Una vez que hemos establecido que los procesos transicionales son producto no de una sola condición, sino mas bien la suma de diversos factores que, una vez acumulados, convergieron en un momento dado para dar paso a nuevos estadios de democracia, cada uno en diferente medida pero claramente con pasos hacia adelante en relación con las condiciones previas al movimiento transicional, podemos preguntarnos ¿hacia adonde habría que conducir esa transición democrática? Y por otro lado ¿que condiciones debiesen presentarse para saber que hemos salido de la etapa de transición para entrar en la de consolidación de la democracia?
De entrada vale la pena mencionar que en Oaxaca sin duda las condiciones hoy, son diferentes que antes del 2010, ¿mejores o peores? Cada uno de nosotros tiene su propia opinión; ahora la intención es destacar aquellas que claramente diferencian un estilo de gobernar de otro. Por una parte es claro que no hay un gobernador metido a operador político decidiendo hasta lo mas mínimo, hoy por una cosa u otra los partidos políticos tienen mas margen de maniobra para decidir candidaturas, líneas de acción, incluso para señalar al gobierno de falta de cumplimientos de los “acuerdos”.
Otro elemento diferente es que tampoco se percibe que el órgano electoral estatal este supeditado al ejecutivo como sucedió durante muchos años, hoy al parecer, el instituto encargado de organizar las elecciones locales goza de autonomía, aunque ello no implica que tenga dirección, mas bien pareciera que se ha ido tropezando y sustituyendo la “línea” del gobernador por la de los partidos políticos.
Estas dos condiciones, ya de por si, son un avance en la construcción de una incipiente democracia, se esperaría con ello que las contiendas fueran mas equitativas, sin embargo en el tema electoral no es suficiente solamente con “laissez faire, laissez passer”, era imprescindible cambiar las reglas del juego con ánimo precisamente transicional, en política los vacíos se llenan, y la no intervención del gobierno en las elecciones, fue retomada por los partidos políticos desde el Congreso Local y desde las dirigencias, así pues, los instrumentos que debieron ser estrictamente ciudadanos como el Instituto Estatal Electoral fueron intervenidos y prácticamente secuestrados por los partidos, en resumen, en el tema electoral solo se ha registrado un corrimiento del poder autoritario del Ejecutivo hacia los partidos.
Hoy la oportunidad de haber establecido nuevas reglas para las contiendas electorales estará supeditada a lo que por obligación se tenga que legislar dada la reforma político-electoral en el ámbito federal, se tendrá una normatividad electoral de reacción en vez haberla tenido de proacción. Tuvimos la posibilidad de ser punta de lanza en materia de democracia y generar legislación electoral de avanzada que fuera ejemplo para otras entidades del país. Se dejó hacer, se dejó pasar.
Ya iremos analizando otros temas que a la luz de un proceso de transición deberían, a su vez, haber cambiado, para responder la pregunta inicial de estas líneas.
Presidente del Consejo Estatal de Movimiento Ciudadano
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