“Un salario mínimo ya no alcanza ni para un ‘six’ de cerveza”, dice Héctor Luis del Toro.
El investigador de la Universidad de Guadalajara (UdeG) afirma que después de un estudio realizado a finales de 2011 concluyó que en Jalisco la inflación acumulada es de 8.6%, y no de casi 4% que anunció el Banco de México hacia el final del año que recién concluyó.
“Tenemos un cambio inflacionario que no corresponde con el dato del Banco de México, por lo que vemos que hay una pérdida de orden de 8%, que en términos monetarios equivale a 138 pesos”.
De acuerdo al estudio realizado por Del Toro en el Centro Universitario de Ciencias Económico y Administrativas (CUCEA), en el año 2000 comprar la canasta básica costaba tres mil 054 pesos.
Hoy en día, adquirir los productos de la canasta básica implica tener que desembolsar cinco mil 993 pesos con 74 centavos en la zona B, que corresponde a Jalisco. Es decir, se debe ganar por lo menos tres salarios mínimos diarios para poder solventarla, pero a esto hay que sumar los gastos de luz, renta, agua, gas, teléfono, vestido, diversión.
“Nosotros pensamos que una persona tiene que ganar ocho salarios mínimos para poder vivir dignamente, sin complicaciones”.
Son varios los factores que han provocado esta situación, entre l
os que se pueden citar aumentos impositivos, alza de las gasolinas, las condiciones físico climatológicas experimentadas meses atrás (sobre todo la sequía), el costo de la movilidad de los productos, la especulación, el acaparamiento y el intermediarismo, afirma el documento.
El académico señaló que “si nos fijamos, los granos son los que más han aumentado”.
“De los 121 artículos que componen la canasta básica, 109 sufrieron algún incremento, donde 50 de ellos registraron un aumento por arriba del promedio, que es de 8%” dijo Del Toro Chávez.
CLAVES
Un caro futuro
1 Las leguminosas, los aceites, las verduras, así como las carnes frías, aumentaron 15% en promedio respecto a su precio de 2010.
2 El alza de precios continuará debido a la pérdida de valor del peso frente al dólar, el incremento de gasolinas, gas y electricidad, y las secuelas de la sequía.
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