El papa Francisco y el líder espiritual de los cristianos ortodoxos del mundo exigieron el domingo el fin de la persecución violenta a cristianos en Siria e Irak y realizaron un llamado al diálogo con musulmanes, sellando la visita de tres días de Francisco a Turquía con una muestra de unidad.
Francisco y el Patriarca Ecuménico Bartolomé I emitieron un comunicado conjunto instando a líderes en la región a intensificar la ayuda a víctimas del grupo Estado Islámico, y especialmente permitir a los cristianos que han tenido una presencia de 2.000 años en la región a permanecer en sus tierras natales.
“La terrible situación de los cristianos y todos aquellos que están sufriendo en Medio Oriente requiere no sólo nuestras oraciones constantes, sino también una respuesta apropiada por parte de la comunidad internacional”, escribieron.
El comunicado fue emitido al final del primer viaje de Francisco a Turquía, durante el cual oró en una de las mezquitas más importantes de Estambul. Él tenía agendado además reunirse con algunos de los 1,6 millones de refugiados que han cruzado a Turquía para huir de la invasión del grupo Estado Islámico en las vecinas Siria e Irak.
Francisco, quien representa a 1,200 fieles de la Iglesia católica, y Bartolomé, líder espiritual de los 300 millones de cristianos ortodoxos del mundo, hicieron un llamado al “diálogo constructivo” con el Islam “basado en el respeto mutuo y amistad”.
“Inspirados por valores comunes y fortalecidos por sentimientos fraternales genuinos, musulmanes y cristianos están llamados a trabajar juntos por el bien de la justicia, paz y respeto por la dignidad y derechos de toda persona, especialmente en esas regiones donde vivieron alguna vez durante siglos en coexistencia pacífica y ahora trágicamente sufren juntos los horrores de la guerra”, señalaron.
Más tarde el domingo, el papa Francisco se iba a reunir con unas decenas de jóvenes refugiados que están siendo educados por la orden religiosa salesiana. El Vaticano había minimizado la reunión, quizá debido a fallas organizativas o para no distraer de las actividades ecuménicas del pontífice que eran la razón principal de su visita.
Pero justo antes de que iniciara el viaje, el Vaticano reveló que el Papa ciertamente dirigiría un discurso a los jóvenes.
Francisco inició su último día en Turquía con una liturgia junto con el patriarca Bartolomé I en la Iglesia Ortodoxa de San Jorge, llena de cánticos hipnóticos e incienso.
Las iglesias Católica y Ortodoxa se dividieron en 1054 debido a diferencias sobre la primacía de papado, y hubo un tiempo en que los patriarcas tenían que besar los pies del Papa. Al final de un servicio de oración conjunto realizado el sábado, el papa Francisco se inclinó ante Bartolomé y le pidió su bendición, “para mí y la Iglesia de Roma”, una demostración asombrosa de deferencia papal a un patriarca ortodoxo que subraya la esperanza de Francisco de terminar con la desunión..
En sus comentarios del domingo, Francisco aseguró a los creyentes ortodoxos reunidos en la iglesia de San Jorge que la unidad no significaría sacrificar su rico patrimonio litúrgico o “significaría sumisiones de uno al otro, o asimilación”.
“Quiero asegurar a cada uno de ustedes reunidos aquí que, para alcanzar el objetivo deseado de unidad completa, la Iglesia católica no intenta imponer ninguna condición excepto aquella de la profesión compartida de fe”, señaló.
Bartolomé, por su parte, señaló que los cristianos están siendo perseguidos en todo Medio Oriente sin importar su creencia religiosa particular, una referencia a los ataques del grupo Estado Islámico a minorías religiosas en Siria e Irak.
“Los martirizadores modernos de cristianos no preguntan a qué Iglesia pertenecen sus víctimas”, enfatizó. “La unidad que nos concierne ya está lamentablemente ocurriendo en ciertas regiones del mundo a través de la sangre de mártires”.
Turquía está albergando actualmente aproximadamente a 1,6 millones de refugiados que se vieron obligados a huir de sus casas debido al grupo Estado Islámico, el cual se ha apoderado de trozos de territorio en las vecinas Siria e Irak.
Agencias