Lo ideal hubiera sido que los mexicanos que criticaron desde los EE.UU. la invitación del presidente Peña Nieto al candidato republicano Donald Trump anunciaran la creación de una brigada especial para repetir la hazaña de Francisco Villa en Columbus en marzo de 1916 o seguir cuando menos el anuncio de Armando Fuentes Aguirre Catón de no visitar territorio estadunidense durante la gestión del republicano.
Pero no. Al final de cuentas, los intelectuales y artistas que criticaron desde los EE.UU. a Peña Nieto ya forman parte del establishment estadunidense y en ningún momento asumieron una conducta histórica. Y los mexicanos que se lanzaron en México contra Peña por una invitación siguen adorando a los héroes que nos dieron patria pero que tuvieron en su haber la entrega de la soberanía mexicana:
–El congreso mexicano ratificó en 1848 el Tratado Guadalupe-Hidalgo de Santa Anna por el que perdió la mitad del territorio. Este Tratado legalizó el Tratado de Velasco de 1836 que firmó Santana Anna cuando estaba preso después de El Alamo.
–Santa Anna firmó el Tratado de la Mesilla en 1853 para venderle a Washington parte de territorio mexicano.
–Juárez firmó el Tratado McLane-Ocampo en 1859 por el que iba a entregar el istmo de Tehuantepec a los EE.UU.
–Carranza pactó el apoyo a los EE.UU. a cambio del reconocimiento estadunidense en 1915. En respuesta, el general Francisco Villa invadió los EE.UU. y atacó Columbus en mayo de 1916.
–Obregón firmó en 1923 los Tratados de Bucareli con los EE.UU. para reconocer deudas de guerra a cambio de reconocimiento.
–Obregón y Calles le cedieron al embajador estadunidense Dwight Morrow la negociación de la paz con los cristeros por exigencia de Washington.
–El presidente Carlos Salinas de Gortari negoció en 1991-1993 el tratado de comercio libre con los EE.UU. que subordinó la política exterior a la apertura establecida en el Consenso de Washington. La integración le quitó soberanía a México.
La política nacionalista mexicana se forjó en la equidistancia de la relación con los Estados Unidos, el expansionismo imperial y la doctrina Monroe de “América para los americanos”. La Casa Blanca ha pasado de la invasión militar a la invasión ideológica cumpliendo la maldición de Robert Lansing, secretario de Estado, de 1920:
“Tenemos que abandonar la idea de poner en la Presidencia mexicana a un ciudadano americano, ya que eso conduciría otra vez a la guerra. La solución necesita de más tiempo: debemos abrirle a los jóvenes mexicanos ambiciosos las puertas de nuestras universidades y hacer el esfuerzo de educarlos en el modo de vida americano, en nuestros valores y en el respeto del liderazgo de Estados Unidos. México necesitará administradores competentes y con el tiempo, esos jóvenes llegarán a ocupar cargos importantes y eventualmente se adueñarán de la misma Presidencia. Y sin necesidad de que Estados Unidos gaste un centavo o dispare un tiro, harán lo que queramos, y lo harán mejor y más radicalmente que lo que nosotros mismos podríamos haberlo hecho”.
Y así fue.
-0-
The White House 2016: Nuevamente el ataque de tos exhibe la precaria salud de Hillary Clinton. Y de nueva cuenta se niega a soltar la Fundación y el flujo de dinero… Y el The New York Times señala que la comunidad de jóvenes afroamericanos no confía en Clinton.
Política para dummies: La política es el juego de tensión dinámica entre dos posiciones contrapuestas y gana el que tenga más fuerza.
Sólo para sus ojos:
- Carlos Salinas de Gortari otra vez a la lucha mediática, no sólo por el papel disruptor de su sobrina Claudia Ruiz Massieu en el gabinete del presidente Peña Nieto sino porque dará su versión del fraude de 1988 en un programa especial de TV Azteca que se transmitirá hoy miércoles en la noche.
- Habrá que releer a Octavio Paz, José Revueltas, Samuel Ramos y Carlos Monsiváis para entender el fervor popular de clase media baja en el homenaje a Juan Gabriel en Bellas Artes. La ciencia política se ha olvidado de la cultura popular.
- Sin reglas la batalla de López Obrador contra Miguel Angel Mancera y Jaime Rodríguez El Bronco, a partir del hecho de que el tabasqueño quiere quedarse con los votos de los independientes.
- La desaceleración viene fuerte porque siguen bajando las expectativas de PIB para 2016 y desde luego 2017. La meta oficial de 5% será inalcanzable y en todo el sexenio podría ser de 1.8%. Más que criticar las cifras, hay que analizar los factores estructurales que impiden rebasar el 3% de PIB anual sin generar crisis.
http://indicadorpolitico.mx
carlosramirezh@hotmail.com
@carlosramirezh