Los cárteles mexicanos llegan a Europa mediante contrabandistas europeos especializados en el manejo clandestino de mercancías al por mayor, denuncia el Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías (OEDT).
A diferencia de lo que sucede en el Norte y Sur de América, donde los narcotraficantes establecen células de mexicanos que se adueñan del mercado, en la Unión europea no pueden introducir las sustancias solos, pues carecen del idioma y del “know-how” para hacerlo.
Sin embargo, España, específicamente en Galicia, es el punto más fuerte del mercado, probablemente por el idioma, pues ahí se detectaron el mayo número de narcolaboratorios.
“Lo que estamos notando aquí en el observatorio es que parece haber una asociación entre narcotraficantes europeos importadores de cocaína al por mayor en Europa, y narcotraficantes mexicanos y colombianos”, le dijo a BBC Mundo Laurent Laniel, investigador del OEDT.
Según el experto, la prueba más reciente es el operativo realizado hace unas semanas por la policía española en el que se desmanteló una de las mayores redes internacionales de tráfico de cocaína y en el que fueron detenidas 60 personas, entre ellas mexicanos, colombianos y españoles.
Los reportes iniciales de la policía señalaban como máximo responsable de la organización a Nicolás Rivera, mexicano de 50 años que fue arrestado en la redada.
El mismo especialista afirma que “para los cárteles mexicanos resulta más práctico trabajar con las bandas europeas que asumir el control de toda la cadena delictiva”; más, si cuentan con los contactos, los medios y la infraestructura para sacar y transportar la cocaína por el Atlántico, de manera que resulta complementaria la cooperación con los grupos europeos, como podrían ser los de Galicia, en el noroeste de España.
“Lo que se precisa es de contactos de personas capaces de vender toneladas de cocaína al por mayor, porque me parece difícil que los mexicanos puedan hacerlo por el hecho de que no son europeos y no cuentan con los contactos y la red para transportar la droga hasta el consumidor final, algo que sí pueden hacer los europeos o personas que llevan mucho tiempo instaladas en Europa”, agregó Laniel.
Además de las “mulas” -gente que “carga” la droga, ya sea en maletas u objetos o bien, en su cuerpo- los narcos están mezclando la cocaína en forma de base química o clorhidrato con materiales de exportación, como podría ser la cera de abeja o el licor de cacao.
Una vez que el producto entra a Europa, la droga es sustraída en laboratorios clandestinos.
El Universal