Si la caracterización de “jóvenes valientes” aplicada a los guerrilleros de la Liga Comunista 23 de Septiembre por su intento de secuestro del empresario regiomontano Eugenio Garza Sada pareció un desliz imprudente, en realidad estuvo en un escenario más profundo: la reivindicación de la guerrilla armada violenta como parte del surgimiento de la Cuarta Transformación.
El historiador Pedro Salmerón fue asignado a la dirección general del Instituto de Estudios Históricos de las Revoluciones de México para construir una legitimación histórica a la Cuarta Transformación del presidente López Obrador. Hasta ahora, la 4T carece de una ubicación histórica entre tres revoluciones armadas y de ruptura de sistema/régimen/Estado, las tres históricas montadas en nuevas constituciones.
El incidente que llevó a su caída formó parte de la tarea política e ideológica de Salmerón de comenzar con la reivindicación de movimientos armados, revolucionarios y rupturistas de la segunda mitad del siglo XX que fueron aplastados también de manera violenta por el Estado priísta.
La referencia de Salmerón estuvo localizada en un curso –no seminario ni ciclo de conferencias– del INEHRM dedicado a los “Movimientos políticos y sociales en el siglo XX, periodo 1970-1990, Módulo III”, construido con diez temas referidos a esos movimientos anti sistema/régimen/Estado y a realizarse del 10 de septiembre al 10 de octubre:
–Genaro Vázquez Rojas.
–El maestro Lucio Cabañas y la guerrilla en Guerrero 1962-1974.
–El feminismo a partir de los años 70.
–Movilización ciudadana a partir del terremoto de 1985.
–La Liga Comunista 23 de Septiembre.
–El surgimiento de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE).
–Organizaciones campesinas independientes.
–El Frente Democrático Nacional.
–El Ejército Zapatista de Liberación Nacional, 1994.
–Y la huelga estudiantil de 1999.
La incorporación de movimientos rebeldes derrotados por la tercera revolución mexicana a los estudios de las revoluciones de México podría ser –en la lógica de Salmerón– la fuente político-ideológica de la 4T, aunque en la revisión de la poca literatura —no narrativa– de la propuesta lopezobradorista no existe ninguna idea –aunque sea lejana– de convertirse en un movimiento revolucionario de ruptura.
En todo caso, la recuperación de los movimientos políticos y sociales antisistema/régimen/Estado con intenciones de reivindicación histórica pudieran incorporarse como base histórica de la 4T.
El INEHRM ya había causado efectos revulsivos con un artículo histórico de la investigadora Halina Gutiérrez Mariscal, patrocinado por el Instituto, sobre las polémicas elecciones del 2006 en las que las cifras oficiales del INE le dieron la victoria al candidato presidencial panista Felipe Calderón Hinojosa por 0.6% arriba de López Obrador. Aunque el artículo abierto en internet no generó escándalo mediático, sí provocó la queja del PAN y la amenaza de una demanda penal porque estaba construido no como ensayo analítico, sino como texto contra el PAN desde un instituto público del Estado.
En este contexto, el incidente alrededor del intento de secuestro de Garza Sada que salió mal y el empresario regiomontano murió en fuego cruzado fue parte de la trama de interpretación histórica de hechos que en su momento y después fueron juzgados negativamente por la historia oficial priísta. Ahora la 4T podría andar en busca de una reinterpretación de la historia y cuando menos la lista de movimientos 1970-1990 se refiere a organizaciones y sucesos de ruptura revolucionaria, con el desliz sí registrado en las fuerzas armadas en el sentido de que el único ejército es el mexicano institucional y que el EZLN no era un ejército, sino una guerrilla armada derrotada en la batalla de Ocosingo y luego desactivada por la exigencia social de repudiar el uso de las armas en la lucha política. En el INEHRM sí consideran al EZLN como “ejército”.
En su larga e inusual carta de renuncia a la dirección del INEHRM, Salmerón ofrece un enfoque de revisión histórica del discurso oficial del cual ha sido partícipe el propio presidente López Obrador en la exaltación de héroes que construyeron el sistema/régimen/Estado priísta, como Lázaro Cárdenas, por ejemplo. Y afirma Salmerón la ruptura con “la historia (oficial) que promovieron durante 30 años” algunos “¿historiadores? afines al régimen neoliberal”.
Pero con Salmerón o sin Salmerón, el INEHRM continuará su tarea de construir un nichohistórico a la 4T.
Era hora. En noviembre del año pasado, Indicador Político recogió la versión de que el Senado quería otorgarle la medalla “Belisario Domínguez” al empresario Carlos Slim y sugirió que esa presea la merecía la señora Rosario Ibarra de Piedra por su lucha contra la represión que desapareció a su hijo en manos de la policía política de la Federal de Seguridad. La lucha por los desaparecidos políticos fue una semilla de la batalla por la democracia.
Política para dummies: La política es la construcción de consensos plurales… hacia un solo lado.