Utiliza MALO odio y venganza de la Sección XXII de la CNTE: Alfredo Martínez de Aguilar

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Un aspecto hasta ahora poco observado y explorado por los analistas políticos nacionales es la alta carga de resentimiento, odio y venganza del actual proceso electoral concurrente en los tres órdenes de gobierno con la elección de 3416 cargos de representación popular.

Estas emociones negativas se hacen extensivas en la madre de todas las batallas electorales a los nueve partidos con registro nacional, pero alcanzan su máxima expresión en el Movimiento de Regeneración Nacional con Manuel Andrés López Obrador (MALO).

Este último ha capitalizado a su favor la insatisfacción, frustración, amargura, resentimiento y odio de miles de priistas desplazados, marginados y excluidos por el grupo político gobernante del Estado de México que puede llevar a la derrota al PRI.

Si bien es cierto que no todos los integrantes del “círculo rojo” del presidente Enrique Peña Nieto en el gobierno y el Partido Revolucionario Institucional pertenecen al mítico grupo Atlacomulco, éstos se han alineado a éste.

A partir del arribo de los tecnócratas y de la cofradía de la mano caída con el arribismo de Miguel de la Madrid los liderazgos naturales del PRI-gobierno fueron desplazados por jóvenes egresados de universidades norteamericanas como lo sentenció el ex Secretario de Estado, Robert Lansing, al término de la Revolución Mexicana.

Sin embargo, a partir del gobierno de Carlos Salinas de Gortari se llegó al extremo de planear sustituir al Partido Revolucionario Institucional por el Partido de la Solidaridad Nacional (PSN) y se empezó a cavar la tumba del PRI.

Al igual que ahora con el PRI-gobierno de Enrique Peña Nieto la ruptura de la “familia feliz” salinista con la nomenklatura de los diversos grupos y corrientes de la vieja clase política dividió y enfrentó a los militantes priistas.

Las cosas se agravaron marcadamente con el arribismo trepador de Ernesto Zedillo Ponce de León, quien odiaba a la vieja clase política por resentimiento personal, quien pretextó la “sana distancia” mientras imponía dirigentes en el PRI.

Pero las cosas empeoraron con la soberbia del ex gobernador de Tabasco Roberto Madrazo Pintado encaramado como dirigente nacional del PRI y quien tomara por asalto la candidatura presidencial con el apoyo de Pepe Murat y Ulises Ruiz.

Para lograr amarrar la candidatura presidencial Madrazo tuvo que imponerse a sangre y fuego defenestrando y excluyendo a importantes liderazgos nacionales como la lideresa vitalicia del SNTE, Elba Esther Gordillo Morales.

Destacado papel para destituir a Elba de Troya como coordinadora de la diputación federal del PRI jugaron el hoy ex priista Héctor Pablo Ramírez Puga y Sofía Castro Ríos, integrantes del llamado Bronx oaxaqueño.

Como es lógico y natural la división y enfrentamiento interpriista trajo consigo la obligada pulverización del voto tricolor en las elecciones presidenciales de 2000, la derrota de Roberto Madrazo y el triunfo de Vicente Fox.

La primera alternancia en el país jamás hubiera sido posible sin la sed de venganza del líder histórico del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM), Joaquín Hernández Galicia, y de Elba Esther Morales.

No pasó mucho tiempo antes que la primera alternancia en la presidencia de la República se hiciera extensiva a las gobernaciones de los Estados como ocurrió, especialmente en Oaxaca, con el abierto y decidido apoyo de Elba Esther.

Claro que el triunfo de Gabino Cué Monteagudo no hubiera sido posible sin el visto bueno del presidente panista Felipe Calderón e irónica y contradictoriamente del propio Manuel Andrés López Obrador, quien dejó pasar la coalición PAN-PRD-Convergencia.

En 2006 López Obrador apoyó y fue canal de financiamiento del conflicto político con dinero del dictador venezolano Hugo Chávez para aprovechar el resentimiento y odio de los ex gobernadores contra Ulises Ruiz, calificado de “tirano”.

Al igual que en el pasado, hoy la imposición de un “candidato ciudadano” divide, enfrenta y pulveriza el voto de los militantes de los grupos y corrientes del PRI, a menos que su candidato presidencial Pepe Meade tome distancia del presidente Enrique Peña Nieto.

Andrés Manuel López Obrador les aseguró a los maestros que Oaxaca dejará de ser escenario de represión y que se convertirá en un laboratorio de la transformación educativa del país.

El líder nacional de Morena, Andrés Manuel López Obrador, firmó el 21 de marzo de 2016 un acuerdo para mejorar la educación pública en las regiones 8 de Oaxaca.

Tramposo malabaristas como es, MALO dijo que el acuerdo no se hizo de forma directa con la Sección XXII de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), sino con los maestros.

Advirtió que la reforma educativa se hizo para someter al magisterio y dañar a la educación pública.

Dijo que el gobierno pretende privatizar la educación como antes lo hizo con los ejidos y con las empresas públicas y el petróleo.

“Basta de engaños, es mentira creer que a los potentados les preocupe la calidad de la enseñanza, si así fuese apoyarían con alimentos y becas a los estudiantes pobres de Oaxaca”.

Subrayó que es una canallada no apoyar a los pobres y echarles la culpa a los maestros de la mala calidad de la educación.

Según el presidente nacional de Morena, cuando su partido triunfe en las elecciones federales del 5 de junio, se acabarán la persecución contra el magisterio y la campaña de desprestigio que hay en contra de ellos.

“El triunfo de Morena permitirá llevar un modelo educativo popular de alto nivel académico e incluyente con dimensión social fundado en el diálogo con padres de familia, maestros, comunidades y sociedad en su conjunto”, dijo.

Mañana sábado en San Pablo Guelatao, cuna de don Benito Juárez, Manuel Andrés López Obrador ratificará con la Sección XXII de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación el pacto con Elba Esther y el SNTE.

El pasado 10 de febrero Andrés Manuel López Obrador convocó en Zacatecas a los maestros de México a la construcción de un acuerdo orientado a mejorar la educación en el país sin afectar los derechos laborales abrogando la Reforma Educativa.

El entonces precandidato de Morena a la Presidencia de la República aseguró que hablaría con dirigentes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), así como con todos los movimientos independientes del magisterio.

Este ejercicio, aseguró, “nos va a llevar a algo muy bueno, porque no solo es elaborar el plan, sino también busca la reconciliación al interior del gremio magisterial, la unidad”.

Desde la capital zacatecana, López Obrador subrayó que deben trabajar juntos maestros, padres de familia y autoridades para que de verdad se mejore la enseñanza en México e invitó a los maestros a participar en la firma del acuerdo que construirá en Guelatao, Oaxaca.

“Yo quiero, que ese acuerdo lo firmemos en Guelatao, Oaxaca, con maestros y padres, porque ahí nació el Benemérito Benito Juárez, el mejor presidente de México que siempre habló de la importancia de la educación y como reconocimiento al movimiento democrático de los maestros del estado”, añadió.

Enfatizó que desde el gobierno democrático, que será instaurado, no se va a intervenir en los asuntos que solo corresponden a los maestros. Que los maestros puedan ejercer su voto, comentó, de manera libre, secreta y que así se tengan las representaciones en las secciones sindicales.

“Que no haya imposiciones, no vamos a apoyar a ninguna expresión del sindicato de maestros, serán los maestros los que, en plena libertad, van a elegir a sus representantes, democracia sindical”, expuso.

Aplaudió que Rafael Ochoa, ex dirigente nacional del SNTE, habló en la asamblea en Zacatecas que deben reconocerse todas las expresiones de los maestros y que bien que se lleguen al acuerdo que respete la democracia sindical.

Sostuvo que se logrará el acuerdo por la educación sin confrontación, porque como decía Juárez: “Nada por la fuerza, todo por la razón y el derecho”. Lo que se aprobó, reiteró, no fue una reforma educativa, porque no se puede hacer nada sin la participación de los maestros.

“Lo digo así de manera categórica para que quede claro, cuando triunfe nuestro movimiento, se va a cancelar la mal llamada Reforma Educativa”, dijo.

Lamentó la campaña de desprestigio que vivieron los maestros, donde vendieron mentiras que los maestros no trabajan. “Todavía hay algunos que cuando digo que se cancelará, dudan y me dicen que a lo mejor no es lo más adecuado”, explicó.

Pero, dijo, no tengo ninguna duda, sé que lo que hicieron fue aplicar una receta de organismos financieros internacionales, la Reforma Educativa fue un instrumento de sometimiento para el magisterio.

Aseguró que se debe hablar y convencer a los ciudadanos para que vayan cambiando de parecer en el tema, aunque ya se ha avanzado como lo demuestran las encuestas donde antes había aceptación, pero en las más recientes es distinto.

“¿Quién es el que transmite el conocimiento en el aula? El maestro. Si hay nuevos métodos, es el maestro el que va a transmitir esas nuevas prácticas de enseñanza-aprendizaje”, agregó.

A través de su cuenta de Facebook, López Obrador, subrayó que unidos, sin odios ni rencores: maestros, mineros, trabajadores, empresarios, todas y todos “vamos a lograr el renacimiento de México” y aprovechó para decir que lo mismo será en el caso de los trabajadores mineros.

El precandidato lamentó que “los que se creen amos y señores de México” han producido una división entre mineros, que ha llevado a que una parte del sindicato tenga su representación en el exilio.

“Lo han perseguido, porque no se sometió a los dictados de los que mandan de verdad en la Secretaría del Trabajo: (Germán) Larrea y otros, que se creen dueños y aquí existe una expresión que dirige otro compañero, que están confrontados: los vamos a unir”, expuso.

Sostuvo que dialogaría para que haya unidad, ya no la división que solo beneficia a los que quieren seguir oprimiendo y dio a conocer que al triunfo de Morena habrá condiciones para que regrese Napoleón Gómez Urrutia del exilio en Canadá.

“Por eso vamos a conciliar a todas las partes. Tenemos adversarios, no enemigos, ni Larrea, ni Claudio X. González son nuestros enemigos, son adversarios, pero no queremos que siga dominando México una mafia”, indicó.

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