Aún conservo un periódico del año 89. En la primera plana de la sección cultural del periódico Excélsior, hay dos fotografías, en las cuales aparezco con mi amigo el escultor Tiburcio Ortiz.
Tibu, desde entonces, luce tan carirredondo, tan espontaneo, sonriente y con su corte pelimojado. Yo, con el cabello largo y chino.
A finales del año pasado me reuní con él en la ciudad de Oaxaca para platicar un rato y tomar café. A él lo conocí hace muchos años, en la punta del cerro del bicolor. Es uno de los cerros de su pueblo, Santa Catarina Chinango. De ese año a esta fecha, no me queda más que pensar que la vida es una tragedia, porque al ver las fotos del periódico, me doy cuenta que ya no somos tan bellos, bueno, todos alguna vez lo fuimos.
Para mucha gente, Tibu es un mito, porque es uno de los grandes escultores del país. Y muchos no lo creen sólo porque es de una comunidad cerca de Huajuapan. Sin embargo, en otros países como Japón, por ejemplo, lo ha recibido personalmente el presidente de ese país. No sé porque los mixtecos –yo soy mixteco– nos sentimos tan poca cosa que creemos que si le damos reconocimiento a una persona, nuestros bonos disminuyen.
Su obra ha sido expuesta en muchos países y en las galerías más importantes del mundo. Sus esculturas son inconfundibles, él no hace cuerpos esbeltos, sino gorditas. De él es la pareja desnuda que se encuentra en la ciudad de las canteras, así como muchas otras que ha dejado a lo largo del país como el fechador del sol, la bebedora de agua. Una de las más conocidas, tal vez, para los oaxaqueños, es el Juárez gigantesco que se encuentra a la entrada, sobre la carretera México Oaxaca.
Este mismo escultor es el autor de un león que acabaron de instalar el lunes 10 de este mes, dentro del área de una gasolinería que se encuentra frente al cruce de carreteras Huajuapan, Tehuacán, Oaxaca.
Esta obra fue despreciada por los ex presidentes municipales de Huajuapan: Marta García Manzanares, y Francisco Cirigo Villagómez. El león mide 2.40 de largo incluyendo la cola, y 1.80 de alto. Esta hecho de bronce, y para realizarlo, el artista se llevó ocho meses. Es un león ideal, dice Tiburcio, mas no realista.
Esta obra artística iba a ser colocada en el entronque hacia Acatlima, (al otro extremo de la ciudad, rumbo a la ciudad de México) por eso se construyó en ese lugar una la plataforma, misma que ahora quedó abandonada. Entre varios huajuapeños que querían algo digno para la ciudad, lograron juntar alrededor de 50 mil pesos para la construcción de la base donde descansaría el león. Pero ya ven, nunca faltan los intrigosos quienes usaron la estación de radio local para decir que era indigno que al héroe de Huajuapan –Antonio de León– se le comparara con un animal. Esos comentarios fueron abono para que la presidenta de entonces se desdijera de su compromiso que había hecho para la ubicación del león.
Para fortuna de los huajuapeños, el león encontró su casa, pero la encontró en un sitio privado, no en un espacio público municipal. Sea como sea, estoy seguro que esta obra se convertirá en un símbolo para la ciudad de Huajuapan.
El León estuvo guardado en la agencia de la cervecería Corona por casi cuatro años. Ahora que Ramón Loredo, responsable de la agencia regional Corona, decidió construir la base donde les mencioné hace un momento, Francisco Ramírez, mejor conocido como “El Nene”, le otorgó la escultura. El “Nene” es quien se la encargo al artista plástico Tiburcio Ortiz y a quien se la pagó. Pero lo curioso del asunto, es que el “Nene” no es de Huajuapan como muchos creen. Tampoco es de familia oaxaqueña, él es del D.F.
Un día, alguien lo llevo a la ciudad de Huajuapan a jugar fútbol, le gustó tanto el lugar que se quedó a vivir un año. Ese tiempo bastó para que se enamorara de la ciudad y de su gente. No cabe duda que Francisco Ramírez Torres “El Nene”, es un altruista de la ciudad, quien no busca el reconocimiento de los huajuapeños, simplemente, porque estuvo entre ellos durante un año, mandó a hacer el león y decidió donarlo como un agradecimiento.
Conocen a otra persona con esas características y desinterés por un pueblo que no es el suyo. Está difícil, ¿verdad?
Tibu, “El Nene” y el León: H
oracio Corro Espinosa
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