El VIH/SIDA es la enfermedad sexual más nociva y de más rápida proliferación en el mundo. Existe además una relación directa entre países pobres y un alto índice de esta enfermedad, en donde los efectos son más delicados entre los pobres que carecen de oportunidades económicas y que no cuentan con la infraestructura necesaria para combatir o prevenir el problema.
Los expertos en política social han evidenciado que el VIH/SIDA es la principal causa de defunción en África y la cuarta causa de defunción en todo el mundo. En este marco, bien vale la pena reflexionar sobre la estrategia de cómo se está combatiendo la enfermedad en el mundo y en México para finalizar con los retos a nivel global y local y prevenir que se convierta en una epidemia, como sucede hoy en países africanos.
¿Qué es el VIH/SIDA?
El VIH (Virus de la Inmunodeficiencia Humana) es el virus que se encarga de atacar el sistema inmunitario, es decir, ataca los glóbulos blancos utilizados en el cuerpo humano para combatir las enfermedades.
Esta enfermedad se propaga vía sanguínea, ya sea por el uso indebido de drogas o por contacto sexual. En el momento que el cuerpo ya no responde con el sistema inmune se considera que se convierte en SIDA.
¿Qué pasa en el mundo?
Según la Organización de las Naciones Unidas al final de 2010 habitaban 34 millones de personas como portadoras del VIH. Las buenas noticias son que en ese mismo año, el 94 por ciento de los 182 países miembros de la ONU lograron avances en la materia.
Del total de países miembros de la ONU, el 100 por ciento cuenta con indicadores para medir los avances y retos en la materia. En particular, África ha demostrado un gran avance al invertir en mediciones que contribuyen a eficientar las acciones para reducir este problema en el continente.
Además, en 2010 casi todos los países suscribieron cumplir las 10 metas antes del 2015 entre las que destacan; reducir a la mitad la transmisión sexual del VIH en la población en general, así como entre los jóvenes, los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres y dentro del contexto del trabajo sexual; acceso universal a la terapia antirretrovírica para las personas que viven con el VIH que son elegibles para recibirla; incluir en las estrategias de protección social nacional a las personas que viven con el VIH; reducir a la mitad el número de países con leyes y prácticas punitivas en torno a la transmisión del VIH, el comercio sexual, el consumo de drogas o la homosexualidad, que bloquean las respuestas efectivas y tolerancia cero con la violencia de género.
El esfuerzo de los países en vía de desarrollo se ha traducido en la reducción del número de infecciones en un 19 por ciento, en un incremento del presupuesto para prevención y tratamiento, se han involucrado estrategias de derechos humanos para asistir el problema y en este momento más de 5 millones de personas reciben tratamiento.
Con respecto al caso mexicano, de acuerdo con el Centro Nacional para la Prevención y Control del VIH/ SIDA (Censida), en el 2010 se registraron 225 mil casos de personas que viven con esa enfermedad. El número de casos alcanza al 0.38 por ciento de los habitantes del país, por debajo del 0.6 por ciento que tiene América Latina en promedio. Ello representa que las medidas de prevención de la enfermedad ha sido eficaz, considerando que México colinda con países como los Estados Unidos que alcanzan el 0.6 por ciento de su población, con Guatemala que tiene el 0.8 por ciento y con Belice que llega al 2.3 por ciento de su población infectada.
En particular, el gobierno Mexicano se ha sumado a la estrategia de prevención, atención, monitoreo e implementado la lucha bajo un marco de derechos humanos. Esta estrategia logró el reconocimiento de la ONU por haber elaborado y darle seguimiento a la Norma Oficial Mexicana para la prevención y el control del VIH, la creación de espacios de diálogo y análisis sobre el impacto de la homofobia, así como la realización de campañas masivas de comunicación para la eliminación del estigma y la discriminación hacia las personas viviendo con VIH/sida.
Retos
A pesar de los avances a nivel global, existe mucho por mejorar. En particular, hace falta atender a la población entre 15 y 24 años que tiende a tener mayor riesgo de infección. Por otro lado, no existe la cultura del uso de preservativo y lubricantes, y las personas que utilizan drogas inyectadas no tienen acceso a agujas estériles.
En este marco, la ONU decidió lanzar una campaña con el objetivo de reducir a cero las infecciones. Para lograr este objetivo se requiere cambiar las estructuras sociales, creencias y sistema de valores. Como ejemplo está el caso de Botsuana en donde entre la población existen conceptos erróneos para curar el VIH o SIDA, ejemplo de ello, es que se considera que teniendo relaciones sexuales con una mujer virgen se puede curar esta enfermedad, o al igual que tener relaciones sexuales con animales. Estos mitos han elevado los niveles de violación de menores de edad así como el abuso sexual. En este tenor, es imperante combatir este tipo de mitos que afectan la vida de miles de jóvenes en el continente africano.
En el caso mexicano, se busca involucrar más a las organizaciones de la sociedad civil con la finalidad que se empoderen y contribuyan con la difusión de los mecanismos de prevención. Por otro lado, se necesitan crear mecanismos de evaluación de las políticas públicas relativas al VIH que hoy día no permiten mejorar los proyectos del gobierno federal. Se debe exhortar a los estados a invertir en infraestructura y servicios apropiados que actualmente varios no cuentan según CENSIDA. Además, se debe actualizar el directorio de los actores involucrados en el trabajo de prevención del VIH/SIDA a nivel nacional, así como mejorar su difusión en comunidades rurales
Finalmente, se tiene un gran desafío con las autoridades sumamente conservadoras, empezando con los gobernadores, quienes siguen obstaculizando la promoción del condón y los esfuerzos enfocados a las poblaciones estigmatizadas.
Reflexión
Lo antes mencionado parte de discusiones y consenso internacional en cuanto a realidades y retos. Desde otro punto de vista, es de reflexionarse las acciones del gobierno en cuanto a la solución de este problema al apoyar a las personas que consumen drogas a tener acceso a agujas esterilizadas, a impedir la promoción del uso de preservativos por visiones conservadoras y por parte de actores de la sociedad civil a ubicar este problema como solamente un tema entre parejas homosexuales.
Desde un punto de vista moral, estas medidas en ningún momento justifican el uso de técnicas que dañan la vida de un ser humano. El acto gubernamental debe tomar en cuenta su principio virtuoso y valorar su decisión conforme al impacto al bienestar del ser.
Por otro lado, los gobiernos intensamente conservadores deben tomar en cuenta el principio del mal menor que inclusive el propio Vaticano validó hace unos años atrás al aceptar el uso del preservativo en algunos casos. Ejemplo de un gobierno conservador progresivo, es el caso de los gobiernos panistas en la presidencia los cuales han incrementado el presupuesto destinado a políticas de prevención del VIH/SIDA, así como la promoción del uso de preservativo para la reducción de transmisión de enfermedades sexuales.
Por último, un tema que no aparece en la agenda internacional, ni en el caso mexicano, es la promoción por encontrar una cura al SIDA. En otras palabras, dentro de las instituciones gubernamentales que promueven la investigación deberían tener un eje rector por incentivar a los científicos a encontrar una cura para enfermedades venéreas como es el caso del VIH/sida.
JESÚS GASTELUM