08:39 Javier Aguirre se dejó ver como pocas veces había sucedido en la concentración previa a la Copa del Mundo. Durante la práctica matutina, el estratega sonrió y bromeó con su auxiliar Mario Carrillo hasta llegar a las carcajadas; por la noche, reunió al equipo y lo llevó a cenar fuera del hotel de concentración.
El viernes fue un buen día para el Tricolor en todos los sentidos. Para el cuerpo técnico y para los jugadores, quienes pudieron experimentar algo diferente a salir del hotel, entrenar y volver, una rutina que sumada a los viajes que realizó el equipo durante el fin de semana, había producido algunas caras largas, llenas de hartazgo.
Las buenas noticias para Aguirre comenzaron muy temprano y probablemente eso fue lo que lo puso tan de buenas. Después de trabajar separado del grupo por sufrir un esguince en el tobillo izquierdo, Guillermo Franco regresó a entrenar al parejo de sus compañeros. El delantero realizó el entrenamiento físico y el futbolístico sin problemas, se le notó sereno y sin guardarse nada durante los ejercicios.
Giovani dos Santos y Ricardo Osorio se separaron del equipo para trabajar ligero por sobrecarga muscular, pero nada tan severo como para preocupar a Aguirre, más platicador que de costumbre con el público presente.
La comida y la tarde pasaron sin novedad hasta que el reloj marcó la hora de la cena. Pero ningún jugador se dirigió al salón que fue acondicionado para su alimentación. Al salir de los elevadores, se dirigieron a la salida y se fueron en grupo, con el cuerpo médico y demás parte del equipo.
Aguirre rompió con lo que había manejado y le dio a sus futbolistas un respiro fuera de las instalaciones que la Federación Mexicana de Futbol preparó para la pretemporada en Europa. El poblado de Herzogenaurach no tiene mucho para ver que no sean campos verdes y casas muy dispersas unas de otras. Si a eso se le suma la disciplina que ha impuesto El Vasco, la salida de ayer por la noche fue un bálsamo para todos en el grupo. Para la cena que se organizó, fueron convocados hasta lo utileros; todos se fueron juntos y regresaron de la misma forma, en un gesto de Aguirre por darle un respiro a sus jugadores en momentos de alta tensión.
EL UNIVERSAL