* La solución legal, pacífica y civilizada, es concientizar, organizar y motivar a participar de manera activa y permanente a las familias de un millón de muertos reales por la pandemia de la COVID-19.
* ¡Al diablo candidatos impuestos por las mafias de los partidos! Gobiernos del PRI, PAN y Morena han fallado a México. Sonó la hora de impulsar candidatos ciudadanos, no independientes.
(A Aurora Zamora Martínez, a su hija Karisma y a su hijo Sócrates, por el difícil estado de salud de nuestro amigo- hermano Sócrates Amado Campos Lemus, líder del 68, movimiento estudiantil usado y traicionado por el grupo político de Luis Echeverría al igual que ocurre hoy en el gobierno de la 4T)
Bien dicta la sabiduría popular que “no hay mal que por bien no venga”. Hoy, como nunca en Oaxaca y en México, los ciudadanos tenemos oportunidad de cambiar el rumbo de la historia.
Es una posibilidad real que se fortalece cada día más con la destrucción de las instituciones nacionales y el hundimiento en la miseria de más de la mitad de los 127 millones de mexicanos.
La solución legal, pacífica y civilizada, es concientizar, organizar y motivar a participar de manera activa y permanente a las familias de un millón de muertos reales por la pandemia de la COVID-19.
Los millones de “votos de castigo” se potenciarán al multiplicarse con los alrededor de cien mil muertos provocados por la brutal violencia de las bandas del crimen organizado y el narcotráfico.
A ellos es obligado sumar a miles de médicos, enfermeras y demás personal del sector salud y trabajadores en general, despedidos injustamente en los tres órdenes de gobierno y en empresas.
El colapso del sistema nacional y estatal de salud, agrava y complica la atención de millones de enfermos al no ser atendidos y/o no contar con los medicamentos vitales en su tratamiento.
Lo mismo ocurre con los miles de mujeres que padecen diversos tipos de cáncer en México y Oaxaca, ya no se diga de las pacientes víctimas de la tercera ola de la pandemia de la COVID-19.
Los hospitales reconvertidos que atienden a pacientes del contagio del nuevo coronavirus están saturados y siguen careciendo de equipo de protección del personal, insumos y medicamentos.
Por la escandalosa corrupción histórica en el sistema nacional y estatal de salud los más afectados son niños con cáncer, especialmente en Oaxaca donde fue desmantelado el Hospital de la Niñez.
Entre los miles de médicos, enfermeras y personal de salud despedidos injustamente, figuran 14 médicos especialistas, 37 enfermeras y 20 auxiliares de diferentes áreas del Hospital de la Niñez.
En cambio, dirigentes sindicales, políticos y sus familiares, novias, novios y amantes, siguen cobrando como “aviadores”, como personal administrativo, y hasta “porros” de la UABJO.
Las condiciones objetivas y subjetivas están dadas para agudizar las contradicciones económico-político-sociales y explorar desde el hartazgo ciudadano la anhelada tercera vía democrática.
Tomando la palabra al presidente Andrés Manuel López Obrador en su justa y exacta dimensión y magnitud, efectiva y ciertamente, “sólo el pueblo puede salvar al pueblo” constitucionalmente.
Artículo 39.- La soberanía nacional reside esencial y originariamente en el pueblo. Todo poder público dimana del pueblo y se instituye para beneficio de éste. El pueblo tiene en todo tiempo el inalienable derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno. Sabio legado constitucional.
Sonó la hora nona de explorar, civilizada y responsablemente, mandar al diablo a los candidatos impuestos por las mafias de los partidos, sean quienes sean y trátese de quienes se trate.
Ante el recrudecimiento de los injustos despidos de médicos, enfermeras y demás personal de salud y trabajadores en general, se fortalece la posibilidad de impulsar candidatos ciudadanos.
Pertinente es aclarar que serían candidatos ciudadanos externos a los ocho partidos con registro nacional y local en Oaxaca, no candidatos independientes, dados los difíciles requisitos electorales.
Hasta ahora ningún Partido ha dado resultados y entregado buenas cuentas. Ni siquiera Acción Nacional, menos el Partido Revolucionario Institucional o el Partido de la Revolución Democrática.
Tampoco el Partido del Trabajo, Partido Verde Ecologista de México, Movimiento Ciudadano y, peor, el Movimiento Regeneración Nacional. En el caso de Oaxaca, también ha fallado el PUP.
Todos los presidentes nos han fallado a los mexicanos, a partir del primer nacionalpopulista de Luis Echeverría Álvarez, pese a prometer no hacerlo. Han matado la esperanza de cambio positivo.
Altamente positivo resulta concientizar a las familias de los miles de muertos por la pandemia de la COVID-19 y la brutal violencia, y convertirles en miles de “votos de castigo” en 2022 en Oaxaca.
Esta posibilidad reviste singular importancia en vísperas de la imposición de candidatos hacia las elecciones del primer domingo 5 de junio, cuyo proceso inició el pasado día 7 de septiembre.
Más trascendente es fortalecer esos “votos de castigo” con las familias de los miles de médicos, enfermeras y personal de salud y trabajadores en general despedidos injustamente rumbo a 2024.
Urge convertir en “votos de castigo” la rabia, desesperación e impotencia de miles de trabajadores despedidos injustamente en los tres órdenes de gobierno y miles de empresas quebradas y cerradas.
alfredo_daguilar@hotmail.com
director@revista-mujeres.com
@efektoaguila