Uno de cada tres oaxaqueños padece de disfunción eréctil y… ¡no lo sabe!, alertó el médico sexólogo, Dr. Mario de Jesús Arias Cruz.
“Y es que por los tabúes que aún se siguen manteniendo dentro de la población masculina-señaló-; pocos varones acuden con el especialista o hablan con su pareja acerca del problema, para buscar soluciones que en la mayoría de los casos, siempre son favorables”.
El también autor de la iniciativa de ley para… “La no prescripción del abuso sexual infantil en Oaxaca”, dijo que éste padecimiento se presenta, en el momento en que el varón mantiene relaciones sexuales con su pareja -ya que no está solo-; sino que vienen a su mente sentimientos y pensamientos, que provocan que no tenga un control sobre su eyaculación y es entonces, cuando acurre el problema. Un problema que inicia sin que nadie se dé cuenta pero…al seguirse presentando de manera constante, comienzan las discusiones de pareja.
“Aunque…no todo está perdido –dice-, ya que tal padecimiento, se puede resolver a través de un proceso psicoanalítico; proceso en que el paciente y el terapeuta, van encontrando juntos el inicio del mismo y por supuesto, encontrando respuestas”.
Arias Cruz aclaró que la disfunción eréctil, ha sido manejada de manera errónea por los médicos, ya que en la mayoría de los casos, se administra a los pacientes medicamentos que a larga, incrementan y agravan el problema.
“Yo les explico a los pacientes que los medicamentos resuelven problemas en el cuerpo humano pero…no resuelven ni la vida, ni los problemas emocionales de una persona”-abundó-.
“Como consecuencia, siempre se deberá tener en cuenta que éste tipo de padecimiento, sólo puede resolverse a través de terapia psicoanalítica (con un profesional en la rama) orientada siempre en el aspecto de la vida sexual, del paciente”-dijo-.
“Los varones –por lo general-, tienen miedo a decir tengo un problema o… no puedo tener una buena relación sexual y, esto incrementa más tal padecimiento, ya que ni visitan al especialista, ni hablan de su problema con libertad ni confianza” -concluyó-.