El Vaticano negó ayer que exista preocupación ante un eventual atentado contra el papa Francisco y llamó a la calma, luego de las aseveraciones del procurador adjunto de Reggio Calabria (sur italiano), Nicola Gratteri.
“No hay motivo concreto alguno de preocupación y no es el caso de alimentar alarmismos”, enfatizó el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, cuyas declaraciones se dan luego de que el jueves el procurador adjunto Gratteri lanzó una alerta al asegurar que los mafiosos “no dudarían” de atacar al Pontífice porque “está poniendo nerviosa a la mafia financiera”. En entrevista publicada con el diario Il Fatto Quotidiano, Gratteri advirtió que “quienes se han nutrido hasta ahora del poder y la riqueza que derivan de la Iglesia están agitados”, porque el Pontífice “apunta a hacer una limpieza total”, una actitud que no puede sino disgustar a una mafia que “se ha alimentado de la convivencia con la Iglesia”.
Las palabras del fiscal dieron la vuelta al mundo y despertaron preocupación, sobre todo en América Latina. Pero parecieron tener sin cuidado al mismo Francisco, quien no reforzó su escolta personal. Este jueves, el líder católico decidió tener la mínima protección en su visita al Palacio del Quirinal, la sede de la Presidencia de la República Italiana, hasta donde se desplazó a bordo de un vehículo utilitario.
En una reunión con el presidente italiano, Giorgio Napolitano, el papa Francisco instó a realizar mayores esfuerzos en la lucha contra la crisis económica. Hay que crear nuevos puestos de trabajo, dijo el Papa en su primera visita a Napolitano en su sede de gobierno en Roma.
Agencias