Los primeros “100 días” de gobierno: Rubén Mújica Vélez

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Se ha adoptado esta meta taumatúrgica por los gobiernos, especialmente por los que representan o dicen significar una inflexión, un cambio obligado respecto del pasado. Se usa también como demostración de una presuntuosa eficacia inicial que…con frecuencia se vuelve agua de borrajas, nada. ¿Cuál es el origen de los famosos “100 días” iniciales de gobierno? Napoleón Bonaparte y su retorno a Francia y el poder.

En marzo de 1815, tras casi un año de reclusión en la isla de Elba (en abril de 1814 había sido obligado a abdicar flagelado por el descrédito y la impopularidad de su gobierno imperial), Napoleón protagonizó una espectacular evasión. Al frente de algo más de un millar de hombres, marchó sobre París. Casi nadie pensaba que triunfaría en esta nueva aventura. Por eso no resultó extraño que el periódico “El Constitucional” publicara una reseña noticiosa cuyo título rezaba: “El sanguinario ogro ha abandonado su guarida”. Cuando el corso desembarcó en Francia, el mismo órgano de prensa cabeceó el siguiente titular: “El bandido de Córcega está en Francia”. Sin embargo, en los siguientes días Bonaparte avanzaba victoriosamente y por doquier se le sumaban entusiastas simpatizantes La dirección de “El Constitucional”, ni tonta ni perezosa, cambió sus titulares: cuando Napoleón llegó a Grenoble, en su ruta hacia París, el periódico desplegó el siguiente epígrafe: “Bonaparte se encamina hacia París”; tres días después el encabezado era: “Napoleón prosigue su avance triunfal”; dos días después cambió a este tono: “Mañana hará su entrada en París el Emperador de los franceses”. Cuando Napoleón había entrado a la capital francesa, publicó una nota que encabezaba con las palabras que siguen: “Su Majestad Real e Imperial ha llegado a la capital de sus Estados”  ¿Moraleja? El “cambiazo de chaqueta” tan viejo como universal, no es patrimonio exclusivo de los políticos.

Napoleón llegó a París el 20 de marzo de 1815; el 18 de junio la batalla de Waterloo selló su suerte definitivamente. Esos son los famosos “100 días” El 15 de julio de 1815 arribó a la remota isla de Santa Helena, ubicada en el sur de África, donde murió.… 

Otro político que usó el lema de los “100 primeros días de gobierno” fue Franklin D. Roosvelt al acceder a la presidencia de EUA en plena crisis económica. Fijó metas para ese periodo perentorio. La verdad es que sus medidas fueron idóneas pero insuficientes ante la gravedad de la crisis. El factor clave para alcanzar el pleno empleo en EUA fue el inicio de la Guerra Mundial II. Al grado que, por ejemplo, la producción textil mexicana suplió a la producción norteamericana orientada a producir uniformes militares. En México las plantas textiles trabajaron tres turnos de 8 horas. No había tiempo para darles mantenimiento. Esa situación caracteriza el uso arriba del 100% de la maquinaria. Roosvelt adoptó la meta de los “100 días” para demostrar su eficacia ante un severo juez: el pueblo.

Sobre los “100 días” primeros de gobierno, valdría la pena preguntar. ¿Los que lo proponen están seguros de no topar al final con su Waterloo, como Napoleón? Es decir, con la rigurosa vara de la justicia popular. Por que las metas de un gobierno cada vez más están sujetas a la burocracia, ese ente que “El Ché” Guevara identificara como obstáculo creciente entre los gobernantes y el pueblo. Burocracia que se reproduce y cubre espacios para no volver a cederlos a la iniciativa ciudadana. Irónicamente hay quien dice que en nuestros días, la burocracia necesita un tiempo inicial para como los animales “marcar su territorio”, después pugnar por más atribuciones y después de hablar del próximo partido de fut, atender a la ciudadanía que pacientemente se truena los dedos. En ocasiones, la burocracia deviene pantano en que se ahogan las demandas populares. 

rubenmv99@yahoo.com