Un teléfono inteligente y un minilaboratorio llamado CellScope pueden ser las siguientes herramientas que permitan identificar a tiempo infecciones por gusanos parasitarios en África, revelan científicos de la Universidad de Berkeley.
El equipo aprovecha la cámara del teléfono para analizar una pequeña muestra de sangre colocada en un pequeño recipiente, explica Daniel Fletcher, profesor de bioingeniería y creador del dispositivo.
Al presentar la tecnología en la revista Science Translational Medicine, el investigador precisa que el equipo podría ayudar a reactivar los esfuerzos para erradicar enfermedades debilitantes en África, ofreciendo además información crítica para los médicos en el campo.
Si bien ya otros equipos en el mundo han demostrado que los teléfonos móviles pueden ser usados para la microscopía, este es el primero que combina la tecnología de imagen con la automatización de hardware y software para crear una solución de diagnóstico completa.
“El CellScope ofrece resultados precisos y rápidos que permiten a los trabajadores de salud para tomar decisiones de tratamiento que pueden salvar vidas en el campo”, explica Fletcher vía electrónica.
Para el desarrollo del equipo, los especialistas de California unieron esfuerzos con el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de Camerún, donde lo han probado de forma exitosa.
Específicamente, se ha trabajado en la identificación temprana de filaria (causada por un gusano parasitario), oncocercosis (conocida como la ceguera de los ríos) y filariasis linfática.
El objetivo de los especialistas es la atención a enfermedades tropicales desatendidas y tratables, enfatiza.
Para el CellScope el equipo de Fletcher aprovechó un smartphone que es colocado en una base de plástico (impreso en 3D) que incluye luces LED, microcontroladores, engranajes, circuitos y un puerto USB.
Igualmente se desarrolló una aplicación que con un solo toque de la pantalla se comunica de forma inalámbrica a través de Bluetooth a los controladores de la base para procesar y analizar la muestra de sangre.
Una serie de engranajes mueven la muestra delante de la cámara, y un algoritmo de análisis detecta de forma automática el movimiento “retorcido” de los gusanos lo cual es captado en video, iniciando el recuento de gusanos.
Las primeras pruebas del dispositivo han permitido una reducción en la tasa de error humano con un procedimiento que tarda, aproximadamente, dos minutos o menos (desde que la muestra se inserta en el equipo).
Ante los resultados, los científicos se han planteado realizar análisis en 40 mil personas más, también en Camerún, para revisar de forma más amplia la eficiencia del dispositivo y la aplicación.
Ceguera de los ríos se transmite por la picadura de moscas negras y es la segunda causa de ceguera infecciosa en todo el mundo.
Por otra parte, la filariasis linfática es transmitida por mosquitos, conduce a la elefantiasis, una condición marcada por intenso dolor, desfigurando por la hinchazón partes del cuerpo. Es la segunda causa de discapacidad en todo el mundo y, como ceguera de los ríos, es altamente endémica en algunas regiones de África.
Aunque se puede utilizar para el tratamiento de estas enfermedades, las campañas de salud pública en masa para administrarlo se han estancado debido a efectos secundarios potencialmente fatales para los pacientes coinfectados con Loa loa, una condición conocida como el ojo de gusano.
Cuando hay altos niveles circulantes de gusanos microscópicos Loa loa en un paciente éstos pueden llegar al cerebro y generar daños neurológicos que pueden ser graves o mortales.
Hasta ahora, el método estándar para la detección de Loa loa implica contar manualmente los gusanos en una prueba de sangre utilizando microscopios convencionales de laboratorio, haciendo el proceso poco práctico para su uso en el campo.