Desde hace décadas, Huajuapan se ha distinguido por realizar cada año, el 24 de julio, los tapetes o alfombras de aserrín. Miles de personas las recorren al borde de éstas durante varias horas.
A partir de las ocho de la mañana dio inició este domingo, la fila de peregrinos quienes recorrieron las principales calles de la ciudad a la orilla de las espectaculares alfombras de mil y un colores. Es un disfrute admirar la creatividad de la gente de Huajuapan, quienes desde muy temprano, casi en la madrugada, comienzan a trabajar sobre el asfalto o el concreto que les queda al frente de la casa.
La mayoría de esas alfombras son unas verdaderas obras de arte; y para realizarlas, las comienzan a hacer con muchos días de anticipación. Ahí participa toda la familia, de los más pequeños hasta los ancianos.
Hace años, cuando apenas comenzaba esta tradición, las alfombras eran simples manchones de color. Más tarde se comenzaron a preocupar un poco por hacer algunas figuras con el aserrín, pero el resultado era una línea interminable donde el peatón no tenía posibilidades de cruzar la calle. Por esos “bloqueos”, digámosle así, había muchísimos problemas entre vecinos.
Afortunadamente la unidad de culturas populares de Huajuapan hizo un taller hace años, con la experiencia de Alejandra Ramírez García y su papá José Antonio Ramírez. En ese taller se establecieron las dimensiones para las alfombras: que a cada 20 metros se hiciera un paso peatonal o vehicular para evitar todo tipo de problemas, y que las mismas llevará una uniformidad en la anchura, de aproximadamente cuatro metros.
Hoy, mucha gente se ayuda de esténciles para hacer las figuras de su obra pensada, meditada para el frente de su casa.
6.9 kilómetros mide el extendido tapete multicolor que recorre algunas de las principales calles de la ciudad.
Hace años, Alejandra, su papá José Antonio, y la Unidad de culturas populares, quisieron ingresar este tapete al Récords Guinnes, pero por falta de presupuesto no se logró. La participación al Guinnes no sería en extensión, sino en un solo diseño. Tal vez un día se logre hacer eso para que Huajuapan, por lo menos, sea turístico el 24 de julio.
Mientras tanto, se seguirán consolidando los diseños y la familia se unirá en una sola tarea como ha sucedido hasta ahora: unos pintan, otros diseñan, otros tiñen, otros instalan y decoran, y la mayoría de los huajuapeños y visitantes saldrán a las calles a admirarlas en un recorrido que hacen metro a metro.
El camino de aserrín multicolor dura más de cinco horas, y el movimiento vehicular se paraliza mientras el pueblo se vuelca en el recorrido.
¿Desde cuándo surge esta tradición en Huajuapan?, no lo sé. ¿De dónde la llevaron? Tampoco lo sé. En la misma condición de ignorancia está mucha gente de esa ciudad.
La referencia que tengo, es que posiblemente la idea fue extraída del pasaje bíblico que está en Mateo, capítulo 21 versos 7 al 9. “Trajeron el asna y el pollino; pusieron sobre ellos sus mantos, y él se sentó encima. La multitud, que era muy numerosa, tendía sus mantos en el camino; otros cortaban ramas de los árboles y las tendían en el camino”.
Esta parte de la Biblia se refiere a la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén, donde la gente le recibió con gritos y aclamaciones, extendiendo a su paso mantos y palmas. Pero eso fue el Domingo de Ramos. En ese entonces a los reyes o soberanos eran recibidos de la misma manera.
En una ocasión un sacerdote me dijo que esta tradición venía del pueblo mágico de Huamantla, Tlaxcala. En ese lugar, también, cada año, confeccionan sus tapetes y cubren una extensión de más de 10 kilómetros de longitud.
Lo importante es que cada año, Huajuapan realiza una mágica alfombra de muchos colores, única en el estado. Felizmente, los tapetes de aserrín, cada año se notan más maduros, pues la iconografía usada es cada vez más cercana a lo mixteco. Eso da gusto y alegra el corazón.
Facebook: Horacio Corro
Twitter: @horaciocorro
horaciocorro@yahoo.com.mx