Hace días, hice un comentario referente al municipio de Huajuapan y la falta de ética política de sus regidores. Hoy quiero ampliar un poco más los datos anteriores.
Tan cierto es que Luis de Guadalupe Martínez Ramírez, presidente municipal de Huajuapan de León, gobierna con mucho más libertad, con más experiencia, con más dominio de gente, porque él sabe que la mayoría de sus regidores no responden, no les cae el 20. Es más, parece que tampoco saben dónde están parados ni a quienes representan. Esta es la razón por la que Guadalupe Martínez, gobierna a placer.
En los últimos días del mes de julio, una empresa comenzó a instalar la nueva señalética de la nomenclatura de calles y vialidades en el primer cuadro de la ciudad. Estas láminas llevan el nombre respectivo de la calle, más un copete con la imagen del portal municipal. Lo curioso del asunto, es que al lado del nombre de la calle esta un recuadro con el nombre, se supone, de la empresa patrocinadora de la misma lámina. Hasta ahí todo está bien. Lo que no encaja, lo que no es bien visto por la sociedad de Huajuapan, es que la nueva nomenclatura que rodea el Zócalo de la ciudad, lleva el nombre de la notaría del presidente municipal.
De la noche a la mañana se colocaron las láminas sin que esa decisión hubiera pasado por el cabildo, simplemente, el cacique del pueblo, decidió que las láminas con la publicidad de la notaria, su negocio, pues, se ubicaran alrededor del parque.
A esa decisión personal se le llama abuso de autoridad. Y los regidores agachones nunca dijeron nada al respecto.
Otro de los que patrocina esa nomenclatura, son las gasolinerías del señor Víctor Círigo. Este señor tiene mucha preferencia porque fue quien le patrocino la campaña política municipal a Luis de Guadalupe. Ante esa decisión unilateral surge una pregunta: ¿por qué nunca se lanzó una convocatoria a los empresarios de la ciudad, para que compraran publicidad de acuerdo a la ubicación de su negocio?
Ahora que tocó el tema de las gasolinerías, me acuerdo del señor Carmelo Hernández, Contralor del ayuntamiento, quien por cierto, es el principal proveedor de gasolina al ayuntamiento. Lo que nadie entiende es cómo se puede ser contralor del ayuntamiento y proveedor de gasolina al ayuntamiento. Cómo le hace Carmelo Hernández, para ser al mismo tiempo, juez y parte.
Lo que la ciudadanía ha notado, es el incremento de cantinas que se han disparado en la ciudad. Y de esto, los regidores de palo, no han dicho nada. No cabe duda que carecen de ética política.
Hay una cantina con el nombre de “Clamatería”, ubicada en la esquina de Reforma y Aquiles Serdán, en pleno centro de la ciudad. Se encuentra a menos de 100 mts. de la escuela primaria Antonio de León, y a 50 de la iglesia de San José. Desde luego que esto no permite la Ley de Salud ni el Reglamento municipal para la venta y consumo de bebidas alcohólicas.
El permitir una cantina en ese lugar, significa el pago de fuertes favores al propietario. Y el cuerpo edilicio tampoco dijo ni ha dicho nada al respecto.
Hay otra nueva cantina o bar de nombre “La tijuanita”. Esta se encuentra sobre la calle Micaela Galindo. Y lo mismo, está a 30 mts del templo de San Isidro poniente, y a 50 metros del Hospital Rafael Amador y Hernández.
Otro nuevo bar de nombre “Tabú”, ubicado en Santa Teresa. Otro más, que se llama “La bahía”. Éste se encuentra a la salida a Rancho Solano. Mencionó cuatro de los más visibles, pero son los que el ayuntamiento de Luis de Guadalupe, ha permitido a pesar de estar violando leyes y reglamentos.
Y lo mismo, el cuerpo edilicio no ha dicho nada, salvo dos o tres regidores que se oponen a las decisiones del cacique del pueblo.
Hay más datos para comentar, pero mejor esperen a la próxima entrega.
… ¿y los regidores de Huajuapan?: Horacio Corro Espinosa
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