y todos sabemos cuáles son los resultados. Ya no es tan fácil engañarnos, más gasto de gobierno no significa que las cosas vayan a mejorar, de hecho lo contrario es cierto. De aquí la importancia del equilibrio en las finanzas públicas.  

Para terminar, en 2012, de acuerdo con lo propuesto por el Ejecutivo, se planean realizar gastos por 3.6 billones de pesos, que se financiarán mediante los ingresos públicos, en caso de que esto no ocurriera el déficit sería cubierto con endeudamiento. Como en otras ocasiones, no se plantean recortes sustanciales en áreas no relevantes para el desarrollo económico nacional, labor fundamental ante un escenario crítico como el que estamos viviendo.

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* Profesor en economía de la UACJ, Miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI)