Hemos visto a lo largo del tiempo que la forma de gobernar de todos ha sido siguiendo patrones de actuación muy similares entre gobernantes. Cada sexenio se cambian responsables de áreas y nombre oficinas, sin embargo, las decisiones y métodos para solucionarlos siempre son los mismos. Es decir, no podemos hablar de un cambio en los resultados, si seguimos haciendo lo mismo y de la misma forma.
Para poder tener diferentes resultados tendríamos que hacerlo de manera diferente y partiendo del hecho de que en el Estado tenemos una variedad de características geográficas y culturales, formas de pensar muy distintas entre las regiones y municipios, que nos da un mosaicos casi interminable de problemas y formas de solucionarlo.
Hoy en día lo que se hace es lo que en la nueva gerencia pública se denomina “soluciones de bote de basura”, lo que significa que tratamos de adaptar lo que dio resultados en algún otro lugar a un problema parecido en algún municipio o agencia similar.
Oaxaca entendido como la pluriculturalidad otorga un abanico también de soluciones a los problemas que se enfrentan. No podemos adaptar soluciones al entorno, sino que debemos generar soluciones acordes a lo que estamos viviendo.
La política ha avanzado a nivel mundial en los últimos años. De igual forma como en la química se hacen investigaciones, en física se realizan descubrimientos, en matemáticas se generan modelos matemáticos más modernos, así en la política se hacen estudios que sirven para poder resolver problemas de mejor manera. El problema radica en que como siempre nos quedamos rezagados años atrás en estos avances.
Después de la caída del Muro de Berlín se inicia una nueva etapa en la política mundial, donde la economía influye de manera sustancial en las decisiones de la política. Para ello se busca una reinvención de la forma de hacer política. Se descubre por ejemplo que “es mejor llevar el timón que remar”, es decir, muchos políticos toman la decisión de realizar alguna actividad y son también ellos quienes crean la forma de hacerla, ellos mismos buscan ejecutar la actividad y ellos mismos supervisan su quehacer.
En términos estrictos no se puede ser juez y parte, debido a que esta forma de actuar hace que el evaluador tiene por patrón al mismo ejecutor de las acciones realizadas y es cuando tenemos metas maquilladas que no demuestran la veracidad del trabajo realizado o simplemente la solución no llega a las comunidades.
La reinvención del trabajo gubernamental tendría que ir hacia buscar la eficiencia del sector privado en el ámbito de lo público. Es bien sabido que el sector gubernamental a nivel mundial es el menos eficiente en su ejercicio, debido a que los recursos del gobierno no son del mismo gobierno, sino más bien del trabajo de todos los contribuyentes. Ante dicha realidad tenemos un despilfarro de recursos.
Como lo mencionaba el sector privado al tener la escasez de recursos como limitante, busca hacer las cosas de forma eficiente para poder tener alguna ganancia. Ejemplos de ellos encontramos en condados de Estados Unidos, donde el problema de la recolección de la basura está contratado a empresas privadas que a cambio de quedarse con la basura para su reutilización, hacen este trabajo de forma eficiente y con un costo para el Estado muy bajo, con ello reducimos los “costes” para los contribuyentes y podemos efectuar otras actividades dedicándonos únicamente a la supervisión de las acciones, sin que tengamos que intervenir en el cómo, de eso se encarga la economía y la eficiencia de cada empresa.
Por ello en esta nueva forma de pensar debemos dar paso a la eficiencia y a la eficacia. Los gobiernos federales, estatales o municipales, en mi opinión deberían dejar de remar, dando ese trabajo al sector privado y preocuparse por llevar el timón dirigiendo la ruta por la cual se debe transitar. Debemos innovar en la administración pública para poder superar el retraso en el ejercicio burocrático.
Líder de agricultores y diputado local por el Partido Acción Nacional en Oaxaca.