Verdaderamente hacen falta líderes en Oaxaca. Han pasado años y años y en esta entidad no ha nacido un líder que pueda poner el nombre de Oaxaca en alto.
Son muchos los personajes que ocupan un cargo, una responsabilidad política, etc. pero ninguno brilla por cuenta propia. Casi todos, si no es que todos, se sostienen en sus cargos por el apoyo que reciben de sus compañeros de partido. Estos funcionarios muchas veces no son ni líderes ni dirigentes, son una simple cuota de partido.
Tan cortos andamos de líderes, que a cualquiera lo ponen al frente de algún cargo importante y con eso sienten que cargan una etiqueta de liderazgo. De estos bichos andamos sobrados. Dirigentes como las hormigas y las moscas, hay en cada grupo, asociación, congregación, sociedad, etc.
Dirigente: eso es fácil. Líder: eso es casi imposible.
Menciono esto porque ayer, alrededor de la una de la tarde, los trabajadores sindicalizados de la Secretaría del trabajo, donde se encuentra al frente Daniel Juárez López, tomaron el edificio. En las paredes pusieron cartulinas dirigidas al secretario quien se negaba a atenderlos.
Alguien de los trabajadores me dijo que el secretario se encontraba a la vuelta de la calle por si quería yo entrevistarlo. Efectivamente, ahí estaba el secretario hablando por teléfono. Me le acerqué para preguntarle qué porque se negaba a atender a sus trabajadores. Me respondió que estaba esperando a que todos se metieran al edificio para que él pudieran platicar con ellos.
Ya se metieron, le dije. Incluso, el delegado sindical Jesús David Pallares, te acabó de avisar que ya levantaron la cortina y que en un momento más quitarían todas las cartulinas en contra tuya.
Cuando le dije eso, el rostro del secretario cambio inmediatamente y me dijo: “pues si quieres saber preguntarles a ellos qué es lo que quieren. Yo no sé nada, estoy esperando que abran la puerta de este lado para poder entrar al edificio y platicar con los trabajadores”.
Sus palabras, su tono y la posición de su cuerpo eran de reto y de fastidio. Y todavía le pregunte: ¿pero no estás enojado verdad? “No, me respondió, así hablo”.
Una persona se paró atrás de mí y eso me intimidó, así que mejor me retire.
Un momento antes, al delegado sindical de esta secretaría, David Pallares Silva, sus mismos compañeros le decían que no le tenían confianza, ya que si estaba hablando con el secretario Daniel Juárez, no tenía por qué esconderse, pues debería hacerlo frente a todos y con el altavoz abierto.
Después comprobé lo que sus mismos compañeros le decían a este, pues se apartó del grupo de los trabajadores para marcarle a Daniel Juárez y decirle: “señor, ya levantamos la cortina, ya puede usted entrar al edificio, en un momento más quitamos las cartulinas que hay en la pared”.
Esto es lo que alcancé a escuchar a pesar de que Pallares, trató de desmarcarse de mi molesta persona. Prácticamente vendió a sus compañeros con el patrón, el secretario del trabajo.
Tan es así, que el mismo delegado sindical, retuiteo una mentira de la Secretaría del trabajo (SETRAO), donde aseguraba que la nueva dirigencia sindical se estaba presentando con el secretario Daniel Juárez. Cuando la manifestación que tuvieron en la calle no fue para eso. Esto quiere decir que los delegados sindicales David Pallares y Sandra Villaverde Soto, vendieron el movimiento de sus compañeros.
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