Un rotundo éxito, fue el Primer Foro Regional en Huajuapan para la elaboración de la Ley por la Protección de los Periodistas del Estado de Oaxaca, con la participación de periodistas de Puebla.
Ello es posible, gracias a la dirigencia colegiada del Frente Estatal por la Defensa de los Periodistas Oaxaqueños, al margen de siglas, protagonismos y de caudillismos iluminados malentendidos.
Es un ejercicio democrático, altamente positivo entre pares, es decir, entre iguales, es un milagro sin precedente en la historia del periodismo oaxaqueño por la defensa y protección del gremio.
Es escuchar de viva voz de los compañeros periodistas de las diversas regiones del Estado los atentados, agresiones y asesinatos, y conocer el estado legal que guardan las investigaciones.
Y este hecho convertido en realidad, no es más que resultado del principio científico acuñado por Aristóteles en el libro de Metafísica “el todo es más que la suma de sus partes”. Trabajo en equipo.
A la luz de la Biblia es la explicación científica del milagro de la multiplicación de los panes y los peces de Jesús cerca de la ciudad de Betsaida como líder religioso e hijo de Dios para los cristianos.
Invaluable el apoyo de Ignacio Medina, director de la Agencia Igavec; de Ricardo García, profesor de la UTM, de Vicente Ramírez y Tere de Prensa Libre, y de Alejandra Xilotl, periodista de Puebla.
Las religiones le llaman alma o espíritu. La ciencia le llama energía. La fórmula de Einstein, por supuesto, es la conocida E=mc2, que revolucionó el mundo de la física hasta entonces conocido.
Dejamos sobre la mesa de discusión la propuesta de los nueve derechos a salvaguarda en la Ley de Protección de los Periodistas del Estado de Oaxaca, como legislación de avanzada en México.
El primer derecho debe reconocer de manera obligatoria “al ejercicio del periodismo como una actividad de interés público que debe ser protegida y tutelada por los diversos órdenes de gobierno”. Es decir, el periodismo debe ser sujeto, no objeto de interés público.
Los otros ocho derechos, son: a la protección cautelar, la libertad para acopiar información; el secreto profesional; la cláusula de conciencia; la capacitación profesional continua.
Otros derechos a proteger son, el acceso a los sitios físicos donde se esté generando información de interés público, el acceso a las fuentes y archivos de entidades públicas; derechos de autor, con la acotación que en caso de duda se privilegiará el interés público.
Para evitar discusiones bizantinas es imperioso precisar quién es periodista: Para efectos de la Ley de Protección de los Periodistas del Estado de Oaxaca, se debe entender por Periodista:
La persona física, así como medios de comunicación y difusión públicos, comunitarios, privados, independientes, universitarios, experimentales o de cualquier otra índole, cuyo trabajo consiste en recabar, generar, procesar, comentar, opinar, difundir, publicar o proveer información, a través de cualquier medio de difusión y comunicación que puede ser impreso, radioeléctrico o digital, que hace del ejercicio de las libertades de expresión y de información su actividad principal y remunerada.
A fin de evitar división y enfrentamiento entre el gremio periodístico oaxaqueño, se excluye del análisis y discusión de la Iniciativa de Ley de Protección de los Periodistas en el Estado de Oaxaca la creación del Fondo de Apoyo Económico que se ha convertido en botín en otras entidades.
Obligado es aclarar que no buscamos eximir a los propietarios de los medios de comunicación de sus obligaciones obrero-patronales endosando al Gobierno de Oaxaca sus responsabilidades como equivocadamente se ha manifestado para descalificar la creación de la Ley.
Llamamos vehementemente a los propietarios, concesionarios y ejecutivos de prensa, radio y TV, a sumarse y consensuar la Iniciativa de Ley de Protección a los Periodistas del Estado de Oaxaca.
Los asociados de las organizaciones periodísticas y free lance participantes no somos enemigos del Estado ni de los propietarios, concesionarios y ejecutivos de los medios en los que trabajamos.
Por el contrario, a través de la aprobación de la Ley de Protección a los Periodistas del Estado de Oaxaca, se trata de apoyarles y defenderles ante los atentados a sus empresas. Nadie está exento.
Demandamos a los Tres Poderes del Estado de Oaxaca respetar y hacer respetar la Ley; garantizar la integridad física, la vida y el patrimonio de todos los oaxaqueños, y sobre todo que los atentados y asesinatos de periodistas no queden impunes.
El caso más patético, es la inejecución de 22 órdenes de aprehensión por la PGR, después de seis años, porque la CNTE garantiza total impunidad a los activistas de la Sección XXII que agredieron brutalmente al periodista Fernando Palacios Cházares, en Eloxochitlán de Flores Magón, en 2012.
Las 22 órdenes de aprehensión 21, de las cuales siguen vigentes, ya que en 2015 fue asesinado el profesor Manuel Zepeda Lagunes; fueron dictadas por el Juez 8o. de Distrito en Oaxaca, en el expediente penal 86/2013, derivadas de la averiguación previa 08/FEADLE/2013 de la Procuraduría General de la República (PGR).
Este y otros casos impunes obligó a la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) a emitir con fecha 8 de febrero de 2016 la Recomendación General No. 24 “Sobre la Libertad de Expresión en México”, que “se dirigió entre otras autoridades a los gobernadores y Procuradores de Justicia de los Estados, en la que se señala la ineficacia del Estado Mexicano en su labor de garantizar la vida, la integridad y la seguridad de los periodistas y de sus familias”.
“Motivó dicha recomendación la falta de políticas públicas encaminadas a garantizar un periodismo libre de cualquier tipo de intimidación, y en particular la deficiente actuación por parte de las autoridades ministeriales encargadas de investigar las agresiones de las que es víctima este gremio, lo cual continúa generando múltiples violaciones a los derechos humanos de los integrantes de ese sector y el menoscabo de la libertad de expresión”.
Es inocultable la creciente inseguridad y brutal violencia en México y Oaxaca. Se ha convertido en lugar común y prácticamente en frase hecha, culpar de ésta al crimen organizado y al narcotráfico.
Sin embargo, frecuentemente se pasa por alto que en la estúpida guerra contra el narcotráfico desatada por Felipe Calderón hay una alta carga de violencia institucional del Estado mexicano.
El enorme poder corruptor del narco ahoga a México y Oaxaca en un baño de sangre. Las fuerzas armadas y las policías federales, estatales y municipales, no escapan a la escandalosa corrupción.
Está más que documentado que esta contaminación ha generado una escalada, cuya espiral atenta contra los periodistas. Sobra reiterar que menudean las agresiones, amenazas y asesinatos.
Los fríos números arrojan, sin sentimiento alguno, que México se ha convertido en el país más peligroso del mundo para ejercer el periodismo. Y Oaxaca ocupa el segundo lugar a nivel nacional.
El Gobierno federal y de los estados, mantienen una actitud omisa ante los ataques a periodistas, pese a las cuatro recomendaciones de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).
Es realmente lamentable y doloroso vernos obligados los propios periodistas a concluir que en la mayoría de los casos hay evidente, pública y notoria, ineptitud, complacencia o complicidad.
Los nulos resultados de las investigación de las agresiones y asesinatos garantizan a los probables responsables materiales e intelectuales, total impunidad e impiden sancionar a unos y otros.
Por integridad que entraña de manera destacada honestidad intelectual, no debemos cerrar los ojos a la cruel realidad y dejar de reconocer que pueblo y gobierno somos corresponsables.
De ahí la trascendencia de la realización de los Foros Regionales, abiertos a todos, para crear la Ley para la Protección de los Periodistas del Estado de Oaxaca en beneficio de todos al margen de siglas.
@efektoaguila