Empresarios y gerentes de bares y cantinas de la ciudad de Chihuahua cerraron sus puertas, muchos de manera indefinida, como protección a su personal luego de las amenazas de muerte recibidas en las últimas semanas.
Grupos de pistoleros han irrumpido en los centros nocturnos y amagado a los empleados, a quienes entregan porciones de cocaína, cristal o paquetes de pastillas sicotrópicas para que las distribuyan entre la clientela regular.
“Llegaron varios hombres con metralletas, nos asustamos mucho, pensamos que venían a pedir ‘cuota’. Preguntaron por el gerente y lo encañonaron en la cabeza, le dijeron que al bar venía gente de mucho dinero y dejaron droga para que la vendiera entre los ‘juniors’, que la repartiera entre los meseros y en una semana venían por el dinero, si no se lo teníamos nos iban a matar”, relató Samuel, empleado de un restaurante.
La noche del viernes fueron entre 48 y 52 los centros nocturnos que suspendieron actividades, para el sábado, pocos de los casi 250 que hay en la capital del estado permanecieron abiertos.
Las bandas dedicadas a las extorsiones no distinguieron entre los negocios del ramo, desde pequeños lugares hasta grandes bares de moda, todos cerraron. Lo mismo fue la Antigua Paz, la cantina más vieja de la ciudad, que el Juventu’s Bowl, hasta hace unos años el boliche más grande de Latinoamérica.
El presidente de la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio (Concanaco), Jorge Dávila, calificó como “lamentable” que células del crimen organizado hayan provocado el cierre masivo de negocios en Chihuahua. Coincidió en que las autoridades deben garantizar condiciones de seguridad para que las micro y pequeñas empresas del país puedan trabajar pues, destacó, son quienes han generado más de 90% de empleos y más de 90% del Producto Interno Bruto (PIB) nacional.
En declaraciones vía telefónica a EL UNIVERSAL, puso énfasis en que el problema de la violencia y el crimen organizado no se detendrán mientras no se generen más y mejores empleos a lo largo de todo el territorio nacional.
“Le toca a la Federación”
Luego de las denuncias anónimas que hicieron propietarios de algunos de los bares y cantinas extorsionados, el gobernador José Reyes Baeza anunció que de inmediato se establecería una estrategia de seguridad para los negocios a través del Operativo Conjunto Chihuahua.
“Formalmente es una responsabilidad de la Federación, pero la asumimos en conjunto, es un tema muy delicado, porque tienen temor, los han amenazado y estaremos muy pendientes para buscar la forma de hacer detenciones y evitar que esto prolifere”.
Reveló que ese tipo de extorsiones también se están dando en contra de taxistas, a los cuales de igual forma se les entrega cierta cantidad de droga y son obligados a comercializarla. “Por más complicada que esté la situación no debemos permitir que organizaciones criminales atemoricen a gremios como taxistas y restauranteros, pretendiendo que vendan sustancias ilícitas o con extorsiones”.
La presión del crimen organizado contra restaurantes y bares no es nueva en la ciudad. En 2009, ocho establecimientos del ramo fueron incendiados de manera deliberada por no pagar “derecho de piso” a bandas.
En ese periodo también fueron asesinados dos conocidos empresarios del giro: Wilbert Ponce de León Tapia, en esta capital; así como Wilfredo Moya Estaco, el más exitoso inversionista en bares y centros de espectáculos de Ciudad Juárez, frontera donde un total de 38 negocios quedaron reducidos a cenizas por los mismos motivos según la Cámara de Comercio.
La banda que frenó a estos negocios está conformada por jóvenes de 18 a 22 años, informó la Secretaria de Seguridad Pública Estatal. De acuerdo con el vocero Fidel Bañuelos se tienen retratos hablados de varios de los extorsionadores y en todos los casos no tienen más de 25 años, aunque la mayoría apenas rebasa la mayoría de edad.
Detalló que se investiga es si trata de una célula independiente que se hace pasar como si fuera parte de un cártel de la droga. “Se está investigando al respecto, aunque de confirmarse no por ello se trata de un grupo menos peligroso”.
El Universal