Los primeros días de gobierno: Luis Octavio Murat

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En la actualidad, como en el pasado histórico, pensar que haya habido gobiernos fáciles parecería aventurado, incluso, tomando en cuenta los principados hereditarios de la Italia de Maquiavelo, que obsesionado por la inestabilidad, los llamó demasiado estables, demasiado fáciles a los que solo le bastaba al gobernante (príncipe) “no sobrepasar los limites trazados por sus antepasados y contemporizar con los acontecimientos”. “Era suficiente tener una capacidad mediana y ya está”, tal y como sucede con varios gobiernos en Mexico que están iniciando la tarea, “Basta tener una capacidad ordinaria para mantenerse en el cargo”.

Sin embargo, la política no es una ciencia exacta por ser cambiante al tratar con individuos como su principal objetivo; lo que hace que la tarea de gobierno sea delicada.

Gobernar no es tarea fácil y menos todavía cuando no se tienen las capacidades suficientes, pues implica toda una suma de responsabilidades con diversos sujetos que componen la estructura social con diferentes y diversos intereses, sociales, políticos, religiosos, culturales, científicos, académicos; sujetos preñados de sentimientos que van desde odios, ambiciones, rencores, venganzas hasta propuestas de progreso y desarrollo de las comunidades; es decir, ni todo es negativo ni todo es positivo porque somos humanos alejados de la perfección.

En México hay gobernantes que cargan enorme peso repleto de tareas que se obstaculizan día con día; pero no por eso debemos considerar que su situación es injusta o adversa, tampoco la más incomoda como para rechazarla, porque si fuera así, el gobernante pediría licencia al Congreso de inmediato.

De manera, que no hay que exagerar, a fin de entender que los 365 días de un gobierno es el tiempo que algunos gobernantes tardan en entender lo que es y de lo que se trata la tarea de gobernar y, ciertamente, no es tiempo perdido pues la experiencia adquirida es valiosa como ninguna. Sin embargo, algunos aprenden otros no.

Napoleón Bonaparte necesitó cien días para reconstruir su ejército y retomar el gobierno de Francia, desde el día que escapo de la Isla de Elba y su derrota definitiva en Waterloo en 1815.

El presidente de Estados Unidos, Franklin D. Roosevelt, durante cien días de gobierno aprobó la mayoría de las leyes intervencionistas para luchar contra la Gran Depresión, más conocidas como el New Deal, en 1933.

Estos dos casos dieron origen para que a los Cien Días se les conozca como el tiempo suficiente que necesita un gobernante para aplicarse en el cargo. El efecto Trump todavía no lo logra.

Y es que individuos como Napoleón y Roosevelt no nacen todos los siglos.

Así que, vivir y aprobar la experiencia de gobernar significa el certificado de saber como y para que se gobierna; y que sin temor alguno mañana se podrá transitar por los poblados y ciudades a las que benefició con su gestión.

No es fácil gobernar, Morelos, Guerrero y Oaxaca, son claros ejemplos del grado de dificultad que representan al ser los estados mas difíciles y violentos del país, y en donde se encuentran más obstáculos para aplicar las leyes y programas de gobierno.

Héctor Antonio Astudillo Flores, diputado, presidente municipal de Chilpancingo, senador y candidato al gobierno de Guerrero, abogado, es gobernador desde el 27 de octubre de 2015 y ha sido amenazado por la Familia Michoacana; ha sido acusado de usar relojes con valor de 300 mil pesos, también de ”arreglar a billetazos” el asalto contra siete periodistas en la población de Acapetlahuaya; de hacer negocios bajo la sombra del poder; estar bajo la lupa de la revista Proceso, en fin, todo ello y más enfrenta Astudillo en una de las regiones más violentas del país y en la cual el crimen organizado ha sentado sus reales para la producción de droga.

Otro gobernante que enfrenta retos formidables es Graco Ramirez, gobernador del estado de Morelos, principalmente con el rector de la universidad de Morelos, Jesus Alejandro Jiménez, el obispo de Cuernavaca, Ramón Castro y Castro y el ex futbolista Cuauhtémoc Blanco.

Contra el rector, la Fiscalía de Morelos abrió investigación por el delito de peculado lo que originó que el rector fuera sujeto de una orden de aprehensión ordenada por un juez, aunque dos días después el rector consiguió un amparo para enfrentar en libertad las acusaciones.

Esta gestión jurídica propició que personajes de la talla de Cuauhtémoc Cárdenas, Emilio Álvarez Icaza, Alejandro Encinas y Javier Sicilia, abogaran a su favor señalando que Jesús Alejandro Jiménez, rector universitario, es víctima de una venganza del gobernador.

Las ánimos se desbordaron el pasado lunes cuando el obispo de Cuernavaca, Ramón Castro y Castro amenazó al gobernador, Graco Ramirez, con “echarle a todo el catolicismo encima si continuaba persiguiendo al rector”.

Los diferendos entre ambos no son nuevos, incluso, anteriormente el gobernador fue amenazado por el obispo con la ex comunión, y acusado de robarse las víveres para los damnificados de los temblores.

Gobernar Morelos no es sencillo, sobre todo, cuando el narco esta librando una guerra interna que incluye carteles de los rojos, La Empresa y Guerreros Unidos, enfrentamiento que ha propiciado un auténtico paraíso del crimen organizado y tráfico de drogas que devasta las estructuras sociales.

En Oaxaca las cosas no marchan diferente, según informes de la DEA, cuatro son las organizaciones que se disputan el trasiego de las drogas. El Cartel de Jalisco Nueva Generación es el más poderoso. Domina la franja costera del estado desde la frontera con Guerrero hasta Tapachula, Chiapas.

A lo anterior hay que agregar a las organizaciones sindicales y agrupaciones con propósitos corruptos muy claros como la Sección 22 de la cual hay antecedentes judiciales de su actividad criminal contra el Estado la cuál, esperamos, sea parte de la información contenida en el primer informe de gobierno.

De manera, que la tarea de gobernar no es cosa sencilla, sea nueva o madura; se inicie o este próxima a terminar; la tarea no es justa ni injusta, no es buena ni mala; solo es y ya.

Recordemos el reclamo de Martí en el sentido de que: “si no pueden renuncien”, y de esa forma nos dejamos de lamentos.

@luis_murat

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