Pues mientras son peras o son perones, tienen que investigar y aplicar la ley si se diera el caso.
Esto es: el 12 de abril pasado, la ministra Piña ordenó al Consejo de la Judicatura que inicie una investigación a ex colaboradores cercanos al por entonces presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Arturo Zaldívar por:
“Presuntamente vulnerar la autonomía e independencia del Poder Judicial de la Federación (PJF) al presionar, amenazar, extorsionar y prometer beneficios económicos y políticos a jueces y magistrados para que resolvieran casos en beneficio de intereses personales y de terceros, entre 2019 y 2022.” O sea en plena 4-T.
Esto derivado de una denuncia anónima presentada el 9 abril. Así que ordenó la indagatoria correspondiente en la Unidad General de Investigación de Responsabilidades Administrativas del CJF, a la que le otorgó las más amplias facultades a efecto de que se recaben los medios probatorios que resulten necesarios para deslindar responsabilidades de carácter administrativo.
Sin embargo, “en el caso del extitular de la Corte, el Consejo de la Judicatura Federal carece de competencia para investigar y, en su caso, sancionar los hechos que se le imputan”.
El tema es extremadamente delicado. Tiene que ver con vulnerar la autonomía e independencia del Poder Judicial mexicano y esto representaría una forma de rompimiento del pacto republicano de separación de poderes en donde dos de estos, a través de sus representantes, pudieron vulnerar la decisión mexicana de contar con instituciones que son factor de equilibrio: en este caso la presunción señala al ex titular de la SCJN, Arturo Zaldívar en sometimiento al Ejecutivo.
Conseguir esta separación de poderes ha costado al país un sinfín de momentos dramáticos, como gestas históricas. Constituirse en República surgió de luchas encarnizadas y muertes sin fin. Garantizar que cada uno de estos poderes es autónomo ha sido una lucha que ha cruzado muchos años y muchos acontecimientos.
Esta división de poderes está en peligro ahora mismo. Hoy el Poder Ejecutivo tiene predominio sobre el poder Legislativo a través de su mayoría: Morena, y sus pequeños aliados. La autonomía de cada uno está en entredicho en tanto exista el sometimiento y la genuflexión de los legisladores ante el Ejecutivo.
Los valores de cada uno pierden peso político y social porque actúan más como grupo que como representantes de un poder en busca de conseguir un mejor país. De hecho, todos ellos, en lo que menos piensan, es en el país, en su momento histórico, en sus grandes problemas nacionales para darles solución, o en su gente, a la que mientras más pobres haya, más votos cautivos cuentan.
Durante la gestión de Zaldívar en la SCJN los mexicanos teníamos sospechas de que había ese sometimiento por parte del presidente de la institución judicial al presidente de México. Esto se comprobó por el mismo Ejecutivo que dijo que él le llamaba a Zaldívar para solucionar tal o cual situación y que por entonces sí había entendimiento.
Zaldívar no lo ha negado y de manera expedita solicitó su salida de la Corte para pasar a ser parte del equipo de campaña de Claudia Sheinbaum (Morena…). El tema es que él mismo parece no haber cuidado ni las formas ni el modo de su salida y sí mostró su apego a Morena-4T.
Si esto llega a probarse habrá que ver cuál es el nivel del daño y cuál será la sanción. Por lo pronto la sola noticia de esta investigación ha levantado olas de comentarios a favor de llevarla a cabo.
Queremos saber la verdad y queremos que si se cometieron esos delitos se sancione a quienes los hayan cometido con todo el rigor de la ley, porque no puede ser que los representantes de la aplicación estricta de la ley en México sean quienes violen esas mismas leyes que dicen defender.
En contra de esta investigación está, claro, la gente de la 4-T, Morena y vinculados a la presunción del delito. Acusan que todo esto es una persecución política o electoral, como ya ha dicho el ministro Zaldívar en su defensa. Claudia Sheinbaum, catalogó la investigación como una venganza y persecución política contra el integrante de su equipo. ¿Venganza por qué? ¿Venganza de quién? ¿De la ley misma?
Y en favor de la investigación se pronunciaron Xóchitl Gálvez, candidata de “Fuerza y corazón por México” y Jorge Álvarez Máynez de “Movimiento Ciudadano” y millones de mexicanos que quieren saber qué pasó ahí y como fueron robados sus derechos y cómo se usó a la justicia en contra de la justicia.
El tema va para largo y tiene un alto costo político, sobre todo para Claudia Sheinbaum, para Morena y para la 4-T que, sin probarlo, niegan rotundamente que Zaldívar o su gente hubieran hecho lo que se acusa. Se espera una reacción aún más rijosa y extrema.
El mismo Zaldívar es rijoso. Ya lo vimos a nivel nacional en una muestra mínima al término del primer debate cuando, cómo sin venir al caso, se exasperó de forma extrema a una petición de precisión por parte del periodista Raymundo Riva Palacio.
En todo caso, los mexicanos debemos estar atentos a los procedimientos que siga la Suprema Corte de Justicia de la Nación, toda vez que el Ejecutivo tiene toda su inquina en contra de la institución, pero sobre todo de su presidenta.
Y como es de sentimientos permanentes no cejará en insistir por su transformación; una transformación a modo y a su gusto, y para ello ya tiene puestos ahí a varios caballos de Troya, que le serán útiles en el momento en el que él lo decida. Vamos a ver qué sigue a todo esto.