Daniel Juárez López, es uno de los más finos representantes del gobierno del “cambio y la morralla”, porque es un gran exponente del reparto de cuotas que caracteriza a este gobierno. Su paso por la farándula chapulinera, comenzó cuando apenas unos días después de haber tomado protesta como Secretario del Trabajo (iba a ser regidor en un municipio que no es el suyo, pero dejó encargado el puesto a su hermano, que venía recién desempacado del Planeta de los Simios) cuando fue acusado de haberse robado un par de carteras de Fábricas de Francia, que ―seguramente…― olvidó pagar al salir de la negociación.
Luego, Dany Carteras, siguió en el mundo de la fama por sus desplantes y excesos. En poco tiempo se encargó de exterminar al grupo de personas que lo acompañaron durante sus aventuras políticas en el PT. Todos ellos aguantaron los tiempos de vacas flacas, carencias, promesa de salarios y de cuentos de que “pronto nos irá mejor…”
Cuando “Daniel Carteras” vio el presupuesto que le tocaba manejar, le entró la codicia y entonces se inventó la forma de quedarse con todo lo que pudiera. Así que comenzó a hacer a un lado a todos aquellos a los que pensó que podían pedirle un “pellizco” del presupuesto que, según, era de él. A partir de entonces, se dedicó a hostigar a sus colaboradores desde su secretaría particular. Todos sus directores que según eran sus amigos antes del cargo, se volvieron sus enemigos cuando Dany, llegó a ser “alguien”. A todos los terminó corriendo. No dejó uno de ellos.
El joven Daniel Juárez, ya bien atornillado en el puesto, se dio cuenta que era hábil para el business, que no le daba pena desempeñarse para eso. Se descubrió ingenioso y astuto, así que desde entonces se ha pasado los últimos años estafando a todos los que ha podido burlar.
Le gustó el camino de entrarle a la conformación de cooperativas comunitarias. Hacía que los paisanos pusieran los materiales y el trabajo para realizar productos que según, más tarde comercializaría como unos auténticos empresarios. Después se supo que era él el que se beneficiaba.
Si usted quiere saber, por ejemplo, la forma en que consiguió las cortinas de telar y que puso en su despacho ubicado en avenida Universidad, déjeme recomendarle visitar a los artesanos de Mitla, quienes se esmeraron en trabajarle durante muchos días con sus respectivas noches para satisfacer el pedido que el secretario les encargó. Incluso, ellos mismos fueron a colocarlas.
Después de todo el esmero que pusieron en el trabajo, más la colocación, más el traslado etc. Daniel Juárez, nunca se las pagó, aunque les prometió pagárselas a precio comercial por su trabajo. Lo que les dio fue largas, largas, largas, tanto que un año después, los paisanos lo seguían buscando para que explicara por qué el trabajo ya aparecía en los archivos de la Setrao como facturado y pagado, y por qué ellos que pusieron todo, hasta sus desvelos, no habían recibido un triste peso por su esfuerzo. Los artesanos, recibieron con agrado el pedido del secretario, y creyeron que con él, harían un buen negocio.
Pero eso no es todo lo que ha pasado en su secretaría. Tuvo primero, de subsecretario al finísimo Chucho ExFalp, quien gustaba de trabajar como funcionario en las mañanas y como luchador social por las tardes. Daniel le permitió a Chucho, seguir siendo (como muchos en este gobierno) juez y parte en los asuntos que debía tratar, y andar haciendo problemas gracias a la información y el acceso al poder que tenía como subsecretario.
Después del primer año, Daniel se volvió irreconocible para sus amigos por soberbio e “inalcanzable”. En realidad, los integrantes del gobierno del cambio no le hacen caso por arrogante y porque todos saben que él sólo representa una cuota que el Gobernador debe tolerar para mantener contentos a los partidos morralla como el PT. En realidad es un apestado, de esos con los que nadie quiere tomarse una foto, ni mucho menos que asista a sus eventos políticos.
Así es la historia del triste “Daniel Carteras”. Como no tiene cuates, se refugia en las fantasías del partidito que según representa. Va a sus mítines de 50 personas, (previo friko, torta y 100 pesos) aunque en estos años no ha podido (ni podrá) ser candidato a diputado local, a diputado federal o a Gobernador, como en sus sueños húmedos se imagina.
Pero sus excesos no tienen límite, a tal grado, que hace viajes de placer al extranjero con cargo total al erario. Además, organiza reuniones secretas con algunos funcionarios del Gobierno y el Rector de la UABJO, Eduardo Martínez Helmes, donde le dan rienda suelta a sus bacanales y donde lo menos que existe son bebidas de todo tipo y Coca (pero no en refresco), sin embargo, eso no es todo. El secretario se muestra al pueblo pobre, como un personaje de elite y frívolo, tal y como lo hiciera en una revista del corazón en la cual se incluye como uno de los 15 políticos más bonitos.
Así que no lo dude, es muy seguro que próximamente se convierta en una estrella de los comerciales de Vermox, ya que su aparición en el mundo de la socialité, bien le puede alcanzar para ser una estrella de esos comerciales, por aquello de que le come la colita.
Vía: Viral Noticias







