Voto, s. Instrumento y símbolo de la facultad del hombre
libre de hacer de si mismo un tonto y de su país una ruina.
A pocos días de darse el cambio de estafeta en el gobierno estatal, ya empezaron a surgir las nuevas voces de protesta, aquellos que pretenden mostrar “su músculo” (tomado como una concepción netamente freudiana) y aquellos y aquellas organizaciones, asociaciones y “nuevos medios” que surgirán o llegarán a la tan comentada y fotografiada tierra de los chapulines y el mezcal.
El nuevo gobierno, se sustenta en los votos que le dieron la opción de pertenencia al eje dominante, en ser aquellos de quien tanto denostaban, vendiendo la esperanza de un futuro mejor. De aquel famoso “CAMBIO” que logró posicionarse en ventas mucho más que las latas de soda.
Así aparece en nuestra vida, la imagen salvadora de aquellos nuevos revolucionarios, que encontraron en la retórica el arma perfecta para iniciar la guerra en pos de un mejor mañana.
Sin embargo, aparecen desde antes los “nuevos” retos de siempre, donde los seres humanos demuestran su individualismo al perseguir sus futuros inmediatos, esbozando proyectos de beneficios económicos personales más que el bienestar social que se pueden logar con los proyectos y propuestas.
Y no por ello, están mal desde su concepción de promotores de cambios, pues la sociedad oaxaqueña se desenvuelve en una realidad donde “todo está amenazado por el proceso de concentración económica”, como declaró el sociólogo francés Pierre Bordieu en una entrevista con Martín Granovsky; y es por ello que no esbozamos crítica alguna a las propuestas que redundarán en algún beneficio hacia ciertas partes del poder, sobre todo en nuestro país, donde consideramos que “todo tiene un precio”, aunque exista Mastercard.
Para la nueva administración pública, viene una etapa de acomodo burocrático, desde la silla más cómoda, la mejor vista de la oficina, las charlas en los pasillos —para irnos conociendo mejor— hasta que eventualmente encaminen su trabajo hacia las tareas que son requeridas.
En tanto esa época llega, ya habrán desfilado un importante número de manifestantes, líderes, organizaciones sociales, políticas, universidades y los que nunca han de faltar, los militantes de, los ahora, partidos en el poder; para exigir sus prebendas, los apoyos por el voto, el impulso a las propuestas y proyectos de impacto forestal, social, humano, polìtico, económico…
Las marchas y plantones, los bloqueos, disturbios en universidades y los conflictos magisteriales, seguirán funcionando como la herramienta de coerción, como la forma de presión para lograr ese beneficio económico que destaca Bordieu, pues ello resulta fundamental en el proceso de dominación que se pretende ejercer en el nuevo gobierno, más no por el nuevo gobierno, por lo menos, eso pensamos.
A pesar de todo esto, los mundanales seres de la política terrenal, no nos daremos cuenta de ello, pues seguiremos exigiendo el esclarecimiento de fraudes, el levantamiento y tortura de los seleccionados nacionales, el enaltecimeinto del pambol, mientras las humeantes cortinas se cierran en nuestras narices para dar paso a leyes, reglamentos y decisiones que aceptamos por venir de quienes ostentan el poder que nosotros les dimos, gracias a ese voto.
Son tiempos de cambio, de un análisis profundo por aquellos sectores que comparten el conocimiento, para que las universidades despierten y descubran que existen nuevas opciones de vida y de conocer el mundo, para que los colegios y asociaciones sean ese dedo en la llaga, y para que las nuevas corrientes de manifestaciones contengan más ideas que acciones basadas en la masficiación del “wanna be social” y realmente promover el cambio desde sus relaciones.
Se vienen tiempos de revueltas, de estrategias y pugnas políticas, de mensajes para motivar el desinterés político, se vienen épocas de resfrios y hecatombes económicas, de luchas sin sentido y algunas con razón, aunque principalmente se vienen momentos de reflexión, por seguir esperando ese “CAMBIO” o de actuar para generarlo.
argel_rios@hotmail.com