Tres voces y una gran banda rindieron homenaje a Oaxaca

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Con canciones, sones, chilenas y mambos, las voces de tres destacadas cantantes oaxaqueñas, arropadas por la maestría de la Banda Sinfónica del Estado bajo la dirección de Eliseo Martínez, festejaron los 480 años de la ciudad de Oaxaca de Juárez.

 

Paulina Tenorio, Ana Díaz y Susana Harp cautivaron al público que abarrotó la Plaza de la Danza para disfrutar de un tributo musical a la Verde Antequera a cargo de artistas que han llevado en alto el nombre de Oaxaca a foros regionales, nacionales e internacionales, y que han dado a conocer la riqueza de las culturas del Estado, para admiración y beneplácito de los melómanos.

En el inigualable escenario que conforman el Palacio Municipal, el templo y el exconvento de San José, la Basílica de la Soledad hermosamente iluminada, el recién remozado Jardín Sócrates y, al fondo, los vestigios de la milenaria urbe de Monte Albán, el tablado estaba listo para albergar las emociones, sentimientos, sensaciones y recuerdos que detona el arte musical.

Paulina

La primera en subir al escenario fue Paulina Tenorio quien interpretó tres canciones con arreglos de Emiliano López, destacaron  “La Vela” de Guajiro López y el son jarocho “El Cascabel”, en el cual alternó con Evelyn Carlton, destacada cantante del gremio artístico oaxaqueño.

En las gradas del portentoso escenario al aire libre, un espectador se emocionó cuando escuchó la chilena  de Guajiro López y refirió a su esposa que él conoció a Chanta Vielma , legendario músico costeño que es mencionado en la pieza.

El sonido pleno del ensamble musical llenaba con su vibración no solo el espacio físico, también el alma de las personas que se identificaban con cada uno de las obras presentadas.

 

Ana

Tocó el turno de Ana Díaz, quien se ha destacado por sus dotes de compositora, que le han hecho merecedora de reconocimientos diversos. Su participación se destacó por la audacia en los arreglos, que hizo el maestro Óscar Martínez, con una diversidad de géneros abordados en el formato de Banda Sinfónica para canción contemporánea.

 

“Amor sabrás” de su inspiración, fue la primera pieza, seguida de la chilena ” Las amarillas” la cual dedicó a su abuela recientemente fallecida y a la gente originaria de Sola de Vega.

La artista mencionó que cantar con la Banda Sinfónica de Oaxaca es un sueño hecho realidad, y agradeció la flexibilidad del conjunto y de su director para tocar géneros que no son comunes en el repertorio tradicional para banda.

Con esa sonoridad, las y los espectadores escucharon ” Batallas para perder” de la autoría de Ana Díaz para después disfrutar de “No volveré” de Manuel Esperón, a ritmo de mambo y de “El Feo” con sonidos al estilo Big Band.

Para finalizar su intervención, la artista compartió ” Arrecifes de Coral” en un arreglo del queretano Felipe López; esta canción fue finalista en el concurso México, Canción de mi Corazón, que se llevó a cabo en 2011 en la capital del país. 

Susana

Llegó el turno de Susana Harp, el público ovacionó cuando escucharon su nombre.

“Me encanta  lo que canta esta muchacha, porque  lleva con orgullo nuestras canciones a todos los lugares donde va”, dijo un hombre que aseguraba haber llegado con tres horas de anticipación y estar muy satisfecho con el festín musical.

Con su esbelta figura y ataviada con un vestido de terciopelo negro, un elegante collar y un rebozo de seda, Susana dejó oir su voz en zapoteco y después leyó un poético texto con el tema de nuestra ciudad.

” Nací en cuna de cantera verde y laureles frondosos, con atardeceres encendidos, he comido no uno, ni dos, ni tres, sino siete moles. Oaxaca es una tierra que me duele profundamente, pero me inspira. Yo soy un cachito de Oaxaca hecho mujer. Hoy vuelvo a cantarle a mi tierra buena”.

Acto seguido cantó “Naela” de Jesús Chu Rasgado, para dar paso al romanticismo con el bolero “Como se lleva un lunar” del costeño Álvaro Carrillo; más adelante dedicó “Lindo Oaxaca” a los paisanos que “se parten el alma y el corazón trabajando del otro lado”.

El momento solemne llegó con la profunda interpretación del vals “Dios nunca muere”, el cual, como es costumbre en estas tierras, puso de pie al público que respetuosamente escuchó el llamado “himno de los oaxaqueños”.

Para finalizar, Susana Harp interpretó “El amuleto”, de Álvaro Carrillo, con un hermoso areglo del maestro Óscar Martínez, chilena que puso a bailar a una parte del público.

La ovación fue cerrada y unánime, las personas congregadas en la Plaza de la Danza pedían otra intervención, Paulina Tenorio y Ana Díaz subieron al escenario y acompañadas una vez más de la Banda Sinfónica del Estado, cantaron “Pinotepa”, del imprescindible compositor de Cacahuatepec. 

Las cámaras se aproximaron frente a las tres talentosas oaxaqueñas, nadie, ni reporteras ni admiradores del público querían perder ese momento. Susana, Paulina y Ana agradecían conmovidas, las personas integrantes de la Banda Sinfónica del Estado sonreían con satisfacción, las cantantes agradecieron al Ayuntamiento de la ciudad la oportunidad de participar en el festejo de los 480 años de Oaxaca de Juárez.

La magnífica y fresca noche acompañaba a la gente que, en grupos se retiraba de la Plaza de la Danza o acudía a pedir un autógrafo o una fotografía con las artistas.

La Verde Antequera, siempre inspiradora, recibió un tributo de su gente a través de bellas voces que ensalzaron los ecos de la tierra con el arte del sonido y el silencio.