Joaquín Vargas, presidente del Consejo de Administración de MVS, reconoció públicamente que decidió terminar la relación laboral de esa empresa con la periodista Carmen Aristegui, luego de que ésta lanzó una pregunta al aire sobre un supuesto problema de alcoholismo del presidente Felipe Calderón.
En conferencia de prensa, el empresario reiteró en diferentes ocasiones haber sido él quien tomó la decisión de prescindir de los servicios de la comunicadora, convencido de la presión que ejerció el gobierno para resolver sobre sus concesiones en la banda de 2.5 gigahercios y su propuesta para ofrecer internet de alta velocidad.
De acuerdo con Vargas, la tarde del viernes 4 de febrero sostuvo una comunicación con Alejandra Sota (coordinadora de Comunicación Social de la Presidencia de la República), en la que le hacía ver que lo estaban poniendo en una situación difícil.
“Si yo le pedía a Carmen la disculpa que ella (Sota) me solicitaba y Carmen no accedía, no me quedaba más remedio que prescindir de sus servicios, pero el silencio detrás de la bocina lo dijo todo”, argumentó Vargas.
Agregó que esa misma noche sostuvo una reunión con la periodista donde le hizo ver su molestia al haber violado el código de ética de la empresa. “Yo sabía que si le hacía saber que era el gobierno quien estaba exigiendo la disculpa por mi conducto, era absolutamente contraproducente”.
Vargas aseguró que ante la aceptación de Aristegui de ofrecer una disculpa pública, redactó en conjunto con Sota un texto para tratar de resolver la situación, pero la periodista se negó a leer un documento que no hubiera sido redactado por ella, por lo que sugirió otro, el cual no fue aceptado.
“El domingo 6 de febrero hice del conocimiento de la señora Alejandra Sota el texto escrito por la señora Aristegui, mismo que yo no acepté, por lo que tomé la decisión de terminar su relación laboral con MVS”, apuntó.
Vargas dijo haber actuado convencido por la presión y en una lógica de administración de males; sin embargo, una vez tomada la decisión la sostuvo, y asumió en público y en privado la responsabilidad de sus actos.
El empresario también presentó pruebas con las que, aseguró, se corroboran las presiones y chantajes del gobierno federal para evitar que su proyecto “Banda ancha móvil para todos” saliera adelante.
“Niego categóricamente lo que dijo Javier Lozano en cuanto a que yo propuse la no recontratación de Carmen a cambio de que se resolviera el conflicto de la banda de 2.5 GHz, y que con ello intenté chantajear al gobierno. Sus afirmaciones son todas falsas de toda falsedad”, puntualizó.
Luego de estas declaraciones el directivo presentó una serie de documentos, correos electrónicos y mensajes de texto a través del sistema BlackBerry sobre las pláticas sostenidas con el mismo Lozano y Alejandra Sota.
Señaló que por recomendación de sus abogados otros documentos y mensajes vía texto no serían presentados, así como declaraciones de testigos presenciales de reuniones con el ex secretario del Trabajo.
Además, afirmó que MVS siempre ha estado dispuesta a pagar la contraprestación de la banda 2.5 GHz, siempre y cuando ésta fuera ajustada a la propuesta de la Comisión Federal de Telecomunicaciones y al ingreso per cápita de los mexicanos.
De acuerdo con cifras presentadas por el empresario, aun con tarifas equitativas, MVS pagaría un costo más elevado que en países como Alemania, Austria y Holanda, entre otros, con una cifra de 11 mil 164 millones de pesos. “Esta cifra es la que hemos estado y seguimos estando dispuestos a pagar”, aclaró.
El empresario solicitó al gobierno federal que lo dejen trabajar, pues México necesita superar el rezago que tiene en la penetración de internet y banda ancha.
Reveló haber presentado el pasado martes ante la Secretaría de Comunicaciones y Transportes un escrito con las pruebas y defensas sobre su caso.
A mí me buscó como amigo: Lozano
Javier Lozano respondió a las acusaciones de Joaquín Vargas y negó haberlo amenazado, al aseverar que el presidente de MVS miente porque no quiere pagar lo justo por un bien que es del dominio público de la federación.
En una carta, el ex secretario del Trabajo aseguró que su acercamiento en el tema con el empresario fue en carácter de amigo y no con la representación presidencial.
Señaló que fue Vargas quien lo buscó como amigo “y no en mi calidad de secretario. Fue en ese tenor y en ese contexto que siempre le compartí mi opinión a Joaquín Vargas y nunca hablando a nombre del Presidente de la República”.
“Niego categóricamente haber amenazado o condicionado al señor Joaquín Vargas la viabilidad de su interés en el asunto de referencia a la no recontratación de la señora Carmen Aristegui. No era mi función como Secretario del Trabajo y Previsión Social ni la dependencia entonces a mi cargo ha tenido o tiene la más mínima injerencia en dicho asunto”, expuso.
El también senador electo del PAN apuntó que Joaquín Vargas insiste en su intento por confundir a la opinión pública al hacer referencia sobre hechos, conversaciones, reuniones y mensajes propios de una relación de amigos. “Miente al poner palabras en mi boca que nunca pronuncié y presenta sus supuestas pruebas de manera parcial y convenenciera”.
En ese sentido, lamentó que para Joaquín Vargas “valga mucho más el dinero que la amistad, la lealtad y la verdad”. Puntualizó que, en el fondo, “y como ha quedado debidamente acreditado”, el empresario y el grupo que representa no quieren pagar lo justo por un bien que es del dominio público de la federación y, por ende, de todos los mexicanos.
Agencias