“El miércoles pasado nos enteramos”, dijo Zoé Robledo Aburto, director general del IMSS, “que el gobierno del estado (de Oaxaca) había equipado un 20% de este hospital (Tlaxiaco) con una renta de equipo usado y desafortunadamente no pudimos hablar con el gobernador Murat”. Con esta parte de su discurso intentó exhibir el funcionario federal al gobernador Alejandro Ismael Murat Hinojosa, frente al presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, el pasado viernes 20 de marzo justamente en la Heroica Ciudad de Tlaxiaco en la gira del fin de semana donde se reunieron para inaugurar ahí el Hospital Rural Prospera No. 34.
Robledo Aburto aseguró saber desde el miércoles pasado, es decir, dos días antes de la inauguración, que se había dotado de equipo usado en renta por 15 días, prácticamente para realizar la inauguración. En estricto apego a la normatividad, el hospital ya pertenece a la red del IMSS, por lo cual, es responsabilidad absoluta del Seguro Social equipar el inmueble y dotar del personal médico y administrativo del nosocomio. La primer pregunta que revela la insidia del discurso es cómo y por qué permitió el director general programar una inauguración con el presidente de la república sin tener los equipos instalados que le correspondían al IMSS y no al gobierno del estado. Según información trascendida, la intención de colocar equipo prácticamente de utilería, quienquiera que haya tomado la decisión de hacerlo, fue para aprovechar la visita presidencial y en unos diez días tenerlo funcionando al cien por ciento. Lo verdaderamente deleznable es haber utilizado el foro para acusar al gobierno del estado, con un asunto responsabilidad del IMSS.
“Ayer el presidente López Obrador”, abundó Zoé, “nos dio la instrucción de que en 24 horas ese 20% estuviera instalado aquí” ¿Y entonces qué pasó? ¿Cuál fue la razón de no haber cumplido la orden del presidente? Peor aún ¿Cuáles fueron las razones de intentar exhibir al mandatario estatal?
LOS MOTIVOS DEL LOBO
Fue muy torpe el director del IMSS al exponer uno de los motivos del golpeteo a Murat Hinojosa, pues en ese mismo discurso emitió un reconocimiento a la “organización social” Comité de Defensa de los Derechos del Pueblo, Codep, mismo grupo que durante tres días de la semana pasada ha mantenido a la capital secuestrada al cerrar los principales cruceros viales, con extrema violencia, agrediendo a automovilistas, motociclistas y hasta a gente de a pie, con palos y machetes, en actos del dominio público. Otra pregunta es ¿cómo se vinculó Zoé Robledo con ese grupo y por qué los exalta frente al presidente López Obrador, cuando claramente se han rebelado no sólo contra el gobierno del estado, sino contra la propia ciudadanía? Sólo el director del IMSS lo sabe. La ruta venía en forma muy armoniosa, pues mientras el gobierno del estado le invirtió 400 millones para terminar el inmueble del hospital, al momento de equiparlo y dotarlo de personal, se pensó desde los tiempos de Germán Martínez Cázares en la dirección del IMSS, entregarlo al organismo federal para su operación final. Sin embargo, a la renuncia de Germán Martínez por motivos de carencias económicas sobre todo, el asunto se detuvo, y al final se pactó con el nuevo director. Nadie en los altos niveles entiende ni se explica el discurso de la insidia.
OTROS ANTECEDENTES
El asesinato del presidente municipal de Tlaxiaco, Alejandro Aparicio Santiago, a unas horas de tomar protesta el pasado 1 de enero de 2019, de ninguna manera es el origen del conflicto severo vivido en esa ciudad de la Mixteca Oaxaqueña. El edil era amigo del presidente Andrés Manuel, quien habría pedido un seguimiento puntual al asesinato. Pero el tema deriva desde el mandato del edil anterior, Oscar Ramírez Bolaños, un verdadero pillo quien se saltó toda la normatividad para nombrar a un tesorero a modo y poder utilizar cuentas personales donde depositaba recursos de los ramos 33 y 28, por decir lo menos. Con el tema que hoy nos ocupa, el edil quiso tomar participación en el hospital de Tlaxiaco antes de ser designado al IMSS, pero no hubo oportunidad de meter mano. De esta manera, en dos años del gobierno de Alejandro Murat se terminó la inversión no sólo del inmueble, sino de la pavimentación del acceso principal a las zonas médicas, así como el acondicionamiento del estacionamiento anexo. Este columnista tuvo la oportunidad de acudir cuando se concluyeron los trabajos de construcción y prácticamente quedaba pendiente el equipamiento y el personal de operación, esto desde el año pasado. Luego se comentó la posibilidad de operarlo con el ejército, al final con el IMSS.
Ahora vino el director Robledo Aburto y aventó las pedradas al gobierno de una entidad en la cual deberá seguir operando, a pesar de haber creado ya un ambiente de inexplicable hostilidad. En fin.