Representa menos de una cuadra. Son tres, cuatro y hasta cinco bares que funcionan como verdaderos prostíbulos. Es algo común y normal que en este ambiente decenas de niños se desempeñen como chicleros y boleros. Es otra realidad, otro rostro que ha quedado al final de la agenda de las autoridades.
Sin la existencia de un censo de bares y cantinas en la capital, por desinterés de las pasadas autoridades, los pequeños se convierten en presa fácil y son más vulnerables a los maltratos físicos, psicológicos y hasta sexuales.
Aunque las autoridades judiciales y del municipio de Oaxaca han señalado que no han detectado la trata de menores o blancas en alguno de estos negocios, la realidad para algunos organismos es que son decenas de niños que se encuentran expuestos.
Según datos de la Centro de Apoyo al Niño de la Calle (Canica), al menos cinco mil niños trabajan en las calles y sobre todo en bares y cantinas. De acuerdo al organismo en su mayoría son de origen centroamericano. Incluso, Canica no descartó que estos pequeños formen parte de una “mafia” que se encuentra bien estructurada. En su momento los representantes del organismo. Y aunque Canica informó que se ha dado parte a las autoridades municipales estas poco o nada han realizado al respecto para frenar esta situación.
Oaxaca, se ubica en segunda lugar en trabajo infantil, expuso la organización social.
Carina García/Libertad-Oaxaca.info