Personal del hospital del Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI), ubicado en esta Juchitán de Zaragoza, se manifestaron en el nosocomio, para exigir a las autoridades federales resuelvan su continuidad laboral debido a que desconocen lo que pasará con ellos ahora que se ha informado que el inmueble cerrará sus puertas y dejará de atender a personas infectadas por el COVID-19.
Por lo que pidieron su recontratación, toda vez de que su contrato culmina el 15 de junio, y también solicitaron que el hospital siga funcionando ya sea como Materno Infantil con sus 16 especialidades como estaba planeado, y que no se quede como un Elefante Blanco.
Los cerca de 36 trabajadores, entre los que se encuentran médicos, enfermeros, afanadores y personal administrativo, señalaron que fueron contratados el 1 de abril de 2020, tras el llamado que hiciera el gobierno federal ante la contingencia que se vivía debido a la pandemia por el COVID-19.
Explicaron, que a pesar de conocer el riesgo que podrían correr, acudieron a la convocatoria que hicieron las autoridades federales y fue así como fueron contratados por la institución médica antes mencionada que en todo momento estuvo a cargo de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) y que atendió a personas con COVID-19 en estado crítico.
Precisaron, que sin ser notificados, pacientes que se encontraban aún internados en el hospital, fueron trasladados a otros nosocomios, el personal militar que se encontraba en el lugar fue retirado y las puertas del inmueble fueron cerradas debido a que presumiblemente se rumoró, ya no existía riesgo de contagio en la región del Istmo.
Recordaron que este próximo 15 de junio de 2021 concluye la relación laboral que se tiene con la SEDENA y hasta estos momentos ni una autoridad sanitaria se ha acercado a ellos para informarles de lo ocurrirá con su situación laboral, por lo que le solicitan al gobierno federal lo que prometió al inicio de su contratación por la pandemia, que sería su reubicación a unidades de salud, tras culminar su intervención en los hospitales INSABI.
Diana Méndez