A 23 días de haber iniciado sus funciones el actual gobierno municipal de Huajuapan, encabezado por Manuel Martín Aguirre Ramírez ―sobrino del exgobernador de Oaxaca, Heladio Ramirez López―, es bueno preguntarse ¿cuál es la calidad moral de este presidente? ¿Qué es lo que tiene en el corazón? Con estas dos preguntas podemos encontrar infinidad de respuestas.
Uno siempre busca, por naturaleza propia, personas afines a uno mismo. No vas a buscar como amigo a una persona que no sea de las particularidades de tu vida. Si eres malo vas a buscar amigos malos, obvio. O lo contrario.
Entonces, ¿cómo es que el Presidente municipal de Huajuapan se juntó o pudo reunir a los servidores públicos que están dentro de su ayuntamiento?
Dicen que para que dos personas trabajen bien, el yugo tiene que ser para iguales. En un yugo no se puede poner a un buey y a un burro para trabajar la tierra. La pregunta es entonces, ¿cómo es que el Presidente municipal se juntó con gente con antecedentes delincuenciales y ahora los tiene dentro de su ayuntamiento?
Si comenzamos con el Síndico procurador de justicia, Félix Martínez Olivares, podemos decir que esta persona ha tenido fuertes problemas de tránsito por su alcoholismo. El día de la toma de protesta el exgobernador Ramírez López, le dijo a su sobrino que si no quería tener problemas, que hablara con el Síndico, porque había llegado borracho a tan importante evento.
Dentro del mismo cabildo está el Regidor de seguridad pública, Agustín Vargas Ramírez, quien se desempeñaba como fiscal en jefe de la Agencia del Ministerio Público en Putla. Todos lo conocían como defensor de delincuentes. En una ocasión los del Comité de defensa de los derechos del pueblo (Codep), de Putla, detuvieron a un asaltante y lo metieron a la cárcel porque el fiscal se negó a cualquier acción en contra del detenido. Horas más tarde, los de esta organización se dieron cuenta que el fiscal y el asaltante habían huido juntos de Putla.
Otra persona con antecedentes dentro del Honorable Ayuntamiento municipal, se encuentra Miguel Leonardo Cantón, quien funge hoy como Jefe operativo en vialidad del Ayuntamiento municipal. A este personaje lo corrieron de la Dirección de tránsito del estado por falsificación de documentos, venta de licencias chuecas y otras lindezas. Por todo su oscuro currículum, lo sacaron esposado de su oficina y remitido a la fiscalía. Sin embargo, hoy forma parte del Honorable Ayuntamiento.
Seguramente nada de esto sabe el Presidente municipal, y sí lo sabe, finge no saberlo, pues cómo quitar de ahí a sus cuates.
Otro personaje es Rogelio López Escamilla. Él fue escolta del exgobernador Ulises Ruiz Ortiz, y hoy está como Comisionado de policía municipal de Huajuapan.
Dentro de sus antecedentes está la violación a los derechos humanos por golpear a diversas autoridades municipales.
El año pasado, cuando los policías estatales le ganaron la batalla a Gabino Cué, pidieron la salida inmediata de 11 mandos medios, entre ellos, la de Rogelio López Escamilla, quien se desempeñaba como director Regional del Sector de Valles Centrales. Hoy lo presume el presidente municipal como comisionado de policía municipal, y ser muy amigo del regidor Agustín Vargas Ramírez. Fíjense nada mas como se desliza la cochinada.
Y para el colmo en esta administración, está la regidora de Agencias y Colonias Samanta Yaret Vásquez Munguía, quien se cree muy abusada, muy inteligente, pero en realidad tienen su coquito medio hueco. Ha servido para puras tonterías y burla de los entendidos.
Esta regidora es la marioneta de su papá Alejandro Delfino Vázquez García. Éste señor siempre ha tratado de transar cualquier posición a base de mentiras. Un ejemplo: presumía traer 2000 votos de grupos evangélicos, mismos que se los quiso vender al hoy diputado local Juan Vera Carrizal. Por fortuna el entonces candidato lo mandó a volar. Lo mismo hizo con él el Partido Encuentro Social, pues de todo quería sacar billetes.
Días antes de que tomará posesión el nuevo ayuntamiento de Huajuapan, el papá de la regidora de Agencias y Colonias, Alejandro Delfino Vázquez, vendió la regiduría de su hija, se la ofreció a varios exdiputados locales y federales, y a expresidentes municipales de esa ciudad, para que éstos decidieran el camino de la regiduría a su antojo, y no su hija. Pedía más de cien mil pesos por ella.
Es probable que la regiduría haya quedado en manos de un panista quien ahora tiene metidas las manos dentro del actual ayuntamiento. Esta mujer, la regidora Samantha Yaret, que por cierto Samantha quiere decir la novia de Satanás, está al servicio de quien le compró la regiduría a su papá.
Creo que el presidente municipal está a tiempo para quitarle a su ayuntamiento la H de honorable.
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