Germán Martínez Cázares, próximo director general del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), le da miedo ponerse una inyección y desconoce los términos médicos, pero no me da miedo cobrar un impuesto ni tomar las medidas para acabar con la corrupción.
Tampoco duda al señalar que el Seguro Social no está en urgencias, pero requiere una cirugía mayor. Se debe cobrar mejor: a los gobiernos de los estados por los servicios que sus ciudadanos reciben en IMSS-Prospera (IMSS-Bienestar a partir del primero de diciembre), y a las empresas que reportan al fisco montos salariales diferentes a los que pagan al Seguro Social. ¡Esa es una simulación que debilita las finanzas!, afirma el abogado y maestro en derecho por la Universidad Complutense de Madrid.
Sobre las críticas por su adhesión a Morena y luego su designación como titular del IMSS, advierte que de su pasado como militante y dirigente del PAN no se arrepiente. Eso está ahí. Di la vuelta a la página y veo al futuro. En otros lugares ya no me quisieron y a mi despacho vino Andrés Manuel López Obrador. Para mí esto es la política.
Martínez Cázares tiene experiencia como diputado, secretario de la Función Pública y en asuntos electorales, pues representó al PAN –al que renunció en marzo pasado– ante el Instituto Nacional Electoral (INE). Ahora se encuentra ya en el proceso de la transición y en estos días concentrado en la compra consolidada de medicamentos que lidera el IMSS y está por empezar.
En entrevista, dice que su objetivo es terminar con los privilegios y que el Seguro Social sea motor para la igualdad social. En otros temas, como las pensiones, prefiere ir con cuidado, aunque reconoce que el asunto ya le quita el sueño.
Aquí la conversación de Martínez Cázares con La Jornada:
–¿Qué sabe de la seguridad social?
–Sé que para el manejo del Seguro Social se necesita un equipo multidisciplinario y que su operación es tripartita (gobierno, patrones y trabajadores). Sé cobrar impuestos y combatir la corrupción. A eso voy. Desconozco la parte médica. Ahí estará como director de Prestaciones Víctor Hugo Borja (quien lleva varios años en el IMSS, en los más recientes como titular de la Unidad de Atención Primaria a la Salud). En la dirección de Administración estará el mexiquense Pedro Zenteno Santaella, ahora diputado federal de Morena. Al IMSS no puede gobernarlo una persona.
También sé que el IMSS Bie- nestar debe estar atento a los más marginados, a los que el mercado, los patrones y la economía competitiva desechan. Sé del dolor que se puede evitar ahí.
–Eso implica cambios, reforzamiento de la estructura.
–Tendrá que cobrarse a los estados las deudas que tienen con el IMSS Bienestar. No pagan por las personas que se atienden, aunque son afiliadas del Seguro Popular y los gobernadores reciben dinero por ello. Ha habido corrupción y despilfarro, además del indignante cementerio de hospitales que hay en el país. También se debe cuidar el equilibrio de las finanzas del régimen ordinario del instituto y el Régimen de Jubilaciones y Pensiones.
–Hasta 2013 hubo una situación crítica, y aunque hay mejoras, parecen frágiles.
–El IMSS no está en urgencias, pero necesita una cirugía mayor en las compras para erradicar la corrupción, ser eficientes en la recaudación. Se evaluará la adquisición consolidada de medicamentos con estándares internacionales. Hay que saber cómo compra México en comparación con otros países y si debemos adquirir con los laboratorios o estamos enriqueciendo a distribuidores e intermediarios.
En este punto, reconoce la actitud del titular de la Secretaría de Salud, José Narro, y del director del Seguro Social, Tuffic Miguel, para compartir la información con quienes les sucederán a partir del primero de diciembre: el IMSS compra 65 por ciento de las medicinas del país. Ya tendré la información sobre los institutos de salud y las entidades que no participan. Hay que conocer las causas porque, sin duda, adquirir por volumen genera ahorros.
–El proyecto de reforma del sistema de salud no prosperó en este gobierno, entre otras razones, por el rechazo del IMSS a la desaparición de las cuotas obrero patronales. ¿Qué opina?
–El IMSS no va a privatizarse. Las cuotas obrero patronales continuarán igual. Lo otro es que la salud pública requiere algo más, y el presidente electo ha ofrecido la universalización en el acceso, cuidando el Seguro Social. que debe ser el motor igualador de la salud pública.
–¿Cómo funcionará ese motor?
–Progresivamente, cuidando las finanzas. Si homogeneizamos los servicios, los padrones de beneficiarios, los sistemas tecnológicos, daremos los pasos correctos con el instituto como guía. Por lo pronto, en el primer nivel de atención las personas tendrán servicios y medicamentos gratuitos.
–¿Qué cambiará en el IMSS?
–La atención. En los hospitales hay mucho dolor por evitar. Quiero que la atención sea más cálida y humana para que deje de ocupar el primer lugar en recomendaciones por violación a los derechos humanos.
El IMSS debe reclamar que el salario del trabajador declarado al Servicio de Administración Tributaria (SAT) sea el mismo que el que le reportan. Es tema de igualdad y participación de utilidades; actualmente hay una simulación que debilita sus finanzas.
De esto sí sé –afirma–, y reconoce: la verdad me da miedo ponerme una inyección, pero no me da miedo cobrar un impuesto, y menos si es dinero de los trabajadores.
–La reforma legal para homologar los reportes del SAT y el IMSS lleva años parada en el Congreso. ¿La va a retomar en el Senado?
–Sí. El coordinador de Morena en la Cámara de Diputados, Mario Delgado, lo va a incluir como parte del paquete fiscal del próximo año.
–Otro tema es la viabilidad de las pensiones y lo que implica para las finanzas del instituto el régimen de jubilaciones de sus empleados.
–Ya no duermo… Ahí me voy con cuidado. Debo ser responsable y cuidar los recursos. Tiene que ver con el aumento en la esperanza de vida y las enfermedades crónico degenerativas. Uno de los ejes fundamentales es la prevención.
Todavía no he visto a fondo las finanzas. Lo haré con calma y con más especialistas que nos apoyen.
–¿Ha visto las medidas adoptadas de contención del gasto y eficiencia administrativa?
–Sí. Está muy bien contener el gasto. Es parte de la austeridad republicana, pero sin sacrificar la calidad y calidez del servicio. En esto tendré una alianza con el sindicato. Voy a defender a los médicos y enfermeras, que son una reserva de civismo y compromiso para mejorar la calidad de los servicios y abatir el dolor de la gente. Si logro transmitir una parte del entusiasmo que llevó a 30 millones de mexicanos a votar por López Obrador, estaré del otro lado.
–Su postulación como director del IMSS generó críticas.
–Qué bueno que con tiempo. En el pasado se conocía el gabinete 15 minutos antes de la toma de posesión del presidente. Ahora estamos expuestos desde cinco meses antes al escrutinio público.
Conozco mis limitaciones y este es un enorme desafío. Llegará la hora de rendir cuentas en el número de afiliados, las quejas, las medicinas, la eficiencia. No serán sólo palabras, como en el Congreso, donde puedo estar más a gusto.
–Con la iniciativa que presentó en el Senado para garantizar atención a las parejas del mismo sexo, ¿le alcanza para superar las dudas sobre su antigua militancia panista?
–Si hurgan en mis escritos, no simulé nada. Creo en la dignidad humana que no tiene límites de ningún tipo, y en el IMSS los servicios se deben dar sin prejuicios.
–¿Se hará el traslado del IMSS a Morelia?
–Primero se harán más chicas las áreas en las oficinas centrales y las delegaciones. Los salarios serán como digan las leyes y la Constitución, y cualquier ajuste se realizará sin afectar conquistas laborales. El traslado a Morelia se llevará a cabo gradualmente, sin que cueste. El IMSS va a gastar en lo que debe, que es curar y prevenir.
Fuente: jornada.com