Para tomar buenas decisiones, dado lo escaso de los recursos, siempre es necesario contar con información pertinente, pensando en esto, me di a la tarea de recopilar una serie de indicadores que permiten generar un perfil de la economía mexicana. En función de lo anterior, a partir de esta entrega estaré presentándole información referente a México agrupada en cuatro categorías: 1) Transparencia; 2) buen gobierno; 3) economía y finanzas y 4) desarrollo humano. En esta entrega inicio con 3 índices relativos a la confianza que las personas tienen en las instituciones y la transparencia con la que se manejan los gobiernos del país.
En enero de 2010 la empresa Consulta Mitofsky presentó su estudio anual “Confianza en las Instituciones, Evaluación Nacional”, encuesta aplicada a 1,000 personas mayores de 18 años con credencial de elector, seleccionadas aleatoriamente en 100 secciones electorales del territorio nacional, basada en entrevistas cara a cara. El estudio mostró la calificación que los ciudadanos asignaron a la confianza que les inspiran algunas instituciones en México.
Los resultados del estudio revelaron tres grados de confianza: a) Confianza alta: iglesia, universidades, ejército y medios de comunicación; b) confianza media: Instituto Federal Electoral, Suprema Corte de Justicia de la Nación, empresarios, Presidencia de la República y bancos; y c) confianza baja: senadores, sindicatos, policía, diputados y partidos políticos.
Respecto a la opacidad con la que se manejan los gobiernos, el Milken Institute elabora anualmente un índice, dicho instituto es un grupo estratégico estadounidense cuya misión es mejorar las condiciones económicas en diversas poblaciones de Estados Unidos y otros países del mundo, para ayudar a quienes diseñan las políticas públicas a identificar e implementar ideas innovadoras para la prosperidad.
En 2009, México ocupaba la posición 33, de una muestra de 48 naciones; según dicho estudio, se consideraron 5 grandes áreas que afectan el crecimiento económico: a) Corrupción, b) insuficiencia en el sistema legislativo, c) aplicación de políticas económicas, d) estándares corporativos de contabilidad gubernamental, y e) calidad regulatoria.
El índice de opacidad utiliza una escala de 0 a 100 puntos, donde los valores mayores significan más opacidad y los inferiores más transparencia. Se construye con 65 variables obtenidas de fuentes como el Banco Mundial (BM), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y de autoridades locales de los países estudiados.
De acuerdo con los datos de 2009, México obtuvo una calificación de 37 puntos y se ubicó en la posición 33, con lo que retrocedió 2 posiciones respecto del año anterior, mientras que Chile destacó en Latinoamérica con 25 puntos; por su parte, Nigeria obtuvo el mayor índice de opacidad con 55 puntos, y, en el lado opuesto, se observó que Finlandia fue el país más transparente con 9 puntos. Los principales socios comerciales de México (Estados Unidos y Canadá) se ubicaron entre las 15 naciones con menor índice de opacidad, con 22 y 20 puntos, respectivamente.
Tercer y último indicador. En el Compendio de Indicadores 2009, publicado por Aregional, se presenta el Índice de Transparencia de la Disponibilidad de la Información Fiscal de las Entidades Federativas 2009 (ITDIF 2009), el cual es un instrumento estadístico que evalúa la disponibilidad y calidad de la información financiera y fiscal generada por los gobiernos estatales; sirve como insumo para emitir un juicio dentro de la administración y ejecución de los recursos públicos, así como para medir la transparencia y el desempeño de la gestión de cada uno de ellos.
El universo de evaluación del ITDIF se integra por los 32 estados de la República Mexicana y toma valores entre 0 y 100, por lo que el resultado de su medición no sólo realiza una jerarquización entre las entidades federativas, según los esfuerzos realizados por cada gobierno estatal para dar mayor transparencia a la información fiscal, sino que también puede ser interpretado como una calificación. Los bloques que conforman el ITDIF y los puntos que les fueron asignados a cada uno son: marco regulatorio 15, costos operativos 20, marco programático-presupuestal 20, rendición de cuentas 25 y estadísticas fiscales 20 puntos.
En 2009 el índice promedio de transparencia fue 77.41, 17 entidades estuvieron por encima de ese promedio (1. Chiapas, 2. Chihuahua, 3. Veracruz, 4. Nayarit, 5. Sinaloa, 6. Estado de México, 7. Jalisco, 8. San Luis Potosí, 9. Guanajuato, 10. Aguascalientes, 11. Nuevo León, 12. Colima, 13. Zacatecas, 14. Coahuila, 15. Durango, 16. Baja California Sur y 17. Baja California). De las restantes entidades, 4 fueron catalogadas como de nivel medio de transparencia (18. Querétaro, 19. Sonora, 20. Michoacán, 21. Campeche), 11 como de nivel bajo y muy bajo de transparencia (22. Guerrero, 23. Yucatán, 24. Distrito Federal, 25. Tabasco, 26. Hidalgo, 27. Puebla, 28. Tamaulipas, 29. Morelos, 30. Oaxaca, 31. Quintana Roo y 32. Tlaxcala).
En suma, la revisión de los indicadores a los que he hecho referencia me permiten aseverarle que México es un país con un nivel medio de transparencia. La transparencia es más común en el gobierno federal y menos frecuente conforme reducimos la escala gubernamental. Comparado con sus dos principales socios comerciales (Canadá y los EE.UU.), el país tiene mucho trabajo que realizar en la materia. Recientemente hemos sido testigos de enormes ejemplos de falta de transparencia y corrupción (CFE, estela de luz, deuda de Coahuila y caso Marín en Puebla) que dejan dudas respecto a la capacidad y voluntad de los actores políticos para revertir la actual situación de opacidad prevaleciente.
Precisamente, cuando se pregunta a los ciudadanos en qué instituciones confía, la mayoría señala que en la Iglesia, Ejército, universidades y medios de comunicación. Por cierto esta última severamente cuestionada en la actualidad por el movimiento estudiantil denominado #YoSoy132. En los partidos políticos, sindicatos y políticos en general son en las que menos confían. Otra institución que genera desconfianza en la ciudadanía, por encima de los políticos, es la policía y esto es realmente grave, ya que ellos son los ejecutores de la ley y si ellos no están haciendo su trabajo correctamente, entonces todo el sistema de normatividad vigente y creación de incentivos para un desempeño adecuado de la sociedad está fracturado y puede explicar nuestro subdesarrollo.
Este resultado puede ser utilizado por los políticos en campaña para proponer políticas públicas tendientes a una mejora de la acción y percepción policial por parte de la ciudadanía. Desde mi experiencia profesional e interés ciudadano, la mejora del sistema judicial y la profesionalización de las policías es una de las tareas fundamentales del México moderno, pero, ¿cómo lograrlo si los encargados de proponerlo y ejecutarlo son tan corruptos o peores que nuestros policías?
Crisis en Europa y economía mundial…
Por el momento la economía de la zona euro seguirá presentando tasas negativas de crecimiento (-0.1% al 8 de junio), en algunos países continuará la recesión y seguirán los ajustes en las finanzas públicas, las políticas de austeridad seguirán ganando terreno y junto con ellas las protestas sociales. En el caso de España, ya ha recibido un paquete de estímulo por parte del Banco Central Europeo para sanear su sistema bancario (100 mil millones de euros), con lo que está descartada una caída generalizada en esa economía, la cuarta en importancia de la región, ello es un indicador de la voluntad que tienen los líderes europeos para mantener vigente la Unión (que fuera de lo financiero ha significado un incremento del volumen de comercio entre los países miembros y por ende un mayor bienestar). Por otra parte, a pesar de la salida de Grecia de la Unión Europea, los mercados reaccionarán adecuadamente; es decir, con pocas turbulencias, dado que ya descartan este acontecimiento. Grecia tendrá que restructurar sus finanzas y ello implicará un estancamiento de su economía, al menos para los próximos diez o quince años. A la luz de lo anterior, la economía mexicana, mantendrá su crecimiento y reducida creación de empleos. Si el nuevo presidente o presidenta de México no deteriora las condiciones de estabilidad que se han creado en los últimos doce años, no veo problema para que se implemente reformas en lo microeconómico y sectorial que lleven a un mayor crecimiento, todo dependerá de la voluntad política de los actores y de que el partido ganador de la presidencia también tenga mayoría en las Cámaras.
* Profesor en economía de la UACJ, Miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI)