El régimen sirio considera que es víctima de una “injusta campaña” internacional contra él lanzada por países árabes y occidentales, a los acusó hoy de ser cómplices de los autores del doble atentado en Alepo, que ayer causó 28 muertos.
Así se lo ha hecho saber en una carta, difundida por la agencia de noticias oficial siria, Sana, a los secretarios generales de la ONU, de la Liga Árabe, del Consejo de Derechos Humanos de la ONU y de la Organización de Cooperación Islámica.
En esa misiva, el Ministerio sirio de Exteriores denuncia que el crimen fue cometido por “partes respaldas por países árabes y occidentales”, que no nombró, con el objetivo de socavar la seguridad del país y de sus ciudadanos.
Ayer, 28 personas perdieron la vida y 235 sufrieron heridas en un doble atentado perpetrado con coches-bomba contra dos sedes de la Agencia de Inteligencia de la Policía Militar y de las fuerzas antidisturbios en Alepo, la segunda ciudad de Siria.
Inmediatamente después, el régimen acusó a “grupos terroristas”, mientras que el Ejército Libre Sirio (ELS), integrado por militares desertores, apuntó a las autoridades como autoras de las explosiones, aunque asumió la responsabilidad de un ataque con armas ligeras previo a los estallidos.
Según el Ministerio de Exteriores, “este ataque terrorista horrible se enmarca en una campaña injusta lanzada contra Siria”, apoyada y financiada por algunos países de la región, y alentada por algunos medios de comunicación.
En ese sentido, se quejó de que “algunos estados de la región lideran una campaña de movilización regional e internacional contra Siria con argumentos humanitarios, mientras abrigan a grupos terroristas armados que adoptan el asesinato como forma de lograr sus metas destructivas”.
Por todo ello, “como Siria tiene derecho a proteger a sus ciudadanos y a combatir el terrorismo y la violencia, hace un llamamiento al Consejo de Seguridad de la ONU para que asuma sus responsabilidades en la lucha antiterrorista y en la aplicación de las resoluciones emitidas a este respecto”.
Asimismo, el Ministerio solicita en el mensaje a “aquellos que protegen, respaldan, financian y arman a esos grupos terroristas que extraditen a esos delincuentes”.
Desde el inicio de las revueltas populares a mediados de marzo pasado, las autoridades de Damasco han considerado que se trata de una conspiración contra el régimen que emplea grupos armados.
Entretanto, los opositores Comités de Coordinación Local informaron hoy de que el hostigamiento a Homs (centro), uno de los bastiones de la oposición, por parte de los seguidores de Al Asad todavía continúa después de una semana de intensos bombardeos, que hoy se han cobrado seis muertos, entre ellos, una mujer.
Mientras, varios países árabes están ultimando en la ONU una propuesta de resolución sobre Siria que condena la violencia y muestra su “total apoyo” al plan de la Liga Árabe, similar a la vetada por Rusia y China en el Consejo de Seguridad, y que esperan votar la próxima semana en la Asamblea General.
El proyecto de resolución condena las violaciones “sistemáticas” de derechos humanos en Siria, llama al régimen de Bachar al Asad a detener “de forma inmediata” los ataques contra la población civil y pide a los grupos armados que se abstengan de recurrir a la violencia.
El texto, patrocinado por Arabia Saudí y en el que varios países árabes seguirán trabajando el fin de semana, llama a un “proceso político sin exclusiones” liderado por los sirios, desarrollado en un ambiente “libre de violencia, intimidación y extremismo”, y que permita al pueblo sirio afrontar sus “legítimas aspiraciones”.
Sin pedir expresamente la salida del poder de Al Asad, muestra su “total apoyo” a la propuesta de la Liga Árabe de “facilitar” una transición política a partir de un diálogo “serio” entre el régimen y “todo el espectro de la oposición”, que termine desembocando en un sistema “democrático y plural”.
Mañana está previsto que los ministros de Exteriores de la organización panárabe se reúnan en El Cairo para estudiar la posibilidad de formar una misión de observadores conjunta con la ONU para que compruebe sobre el terreno la situación en Siria.
EFE