Toma cameral precipita la reforma energética

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El pleno de la Cámara de Diputados trasladó ayer su sesión a un recinto alterno dentro del Palacio de San Lázaro y precipitó la votación de la reforma energética, después de que un grupo de legisladores de PRD, Movimiento Ciudadano y PT tomaron la tribuna y clausuraron los accesos al salón de sesiones, con la intención de frenar el proyecto.

Con 354 votos a favor y 134 en contra, los legisladores aprobaron anoche en lo general el paquete de reformas a los artículos 25, 27 y 28 de la Constitución para abrir los sectores petrolero y eléctrico a la participación de inversiones privadas bajo esquemas de rentas compartidas y licencias.

En pro de la minuta previamente aprobada por el Senado votaron los diputados federales de PRI, PAN, Partido Verde y Nueva Alianza, mientras los legisladores de las izquierdas y la panista Verónica Sada lo hicieron en contra.

Al cierre de esta edición, el pleno camaral discutía los artículos reservados por más de 100 oradores de las bancadas de izquierda.

De acuerdo con las estimaciones del diputado presidente, Ricardo Anaya, el desahogo de la discusión en lo particular se prolongaría hasta cerca de las dos de la tarde este jueves.

En medio de insultos, empujones y manotazos, la Mesa Directiva dio entrada formal a la reforma energética, para enseguida dispensarle todos los trámites y ponerla a discusión inmediata.

Los coordinadores de los grupos parlamentarios de PRI, Manlio Fabio Beltrones, y de PAN, Luis Alberto Villarreal, demandaron el debate y la aprobación exprés de la minuta senatorial, mientras su homólogo perredista, Silvano Aureoles, llamó a evitar el atropello de los procedimientos legislativos.

No obstante, la mayoría parlamentaria desechó tres mociones suspensivas presentadas por los legisladores perredistas Luis Espinosa Cházaro y Carol Antonio Altamirano, así como la petista Lilia Aguilar, con la intención de frenar la discusión exprés de la reforma.

Así, la Cámara de Diputados determinó discutir ayer mismo la reforma energética, sin dar turno a las comisiones unidas de Puntos Constitucionales y de Energía para el análisis y dictamen del documento.

Diferendos y argumentos

Perredistas, emecistas y petistas calificaron a los diputados de las otras fracciones como “traidores a la Patria”, mientras priistas y panistas justificaban la aprobación de la reforma energética como una contribución al progreso y a la modernidad del país.

Los diferendos generados por el proyecto de enmiendas constitucionales derivó en connatos de pelea entre legisladores, como el vocero perredista Carlos Reyes Gámiz, quien encaró a un grupo de priistas, y la también perredista Karen Quiroga que dio un manotazo en el rostro a la priista Landy Berzunza.

Antes, durante la toma de la tribuna parlamentaria y la clausura del salón de sesiones, la diputada Yesenia Nolasco, del PRD, arremetió contra la priista Sue Ellen Bernal y derribó al piso a Mirna Velázquez, mientras Leobardo Alcalá, también del Revolucionario Institucional, se declaró víctima de una agresión física por parte de los representantes de la izquierda que irrumpieron en la tribuna.

Durante la votación en lo general, los legisladores de las diversas fracciones lanzaron toda suerte de arengas, como el “mejor vendan a su madre” que lanzó la perredista Aída Valencia o el “para traicioneros, los que se vendieron por unos pesos” con que el panista Víctor Fuentes reviró a la corriente del PRD que respaldó la reforma hacendaria.

El petista Manuel Huerta aprovechó su turno en la votación para endosar todo tipo de adjetivos y denuestos contra el Presidente de la República y los diputados del PRI, del PAN y del Partido Verde.

El presidente de la Mesa Directiva, Ricardo Anaya, terminó por cerrarle el micrófono, mientras priistas y panistas le gritaban “¡fuera, fuera, fuera!”.

Con los ánimos prácticamente desbordados y en medio de una gran tensión, el personal de Servicios Parlamentarios incurrió en un error y le reportó al diputado Anaya un supuesto “voto cachirul”, que al final de cuentas resultó ser del legislador Rodrigo Chávez, suplente del dirigente nacional de Morena, Martí Batres.

El coordinador de Movimiento Ciudadano, Ricardo Monreal, exigió una disculpa pública para su correligionario, a lo que Anaya accedió y de paso ordenó restituir el voto de Chávez en el conteo final.

De manera paralela, legisladores de las izquierdas encabezados por Alejandro Sánchez Camacho y Aleida Alavez, entre otros, celebraban una “sesión legítima” en el recinto oficial del Palacio de San Lázaro.

Uno tras otro, los diputados identificados con los grupos de René Bejarano, Marcelo Ebrard y Andrés Manuel López Obrador subieron a la tribuna para expresar su rechazo a la reforma energética y llamar a la defensa del patrimonio nacional.

El coordinador de la bancada del PRD, Silvano Aureoles, se presentó posteriormente en el recinto tomado por sus correligionarios e les solicitó liberar tanto la tribuna como el pleno, sin lograr disuadirlos.

Los diputados inconformes le reprocharon su “tibieza” en la defensa de Pemex ante los coordinadores del PRI, Manlio Fabio Beltrones, y del PAN, Luis Alberto Villarreal.

Después de la sorpresiva maniobra para impedir la discusión de las enmiendas constitucionales en la llamada máxima tribuna de la nación, la Mesa Directiva y la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados acordaron habilitar el auditorio del edificio E en el Palacio de San Lázaro como recinto alterno para sesionar y discutir la reforma energética.

Por instrucciones del diputado presidente, Ricardo Anaya, el personal de Servicios Parlamentarios improvisó en la sede alterna un presídium y la tribuna para las intervenciones de los legisladores.

Todo ello bajo un férreo control de accesos por parte del personal de Resguardo y Seguridad de la propia Cámara de Diputados, así como una muralla humana de diputadas y diputados del PRI para impedir una nueva toma de tribuna por parte de los legisladores del PRD, Movimiento Ciudadano y PT, que al momento de la votación en lo general ingresaron a la sede alterna.

Cierre en el Senado

Después de 20 horas y media de un debate sin incidentes mayores, del que se marginaron PRI, PAN y PVEM para no prolongar más la aprobación, el Senado aprobó sin cambios en lo general y en lo particular el dictamen que reforma la Constitución para entregar al sector privado contratos y licencias para explorar y explotar el petróleo y gas del país, así como el servicio eléctrico nacional; mientras que Pemex tendrá un plazo de 90 días a partir de la entrada en vigor del decreto para demostrar técnicamente que puede conseguir las asignaciones de contratos.

Se refrendaron los últimos ajustes al texto constitucional, que posibilitarán a las transnacionales llevar a tribunales internacionales conflictos relacionados con el sector de los hidrocarburos, al retirar del artículo 25 su carácter de industria estratégica.

Los perredistas Dolores Padierna y Luis Sánchez explicaron que mientras el sector de hidrocarburos estuviera protegido por su carácter estratégico, las reglas del TLCAN firmado en 1994 no aplicarían para dirimir conflictos en paneles internacionales, pero al perder esa característica podrán ser sometidos a procesos internacionales.

A decir de la izquierda, esta decisión lesiona la soberanía no solo porque los contratos serán de plazos de hasta 40 años, en el caso del gas, sino porque las empresas habrán registrado en sus libros contables las reservas como propias aun cuando sus contratos deberán decir que son propiedad de la Nación.

Durante el debate, PRD, PT y Movimiento Ciudadano alertaron que entre los cambios de última hora en el “dictamen balín”, se incluyó un cambio fundamental que no se conoció, sino hasta el último minuto, para darle a las dueños de concesiones mineras la posibilidad de explotar el gas asociado al carbón.

“Entonces ahora no solamente serán dueños del producto del subsuelo como son el oro, la plata, el carbón, etcétera, sino del gas”, aseveró Padierna Luna, al detallar que éste incluye el gas Shale o de Lutitas, toda vez que podrán usar sus concesiones, pese a que en el primer dictamen estaba prohibido expresamente.

La sesión más larga en la historia moderna del Senado arrancó a las 14:30 del martes y terminó ayer casi a las 10 de la mañana, cuando el perredista Zoé Robledo anunció que retiraba su propuesta de adiciones, pero se verían en la consulta.

Certificados de Pemex

Petróleos Mexicanos realizó una oferta pública por ocho mil 500 millones de pesos, adicionales a la décima quinta emisión al amparo del programa dual de certificados bursátiles por un monto de hasta 300 mil millones de pesos o su equivalente en unidades de inversión.

De acuerdo con información enviada al público inversionista de la Bolsa Mexicana de Valores , el plazo de vigencia del programa es de cinco años, a partir de la fecha de autorización del programa, emitida por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores .

Agencias