El pasado fin de semana las agencias de noticias dieron cuenta de la entrevista a Larry Rubin, representante del Partido Republicano en México, y en la que da a conocer que el presidente Trump está analizando la conveniencia de su asistencia a la toma de posesión del presidente, Andrés López , el próximo 1 de diciembre.
El interés del mandatario de estar presente en la toma de protesta es con el fin de estrechar más los lazos con el nuevo presidente de México, toda vez “que se está construyendo una relación fuertemente”. “Para el presidente Trump, México es una prioridad y definitivamente lo están analizando en la Casa Blanca para hacer posible que esté en México el 1 de diciembre, y en su defecto, si él no pudiese venir, que este aquí el secretario de Estado, Mike Pompeo”, aseguró Rubin.
El representante del GOP (Partido Republicano de los Estados Unidos, siglas por su sobrenombre de Grand Old Party), fundado por Hannibal Hamlin, agregó, que es de interés también para Estados Unidos, el acercamiento con el Poder Legislativo mexicano en la coyuntura del cambio de gobierno y donde permea una mayoría de izquierda, porque es prioridad que los temas de la agenda bilateral sigan avanzando.
Al respecto, durante un acto político efectuado en Charleston, Virginia Occidental, el pasado 22 de agosto, el presidente Trump hizo una declaración y que, por lo afirmado por Rubín, parece confirmarlo y recordarlo: “Me gusta México, me gusta su nuevo líder. Creo que será excelente. Un poco diferente a nosotros. Creo que me llevaré mejor con él que con el capitalista (refiriéndose al presidente Peña Nieto). Pero él sabe que México necesita a Estados Unidos, ellos necesitan a Estados Unidos”.
Como sabemos, la arrogancia es una de las características del señor Trump, pues ser gentil no es su perfil como para usar la diplomacia y evitar inconveniencias que en las relaciones internacionales retrasan o perjudican negociaciones que pueden convenir tanto a México como a Estados Unidos, toda vez que durante el 2017 ambos países establecieron un nuevo récord comercial superando los balances de Japón y Alemania, récord que configuró a México en el segundo lugar con el mayor saldo en el comercio de bienes y servicios con Estados Unidos, superando en consecuencia, la difícil etapa de dos años de contracción comercial.
Hoy, la situación es diferente, no óptima, pero diferente, por haber crecido el comercio bilateral al punto de alcanzar un monto histórico de más de 557,000 millones de dólares de comercio bilateral entre ambos países, lo que hace evidente que México y Estados Unidos se necesitan para continuar creciendo, eso es un hecho, a pesar de la arrogancia del magnate.
De manera que el deseo del magnate, en el sentido de hacer presencia el 1 de diciembre en México no causa sorpresa ya que la oportunidad de reconstruir una nueva relación esta al alcance de los dos líderes, a pesar de que el presidente Trump se ha empeñado en ser para México un personaje no deseado, su presencia no es bienvenida.
En ese sentido, Ricardo Monreal, pastor de la mayoría legislativa en el Senado, se refirió a la posibilidad de que el señor Trump asistiera al acto de toma de protesta del nuevo presidente de México: “El pueblo mexicano es maduro y considerado, no creo que haya problemas si el presidente Trump asistiera al acto político del 1 de diciembre.” Somos un pueblo maduro, afirmó el zacatecano.
Pero no solo el presidente Trump desea hacer acto de presencia el 1 de diciembre en la toma de protesta de AMLO, también al presidente ruso Vladimir Putin le gustaría asistir a la toma de posesión y reunirse con el nuevo presidente mexicano, así lo expreso un asesor del presidente ruso, aunque también estaban considerado que la reunión podría efectuarse en la Cumbre del G20 en Argentina, con el inconveniente de que posiblemente Andrés López no asista. “Hay opciones a considerar: un vuelo a México o un encuentro en Argentina, afirmó Yuri Ushakov, asesor del Kremlin y confirmado por las agencias rusas Itar-tass y Sputnik.
De llevarse a cabo las visitas de los dos líderes más poderosos del mundo bipolar, el acto político de toma de protesta de Andrés López como presidente de México, tendría un especial significado político para nuestro país, toda vez que no es cosa fácil ni usual que Putin y Trump coincidan y estén de acuerdo en hacer presencia al mismo tiempo en un acto político como el del próximo 1 de diciembre.
Es posible, que el interés de los dos dirigentes por asistir a la investidura presidencial radique en sumar una pieza más en esa partida de ajedrez en la que el jugador histórico sacaba ventaja geopolítica por ser el más poderoso en el tablero de su esfera de influencia que, por cierto, se ha ido deteriorando, tal y como se evidenció hace unos días en el foro de la Asamblea General de Naciones Unidas.
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