A la memoria de mi papá,
Ing. Ismael Humberto Ortiz Romero
quien cumpliría hoy, 67 años.
En 2015, Netflix estrenó su primer serie en español llamada “Club de Cuervos”. Se auguraba un éxito seguro, pues tres años antes el mismo equipo de producción comandado por Gary Alazraki, había llevado a la pantalla grande “Nosotros los Nobles”; película basada en el guión original de “El gran calavera” que dirigiera Luis Buñuel en los años cuarentas; y que significó un gran éxito en las pantallas mexicanas convirtiéndose a los pocos días de su estreno, en la cinta más taquillera en la historia del cine nacional, lugar que luego le quitó el bodrio protagonizado y dirigido por Eugenio Derbez llamado “No se aceptan devoluciones”, pero esa es otra historia.
En ese año, Luis Gerardo Méndez ya se había integrado al equipo de Alazraki Entertaiment, pues también fue el personaje de Javi Noble el que le dio un estatus de súper estrella, por lo que no fue nada difícil hacerse socio de la empresa del joven director; por eso, ambos llevaron a la pantalla de la plataforma en streaming la serie de humor negro que tuvo gran aceptación desde su liberación. A muchos les gustó, a otros no, pero sin duda “Club de Cuervos” hizo que las series de manufactura mexicana, tomaran otro rumbo. Se cuidó mucho el guión y el desarrollo de los personajes en la primer temporada, aunque descuidaron algunas otras cosas como la edición, calidad de sonido o la iluminación en algunas tomas por citar algunos ejemplos, trabajos que fueron notablemente corregidos en la segunda entrega.
La serie, producida por Alazraki y Méndez, se ha convertido al paso de los años de transmisión en uno de los emblemas de Netflix latino, entregándonos además dos spin off estrenados el año pasado: una miniserie llamada “La balada de Hugo Sánchez” y la película corta “Yo, Potro”, asentados en los personajes que interpretan Jesús Zavala y Joaquín Ferreira respectivamente. Y fue eso, justamente la sobre explotación de personajes originales que se volvieron entrañables para el público lo que supongo, estiró demasiado la liga e hizo que ya no diera para más. Así, antes del estreno de la cuarta temporada, Luis Gerardo Méndez y Gary Alazraki, productores ejecutivos de todo lo que tenga qué ver con los Cuervos de Nuevo Toledo, anunciaron que ésta sería la última entrega.
Hay quien se alegró, pues he escuchado comentarios de gente que decía ya no soportar la serie y que incluso, no terminaron ni siquiera de ver la tercera temporada. Y en efecto, aunque en aspectos técnicos la temporada tres fue la mejor de todas, algunas situaciones se tornaron tan forzadas, que no acabaron de convencer a muchos. Mientras la campaña de Chava Iglesias (Luis Gerardo Méndez) a la gubernatura dio momentos interesantes y sumamente irónicos, la supuesta relación de amor y negocios con Isabel Cantú (Melissa Barrera) era de verdad de mucha flojera, aunque el giro argumental encaminado al final fue lo que la salvó.
Así, que esta cuarta temporada que ya está disponible en la plataforma, nos trae de regreso a personajes queridos de los dos primeras temporadas y algunos de la pasada, además hacen referencia a los spin offs y vemos a Los Cuervos en una etapa más consolidada. La producción trató de hacer una serie mucho más madura, aunque no menos graciosa, sin embargo, se extrañan los pleitazos entre Isabel (Mariana Treviño) y Chava; asimismo, hay situaciones que nuevamente parece, fueron metidas con calzador para hacerse una especie de auto homenaje; y aunque Alazraki y Méndez digan que fue pensada justamente así, eso hace que no les creamos del todo. Pienso que sin duda, la mejor decisión fue terminar la serie en esta entrega para que sea despedida aún con una popularidad respetable y los protagonistas sean recordados de manera cariñosa. Nuevamente vemos a Maryluz (Stephanie Cayo); a Aitor Cardoné (Alosian Vivancos); a Diego “El Potro” Romani (Joaquín Ferreira); a Ricky Lamas (Luis Fernández) y algunos otros que parece están ahí, solo para que la gente no olvide que alguna vez, formaron parte de la historia.
Hubo fans acérrimos que la terminaron de ver el fin de semana pasado. Hay otros que la disfrutan de a poco, pero lo que sí es verdad, es que la serie culmina como la primera en español que produjo la plataforma y que se convirtió en una historia entrañable para gran parte del público. Así, este ciclo es el último en el que Los Cuervos Negros Salvajes de Nuevo Toledo en Puebla, levanten el vuelo. Algunos entristecen y otros, dan las gracias.