Un Estado pluricultural, pluriétnico, con municipios tan cercanos y al mismo tiempo tan diferentes uno del otro, no solo en su composición social, sino con sus múltiples diferencias en su organización comunitaria y política, constituyen un ingrediente peculiar que genera con sus particularidades, condiciones que mucho tienen que ver con el desarrollo, con la vida diaria de sus habitantes, con los conflictos y la gobernabilidad.
Oaxaca constituye un mural político y social, ahí se encuentran plasmadas formas de vida, de organización social, política, administrativa, que determinan el avance o retroceso en su infraestructura, en su lucha por erradicar la pobreza, el hambre, la ignorancia, todas aquellas “plagas sociales” que desde tiempos ancestrales no los dejan vivir en paz, pero que paradójicamente constituyen su principal inspiración de lucha, de sobrevivencia, de arraigo, de defensa frente a la “modernidad” en todos los sentidos.
El acertijo que ningún gobierno ha podido resolver, es ¿Cómo armonizar el pasado, con el presente, teniendo como meta un mejor futuro? Los usos y costumbres, hoy llamados Sistemas Normativos Internos, representan la defensa patrimonial de los pueblos frente a los conquistadores extranjeros y los nacionales, es lo único que por siglos les ha quedado, no han podido o no les han permitido avanzar, pero con ello tienen algo que muchos han perdido so pretexto del avance de algunos y el estancamiento de las mayorías: IDENTIDAD.
La modernidad, las ideas de avanzada, armonizadas con los tratados internacionales, con un espíritu de igualdad, de fraternidad entre los pueblos y los individuos, nos dictan nuevas formas de entender y de organizar el enramado de la administración pública, de las relaciones sociales, de la política en la búsqueda de construir consensos para alcanzar el poder; hemos aprendido paulatinamente que la democracia, la equidad, la justicia social, el desarrollo, son sustantivos que en pleno siglo XXI aun acosta de la verdad o de los pueblos, tienen que instituirse como una realidad única, no importando que este genere conflictos internos, separe a la célula básica de la sociedad, genere desajustes y paradójicamente excluya a las mayorías, privilegiando minorías en construcción.
No podemos negar el respeto hacia las diversas formas de pensar, no podemos imaginar si quiera la cerrazón y la exclusión en un régimen democrático de pleno siglo XXI, sería insostenible permitir que exista la censura, que generemos la inequidad, pero si es necesario que privilegiemos la cohesión social, la unidad de los pueblos, que paulatinamente busquemos esquemas para incorporar a una dinámica de mayorías a los que se sienten excluidos, el derecho de las personas debe estar en armonía con el derecho que la colectividad tiene para vivir en paz, para no vulnerar a todos por beneficiar a uno, ninguna idea por más moderna puede penetrar en los pueblos sino lleva: verdad, amor y arraigo.
Oaxaca tiene que despuntar en el contexto nacional, poseemos riqueza natural y humana, hemos sido participes de las páginas más importantes de nuestra historia, el desarrollo no puede seguir siendo un slogan publicitario o gubernamental, las comunidades, los municipios, las regiones en su conjunto, necesitan atención integral, las administraciones municipal, estatal y federal, deben de trabajar con pasión, espíritu de servicio, sin estrategia electorera de atención, que beneficie a unos y deje en el olvido a la gran mayoría, por ello fueron elegidos sin importar si son de régimen de partidos políticos o de sistemas normativos internos, el principal espíritu de la democracia no solo está en los gobiernos, sino en la vida diaria, es integral el vivir bien.
Lo que hemos perdido es el sentido de unidad, somos multicolores, adoptamos pensamientos filosóficos o políticos, tomamos parte por compromiso, interés o afinidad, nos hemos olvidado que por encima de intereses particulares o de grupo, todos somos oaxaqueños, que sin importar, partidos o ideologías, debemos unirnos en torno al beneficio colectivo, debemos avalar y respaldar las ideas, proyectos, que generen desarrollo sin importar si el gobierno en turno es a fin o no a nuestras creencias políticas, debemos de participar intensamente generando la inclusión de la ciudadanía en la toma de decisiones, eso nos hará ser tomados en cuenta y también responsables en la conducción de nuestros propios destinos.
El desarrollo del Estado no puede darse, sino va de la mano con el desarrollo humano de los oaxaqueños, busquemos la inclusión y participación plena en municipios de sistemas normativos internos, pero siempre respetando las mayorías, atendiendo los consejos de los viejos tata mandones donde los hay, respetando las forma de integración que han dado resultados en la búsqueda de la estabilidad y la paz, juntos lo podemos hacer, solo así podrá haber un desarrollo integral, donde todos tenga un beneficio, disfruten de lo que se hace bien y donde todos propongan alternativas de solución donde haya que mejorar o cambiar.
Encontremos las coincidencias, en un Estado tan rico en cultura, tradiciones, también hay riqueza en las ideas y pensamientos, armonicémoslas, hagámonos fuertes entre todos, que despierte verdaderamente el sentirnos oaxaqueños, que resurja el sentimiento de ayuda mutua, de tequio para mejorar, vigilemos a nuestros gobiernos, reclamemos, pero también ayudemos y propongamos, no realicemos actos que van en contra de nosotros mismos, con nuestro pasado hermoso en su herencia cultural, con nuestro presente rico en seres humanos, construyamos el futuro que queremos, no solo el que necesitamos, unamos pensamientos y conjuntemos acciones, solo así veremos aspiraciones, sueños realizados, por esta y por las nuevas generaciones….
*Presidente Estatal de Nueva Alianza en Oaxaca
@bersael
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