Una fuente de esperanza en estos tiempos oscuros: Gustavo Esteva*

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*Activista social e “intelectual desprofesionalizado”. Sus reflexiones las establece en torno a propuestas de una democracia radical, las alternativas y crítica al desarrollo, un nuevo ecologismo, la autogestión comunitaria, la interculturalidad y el movimiento zapatista, entre otros. Cofundador del Centro de Encuentros y Diálogos Interculturales (CEDI) en Oaxaca, México y fundador de la Universidad de la Tierra Oaxaca; asesor del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) en la mesa de diálogo con el Gobierno Federal; columnista del periódico La Jornada. Forma parte del consejo consultivo de la Amedi Oaxaca.

 

La observación de los medios que realizó el capítulo Oaxaca de la AMEDI es sin duda un ejercicio modesto, limitado en el tiempo y en el espacio, que enfrentó muy diversas restricciones. Sus hallazgos tienen por ello doble mérito. Ofrecen un tesoro de información y material para reflexión que tendrá efectos duraderos.

Quiero subrayar ante todo un aspecto muy significativo y poco conocido. El proyecto no recibió apoyos externos, ni públicos ni privados. El capítulo no tiene los recursos de instituciones como la UNAM y otras grandes organizaciones que han incursionado en este campo. Lo que se hizo se basó en el enorme esfuerzo personal y la competencia técnica y profesional de quienes forman el capítulo de la AMEDI en Oaxaca. No hay manos escondidas o intereses oscuros. Se trata simplemente de un grupo de ciudadanas y ciudadanos –predominantemente mujeres, por cierto- que asumió la responsabilidad de ejercer plenamente su libertad y su derecho de observar a los medios. Es algo que merece muy amplio reconocimiento.

Una segunda cuestión que quiero destacar es la reacción de los propios medios ante el proyecto. Fue realmente sorprendente observar su indignación y preocupación por lo que no era sino un acto de libertad que puede realizar cualquier persona. El hecho de que quienes llevaban adelante el proyecto fueran objeto inmediato de presiones y amenazas es sólo un indicador preocupante del lamentable estado en que se encuentran los medios en el Estado. 

Esta observación sin precedente de los medios que operan en Oaxaca, en la circunstancia crítica que experimenta el país en esta elección, cuando enfrentamos riesgos tan grandes como las oportunidades que se abren, constituye una llamada de atención muy vigorosa. “Nombrar lo intolerable, ha dicho John Berger, es en sí mismo la esperanza. Cuando algo se considera intolerable ha de hacerse algo.” Lo que reportó el capítulo de la AMEDI es realmente intolerable. No podemos aceptar que los medios operen en Oaxaca en las condiciones realmente lamentables que fueron exhibidas por el ejercicio. Por eso mismo, por haberlo hecho evidente, el proyecto del capítulo Oaxaca de la AMEDI trae consigo un viento de esperanza. Algo tiene que hacerse. Algo vamos a hacer.

Y lo primero, acaso, es detenernos a examinar cuidadosamente los resultados de la observación y obtener de ella las conclusiones pertinentes. Así podremos guiar nuestra acción más efectivamente.