Hasta el momento, la hipótesis más fuerte por la explosión en San Martín Texmelucan tiene que ver con el derrame de crudo originado, presuntamente, por personas que ordeñaban combustible en un ducto de Pemex.
La tragedia, hasta anoche era de 28 personas muertas, entre ellas 13 menores de edad, 52 heridas, 32 viviendas consumidas totalmente por el fuego y daños en otras 83 a lo largo de 2 kilómetros.
Pemex dijo que la ordeña era una posibilidad, la otra sería un falla mecánica.
El escándalo volvería a rodear a Pemex, de ser cierta la hipótesis de la ordeña, pues la paraestatal ya había sido alertada y reconvenida varios meses por legisladores federales debido al incremento de tomas clandestinas.
Y es que Pemex no sólo tenía conocimiento en el número, sino en cuanto a las zonas del país en las que se registra tal ilícito.
En 2009, paraestatal reconoció que la delincuencia organizada logró burlar el Sistema de Control Supervisorio de Adquisición de Datos para medir los cambios de presión en los ductos.
En septiembre pasado, aseguró a los diputados que había logrado una reducción de 58.6% en el faltante de combustible.
En el informe, el más reciente, afirmó que en el segundo trimestre de 2010 se localizaron 273 tomas clandestinas, 187 en poliductos y 86 en oleoductos de donde se extrajeron recursos estimados en 824 mil 661 barriles de productos petrolíferos.
En aquella ocasión, el diputado Arturo Jiménez Zamora, exigió a la Procuraduría General de la República (PGR) y a Pemex, incrementar las acciones contra el robo de combustible en el país.
Con información de El Universal
