¿Cómo vamos en materia de libertad económica?: Isaac Leobardo Sánchez Juárez

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El próximo martes 20 de septiembre, en la Ciudad de México, la Fundación Naumann por la Libertad, la Fundación Caminos de la Libertad y el Mexico Business Forum presentan el reporte más reciente de la libertad económica realizado por el Fraser Institute de Canadá, enfatizando el caso de México. Teniendo en cuenta esto, dichas organizaciones tuvieron a bien mandarme el reporte para que lo leyera, analizara y comentara en mi columna.

La libertad económica es uno de los elementos más importantes para lograr el bienestar de las personas, su aumento tiene un impacto positivo en elementos tales como el crecimiento económico, la inversión, el ingreso y el empleo, tan sólo por mencionar algunas variables. Sin libertad económica es francamente complicado lograr incrementos significativos en el nivel de bienestar de las personas.

Por otra parte, independientemente de sus ventajas en lo económico, la libertad es una necesidad de los seres humanos, no existe persona alguna que pueda desarrollarse a plenitud en un escenario de coerción y autoritarismo, es un hecho que la felicidad proviene de la posibilidad de ser libres. Por ello, aun y cuando los beneficios económicos de la libertad no fueran tan claros, es necesario defender la libertad porque es condición esencial de la integridad del ser humano.

En el reporte que se presenta la próxima semana se informa el estado de la libertad económica en el mundo, algo que es posible gracias a la dedicada labor del Fraser Institute de Canadá y un ejército de instituciones por todo el mundo. El índice que dicha institución construye da cuenta del grado en que las políticas y las instituciones de los países apoyan la libertad económica.  

En la construcción del índice se utilizan 42 parámetros que miden la libertad económica divididos en 5 grandes áreas: 1) tamaño de gobierno: gasto público, transferencias y subsidios, empresas e inversiones públicas, tipo impositivo marginal máximo; 2) estructura jurídica y garantía de los derechos de propiedad: independencia judicial, imparcialidad de los tribunales, protección a los derechos de propiedad, interferencia militar en el Estado de derecho y proceso político, integridad del sistema jurídico, cumplimiento legal de los contratos y restricciones regulatorias a la venta de inmuebles; 3) acceso a una moneda sana: crecimiento del dinero, desviación estándar de la inflación, inflación del último año y libertad de mantener cuentas bancarias en divisas; 4) libertad de comercio internacional: impuestos sobre el comercio internacional, barreras regulatorias al comercio, tamaño del sector comercial respecto a lo esperado, tipo de cambio en el mercado negro y controles del mercado de capitales y 5) regulación crediticia, laboral y de la empresa: regulación del mercado de crédito, regulación del mercado de trabajo y regulación a la actividad empresarial.

 

En el mundo la libertad económica media aumentó de 5.53 (sobre 10, donde 10 es libertad total y 0 restricción total) en 1980 a 6.74 en el 2007, pero cayó hasta 6.67 en 2008, y a 6.64 en 2009, último año para el que se cuenta con datos. Los diez países más libres en 2009 eran: Hong Kong con un índice de 9.01; Singapur (8.68); Nueva Zelanda (8.20); Suiza (8.03); Australia (7.98); Canadá (7.81); Chile (7.7); Reino Unido (7.71); Mauricio (7.67); y los Estados Unidos (7.60). Observe como un país latinoamericano se encuentra en la lista de los diez más libres. Por cierto, dicho país se encuentra en el ojo del huracán en fechas recientes por las manifestaciones estudiantiles en contra de una educación privada y ¡en contra de la libertad!, por increíble que parezca, existen personas que sin saber las consecuencias exigen menos libertades y más Estado.  

 

De llamar la atención es la forma en la que los Estados Unidos han reducido su grado de libertad económica durante los últimos diez años, las constantes reducciones han conducido a nuestro vecino del norte de las primeras cinco posiciones a la décima. Lo anterior es el resultado del alto gasto y endeudamiento gubernamental y puntuaciones menores en los componentes de estructura legal y derechos de propiedad. Al igual que los Estados Unidos, Venezuela, Zimbabue y Malasia han observado grandes disminuciones en cuanto a libertad económica, cayendo ocho décimas de punto entre 1990 y 2009.

 

¿Cuál es la posición y puntaje obtenido por otras grandes economías? Alemania, 21 (7.45); Japón, 22 (7.44); Francia, 42 (7.16); Italia, 70 (6.81); México, 75 (6.74); Rusia, 81 (6.55); China, 92 (6.43); India, 94 (6.40); y Brasil, 102 (6.19). Los países con menos libertad económica son: Zimbabue, 141 (4.08); Myanmar, 140 (4.16); Venezuela, 139 (4.28); Angola, 138 (4.76); República Democrática del Congo, 137 (4.84); República Centroafricana, 136 (4.88); Guinea-Bissau, 135 (5.03); República del Congo, 134 (5.04); Burundi, 133 (5.12); y Chad, 132 (5.32).

 

En el caso de México, el índice libertad económica era de 5.69 y ocupaba la posición 43 en 1980; 4.91 (79) en 1985; 6.28 (36) en 1990; 6.46 (45) en 1995; 6.39 (67) en 2000; 7.00 (50) en 2005; 6.75 (60) en 2009. Para 2009, respecto a tamaño de gobierno el índice era de 6.84 (41), mientras que en 2008 era 7.17 (34). Respecto a estructura jurídica y garantía de derechos de propiedad el índice era de 5.06 (80), mientras que en 2008 era 5.42 (72). Respecto a acceso a una moneda sana el índice era 7.97 (74), mientras que en 2008 era 7.98 (66). Respecto a libertad de comercio internacional el índice era 6.88 (47), mientras que en 2008 era 6.89 (61), vale decir que es el renglón en el que México sale mejor clasificado entre 1980 y 2009. Finalmente, respecto a regulación crediticia, laboral y de la empresa el índice era 6.97 (45) en 2009 mientras que en 2008 era 6.88 (46).    

 

En el caso de México muchos analistas consideran que la libertad económica es la culpable del bajo crecimiento, pobreza y deterioro, algo que a la luz de la evidencia es parcialmente falso. México es un país de un nivel de libertad económica intermedio;  en realidad lo que ha impedido que se solucionen los problemas indicados arriba son las fallas estructurales existentes, las que han sido difíciles de eliminar, tales como el burocratismo, el corporativismo, la corrupción, la falta de respeto al Estado de derecho, la ineficiencia del sistema judicial, el feudalismo estatal y local, la simulación, la ausencia de un diseño de política regional y la falta de incentivos a la industria.

 

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* Profesor en economía de la UACJ, Miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI)