Valadés no entendió nada del proyecto de transformación; Proceso, parte de la pluralidad: Batres

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En el equipo de transición, incluidos los legisladores ya en funciones, no hay aislamiento con el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, tampoco desconocimiento, y mucho menos se avizora una crisis burocrática como lo plantea el constitucionalista Diego Valadés, aseguró el presidente de la Mesa Directiva del Senado, Martí Batres.

“Diago Valadés no ha entendido nada, no entiende cuál es el proyecto de transformación que se va a llevar a cabo en el país.

“No entiende la nueva etapa jurídica y política de México y no entiende lo que se está aprobando y por qué se está aprobando. No tiene razón en ninguna de sus afirmaciones y suposiciones”, aseveró.

Entrevistado por la periodista Carmen Aristegui en relación a la entrevista publicada por Proceso en su más reciente número (2191), en circulación, Batres Guadarrama explicó por qué ordenó publicar la Ley de Sueldos y Salarios de los Funcionarios Públicos, que según Valadés, podría desencadenar un “conflicto laboral como no tenemos memoria en el país” y una cascada de amparos.

En la entrevista con Proceso, dijo, el constitucionalista casi dio a entender que los legisladores están actuando por su cuenta, desbalagados, de manera dispersa, sin coordinación con el presidente electo. “Eso es falso”, acotó.

También, dijo, Valadés infirió que el presidente electo no tiene conocimiento de que se haya llevado a cabo la aprobación de la ley de remuneraciones y su posterior publicación, pero quiere decir que él no entiende el proceso.

“El primer interesado en la probación y publicación de esta ley es el propio presidente electo”, sostuvo, e incluso afirmó que fue uno de los principales temas que se abordaron en una reunión celebrada en julio, después de las elecciones, cuando el tabasqueño aún no era nombrado presidente electo y los legisladores no habían tomado posesión de sus cargos.

De hecho, señaló, se han realizado dos grandes reuniones entre los legisladores de la coalición “Juntos haremos Historia” y López Obrador. La segunda fue el lunes pasado y nada tuvo que ver, según Batres, con una respuesta a la publicación del semanario en cuya portada se lee: “AMLO se asila. El fantasma del fracaso”.  Se trató, dijo, de una “feliz coincidencia”.

Esa reunión (del lunes) “tiene que ver con una coordinación y ya tiene días se acordó. Incluso fue antes de la publicación de la Ley de Remuneraciones de los Servidores Públicos y no tiene nada que ver (con la publicación de Proceso).

“Digamos que es una feliz coincidencia que la reunión se haya llevado a cabo el día que salió publicado este decreto histórico, del cual, por cierto, yo estoy muy contento y muy satisfecho”, señaló.

Publicación de la ley, obligación constitucional

Batres señaló que él cumplió con la obligación constitucional de ordenar la publicación de la Ley de remuneraciones y desestimó las aseveraciones de Valadés en el sentido de que se trató de “un error”.

Recordó que la ley fue aprobada hace siete años por el Senado, pero el ejecutivo nunca la publicó y fue enviada a la “congeladora”, y cuando llegó la nueva legislatura, la “desempolvó” y se ordenó su publicación inmediata y sin modificaciones a fin de considerarla en la integración del presupuesto del próximo año.

“El ejecutivo no la publicó, pero la constitución ya establece un mecanismo contra el llamado ‘veto de bolsillo’ (…) que está en el inciso B del artículo 72 de la Constitución, donde se señala que, si el presidente de la república después de 30 días de no hacer observaciones y 10 días más de no publicarla, no lo hace, entonces el presidente de la Cámara de origen, donde se aprobó por primera vez la ley, será quien ordene la publicación. Y esto fue lo que se hizo”, explicó.

Batres refirió que tras rescatar la ley, sólo tenía 10 días naturales para publicarla, y ordenó la publicación inmediatamente “porque era importante que la ley estuviera publicada antes de la discusión del presupuesto del siguiente año para que se tomaran en cuenta los lineamientos de esta ley en la discusión del presupuesto. Esto explica también porque los diputados decidieron esta ruta”.

Respecto a la posibilidad de impugnaciones por los términos establecidos en la ley que ya están en desuso como Distrito Federal, IFE o salario mínimo, Batres explicó que ello no altera la vigencia de la misma ni su cumplimiento porque hay artículos transitorios, como el 14 de la Constitución, que establece, por ejemplo, que donde diga Distrito Federal se entenderá Ciudad de México.

“Hay otros ordenamientos sobre los demás términos en transición. No hay problema alguno en cuanto a su aplicación, no es impugnable o discrepancia sobre la ley”, sostuvo.

Y sobre la posible crisis burocrática que podría generar bajar los sueldos a la mitad de los altos funcionarios, soltó:

“(Diego Valadés) no tiene razón, no va a haber una crisis burocrática. Es decir, el hecho de que un servidor público en lugar de ganar 200 mil pesos gane 100 mil pesos no va a producir que todo mundo se vaya del servicio público, si son los salarios más altos los que están aquí y seguirán siendo salarios decorosos.

“Es sorprendente que se diga que un trabajador puede vivir con cuatro mil pesos al mes, pero cómo un funcionario va a ganar menos de 300 mil. Eso expresa un gran desprecio para la población. Tiene que haber justicia en este país, los salarios se polarizaron. Los salarios de los de abajo se hicieron muy pequeñitos y los de los de arriba se hicieron estratosféricos y tienen que acortarse esas distancias”.

Puso como ejemplo el caso de Alemania, donde entre el salario más alto y el más bajo hay una relación máxima de uno a 10 y en México puede haber una relación de uno a 100.

“Tienen que crecer los salarios de los de abajo y tienen que disminuir los salarios de la élite política de nuestro país y no va a llevar a una crisis burocrática.

“Hay mucha gente que quiere ayudar en México y apuesto que mucha gente preparada, por 100 mil pesos, con mucho gusto estaría colaborando en algún nivel de la administración pública”, confió.

Proceso, un medio plural

Batres también fue consultado por Carmen Aristegui sobre la polémica que provocó la portada del semanario Proceso, que el presidente electo calificó de “amarillista” y “sensacionalista”.

Comentó que hay quienes piensan que la revista es cercana al movimiento que encabeza López Obrador, lo cual, dijo, no es cierto.

“Es el perfil de la revista, finalmente estas características las ha tenido siempre y cada medio de comunicación tiene una determinada manera de ver las cosas, de pensar, así es que ellos tienen libertad de tener su propio perfil.

“Algunos piensan que es una revista cercana a este movimiento político. No es así, es una revista que tiene su propio perfil y forma parte de la pluralidad de los medios que existe en nuestro país, hay muchos medios en nuestro país, cada medio de comunicación desarrolla su propio perfil, así será.

“Y en un clima de libertad que se va a profundizar en los años venideros pues esa libertad de expresión y va a ser todavía más clara y más nítida”, comentó al tiempo que defendió la postura de López Obrador de replicar cada que considere necesario.

Fuente: proceso.com