¿Saben ustedes cuánto costó la obra del distribuidor Vial Cinco Señores? Nada menos que 213 millones de pesos. Esta obra, originalmente, estaba proyectada en 126 millones de pesos. Resultó más caro de lo planeado: 87 millones más, y todavía con un retraso de dos años.
Se han preguntado ustedes ¿que se podría hacer con 213 millones de pesos?
Pues con 200 millones de pesos, el PRD podría pagar la deuda a Carlos Ahumada, mismo dinero que sirvió para saldar, en su tiempo, deudas de este partido.
Con 200 millones de pesos, en Querétaro, se construirá un hospital del Seguro Social, con capacidad de 260 camas. Esta obra la harán en un tiempo aproximado de un año.
Con 200 millones de pesos, dice el gobernador de Puebla, que se mejorará la infraestructura del Hospital del Niño Poblano, en un tiempo aproximado de nueve meses.
El año pasado, con poco más de 200 millones de pesos, el gobierno municipal de Chimalhuacán, Estado de México, en 100 días construyeron una fosa de clavados, una alberca semi olímpica, una cancha de baloncesto y voleibol y un gimnasio para deportes de combate.
Sin embargo, en nuestra ciudad en Oaxaca, con un retraso de dos años, el 15 marzo, fue terminada la obra más importante del sexenio de Gabino Cué: el distribuidor Vial Cinco Señores.
Desde luego que muchos oaxaqueños nos preguntamos una y otra vez, sin encontrar ninguna respuesta, por qué no tenemos ninguna obra significativa en la entidad, cuando el presupuesto del 2014 es de 80,000 millones de pesos, casi el doble de lo que manejó Ulises Ruiz, en su último año de gobierno, que fue de 42,000 millones de pesos.
Como no se ve obra, la gente dice: entonces, dónde está el dinero. Por supuesto que la mayor cantidad de dinero se va en pago de sueldos, salarios, prestaciones, premios, bonos y otras cosas para los trabajadores y funcionarios. La parte que resta se utiliza para obras y servicios.
Si se le pregunta al gobierno sobre este tema, asegura que no ha recibido la parte correspondiente del gobierno federal; mientras que el gobierno federal, asegura que ha enviado lo que le corresponde a la entidad oaxaqueña.
Mientras éste o aquél aseguren sus verdades, los sufridos oaxaqueños nos preguntamos quién será el primero que va a tapar o bloquear el deprimido de Cinco Señores. Aún no se sabe pero tarde o temprano va a suceder.
Desde luego que el único personaje que salió ganando con este puente, es el diputado Hugo Jarquín. Como dice el dicho: nadie sabe para quién trabaja. En una ocasión le pregunté al diputado que por qué hacía lo que hacía, como por ejemplo, el ubicar a la gente en el parque del amor y en otros sitios inapropiados. Él me respondió con toda desfachatez, que si no hacía lo que hacía, todo mundo lo olvidaría, nadie lo tomaría en cuenta y pasaría desapercibido.
Por eso digo que el único que resultó beneficiado con este puente, a pesar de la tardanza en la entrega, es el diputado federal. Abajo del puente elevado hay unas áreas bastante espaciosas como para ubicar varias casetas en ambos extremos. También, sobre el deprimido, hay otras áreas espaciosas bastante antojables para ubicar otro montón de casetas de lámina, mismas que podrían dar al puente una decoración digna y propia para Oaxaca.
No es que le esté dando ideas al diputado, supongo que ya consideró estos espacios para su gente.
Un puente a la medida de Hugo Jarquín: Horacio Corro Espinosa
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