Ante un público atónito, la obra del maestro Carlos Jiménez Mabarak, se escuchó y se vio por primera vez en México, en el Teatro Macedonio Alcalá, donde este fin de semana, la Sinfónica de Oaxaca rindió un homenaje a quien es considerado el más importante compositores de ballet y ópera en el país.
Nunca se habían escuchado los ballets “La Balada de los quetzales” y “La Balada del venado y la luna”. Una composición muy orgánica de la estructura de ballet que rescató el maestro Juan Trigos, director de la Sinfónica oaxaqueña, hizo una excelente combinación con la expresión corporal de los bailarines que integraron la propuesta escénica, que realizó la coreógrafa Erika Torres.
En la amplia sala del máximo foro cultural en el Estado, frente al asombro de los asistentes, era evidente la vinculación de creadores y espectadores, de músicos y bailarines, de directores de escena con ejecutantes, y del director de orquesta con figuras nacionales del bel canto.
Al inicio de las presentaciones, que tuvieron lugar este sábado 27 y domingo 28, el secretario de las Culturas y Artes de Oaxaca, Alonso Aguilar Orihuela, reiteró la importancia de elevar la calidad musical de la sinfónica que con estas presentaciones refrendan su nivel en ascenso.
“La idea –dijo- no es sólo darle valor a la Sinfónica de Oaxaca como una manera de evidenciar no solamente su buen estado de salud, sino que es un proyecto que tiene visión de futuro por estar sustentado académicamente y que busca llevar la cultura musical de alto nivel a todo el público oaxaqueño”.
Ahí, Don Francisco Roldan, amante de la música, acompañado de su familia, lamentó que muchos no hayan asistido a esta presentación de la cual dijo: “Debería presentarse en el extranjero porque no sólo son piezas de la música de concierto, sino también porque comparten la identidad cultural del país”.
En el intermedio, la SECULTA, rifó libros a los asistentes como parte de una labor permanente que tendrá en todos los eventos que organice, con el fin de estimular la lectura, promover los valores del estado y focalizar los públicos seguidores a las distintas disciplinas artísticas.
Al levantar la batuta, el maestro Trigos, mostró la fuerza interpretativa que está cobrando la Sinfónica de Oaxaca, al ejecutar la ópera “Misa de seis” con la increíble composición del maestro Mabarak y el libreto de Emilio Carballido, donde recrearon el México de la década de los 50.
Esta obra que se desarrolla a las puertas de la iglesia de San Sebastián, en las inmediaciones del populoso barrio de Tepito, aborda un tema actual y cruento como un feminicidio; donde el director de escena, Luis Martín Solís, toma como un elemento la única película expresionista hecha en México “El esqueleto de la señora Morales”.
Tanto los ballets como la ópera, tiene un cuerpo sinfónico apegado a ambos géneros, que demuestran la grandeza de la herencia compositiva de Carlos Jiménez Mabarak, donde es permanente la esencia mexicana, mostrada en el lenguaje, incluso en la ópera.