* A querer o no, guste o no, la estrategia maximalista de privilegiar la violencia se queja coja y, por tanto, no asegura la solución real del problema: combatir la impunidad y erradicar la violencia contra las mujeres.
* La solución para erradicar la violencia contra las mujeres por razón de género, pasa por el voto de castigo masivo de las mujeres y a favor de Partidos y candidatos que impulsen la igualdad real.
(A la familia y amigos de Don Amancio Pérez Ruiz por su sensible fallecimiento. Abrazo fraterno y solidario en estos momentos difíciles. Descanse en paz).
Bienvenidas las marchas y reclamos de las mujeres por justicia contra las agresiones, físicas y psicológicas, desapariciones, asesinatos y feminicidios, así como por la erradicación de la violencia.
Sin embargo, esta acción por más violenta que sea para llamar la atención de las autoridades pierde su efecto por más recurrente que sea y más si se reduce al Día Internacional de la Mujer.
A querer o no, guste o no, la estrategia maximalista de privilegiar la violencia se queja coja y, por tanto, no asegura la solución real del problema: combatir la impunidad y erradicar la violencia.
Aceptando sin conceder que las mujeres tienen razones entendibles para realizar diversas acciones violentas, definitivamente, estas no se justifican al combatir la violencia con violencia.
De manera desapasionada y a la luz de los destrozos provocados en inmuebles públicos y privados en un análisis de costo-beneficio en qué ayuda o cambia el estado de violencia contra las mujeres.
Por el contrario, en lugar de granjearse el apoyo generalizado de la población las organizaciones feministas radicales son rechazadas popularmente descalificándoles al llamarles “feminazis”.
Importante es romper esquemas y paradigmas machistas patriarcales sí, pero más importante es construir la unión y participación masiva de las mujeres, a fin de proponer políticas públicas.
La solución para erradicar la violencia contra las mujeres por razón de género, pasa por el voto de castigo masivo de las mujeres y a favor de Partidos y candidatos que impulsen la igualdad real.
Ello demanda como condición indispensable analizar las propuestas de las Plataformas Electorales de los Partidos Políticos y sus candidatos que verdaderamente busquen la igualdad de las mujeres.
Las mujeres tienen un arma legal y pacífica demoledora: su voto, siempre y cuando salgan a votar masivamente para obligar a Candidatos, Partidos y Gobiernos a impulsar la igualdad plena.
Además, a nuestro leal y saber entender, obligada y necesariamente, debe complementarse con la activa y permanente participación en asociaciones civiles y organizaciones políticas ciudadanas.
Luchar por alcanzar la ambiciosa meta por la plena igualdad en los derechos de hombres y mujeres, se sigue estrellando en una discusión bizantina contra la violenta disputa ideologizada.
Al hacerlo, consciente y por ende interesada o, inconsciente por ingenuidad, las dirigentes de las organizaciones feministas, irónica e incongruentemente, hacen el juego al machismo patriarcal.
Contra natura, hábil y perversamente los hombres que han dirigido Partidos y Gobiernos, monopolizaron a su favor las facultades todavía vigentes en el derecho positivo de México.
A la marginación y exclusión política y gubernamental, Partidos y Gobiernos han sumado la estrategia de división y enfrentamiento entre las mujeres, a través de la diversidad sexual.
Cuanto más radicales ideológicamente son las dirigentes de organizaciones feministas marginan y excluyen al igual que los hombres, a quienes no comulgan con sus posturas políticas de izquierda.
Esta situación es lamentable porque debilita, minimiza y pulveriza la lucha por la igualdad de todas las mujeres al dividirlas y enfrentarlas entre sí por razones ideológicas y de la diversidad sexual.
Las mujeres tienen a su favor muchas fortalezas al ser la mayoría de la población en el mundo, en México y en Oaxaca, sin embargo, lamentable y dolorosamente, no han sido capaces de unirse.
Hablamos de promover inicialmente la unión entre las mujeres por simple conveniencia para sobrevivir frente a la creciente y brutal violencia que mata a diez mujeres cada día en México.
La unidad requiere requisitos difíciles de cumplir, como la comunión de ideales, producto de la educación integral con principios y valores éticos, morales, religiosos, nacionalistas y patrióticos.
Y estos principios y valores universales se inculcan en el seno del hogar y refuerzan en las aulas y la sociedad, más que con palabras, con el ejemplo de los hechos en la vida cotidiana a toda hora.
Sonó la hora para que las mujeres se unan por supervivencia, porque todos los días a todas horas y en todos lugares, les violentan, desaparecen y matan, simplemente por el hecho de ser mujeres.
Exijan juntas, brazo con brazo y codo con codo, terminar con la impunidad que solo sanciona penalmente uno de cada cien casos de violencia, asesinatos y feminicidios. ¡Ya basta! ¡Ni una más!
alfredo_daguilar@hotmail.com
director@revista-mujeres.com
@efektoaguila