* Pocos ignoran dentro y fuera de las filas del PRI que Alejandro Avilés Álvarez ha sabido hilar fino para construir una estructura propia y paralela al Partido y al Gobierno al tejer amplias redes de complicidad con dirigentes y militantes de todos los partidos incluyendo a Morena.
* Leales a sí mismos, a sus ambiciones y proyectos político-económicos, Salomón Jara Cruz y Alejandro Avilés Álvarez han sabido venderse como eficaces operadores políticos del Presidente Andrés Manuel López Obrador y del Gobernador Alejandro Murat Hinojosa, respectivamente.
Si en términos generales el mayor enemigo de los oaxaqueños son los propios oaxaqueños, en el caso del PRI lo son los propios priistas, más a nivel de grupos cupulares que de las bases militantes.
Al sintetizar el egoísmo natural, celos profesionales y mezquindad oaxaqueños, Efrén Ricárdez Carreón, sentenció genialmente para la posteridad “en Oaxaca el triunfo se persigue de oficio”.
En la nueva coyuntura y escenarios políticos del PRI, presentes y futuros, con Alejandro Avilés Álvarez, como candidato de unidad, cobra plena vigencia la titánica tarea de buscar la unidad.
Ciertamente, sin restañar heridas, sobre todo, de los cinco aspirantes que se quedan en el camino, pero especialmente de los tres militantes hombres, jamás habrá unidad en las filas del tricolor.
Con todo y sus asegunes, Heliodoro Díaz Escárraga, Germán Espinosa Santibáñez y Paco Villareal, cuentan con una amplia trayectoria político-administrativa, que representa miles de votos.
Los tres fueron motivados a moverse y caminar para buscar la candidatura del PRI a la gubernatura porque ante todo son considerados muratistas químicamente puros y, por tanto, leales a Murat.
Sólo ellos saben hasta dónde se apalabraron con quien manda en el entendido que sobre aviso no hay engaño y quien avisa no traiciona, a efecto de no decirse y menos sentirse engañados.
De no alcanzar la ambiciosa meta de la unión más que de la unidad, el nivel de la competitividad del candidato del PRI a Gobernador será limitada con todo y que no sea meramente testimonial.
La clase política oaxaqueña, particularmente la vieja, no desconoce el potencial real que puede detonar Alejandro Avilés Álvarez en el actual proceso electoral hacia la Gubernatura de Oaxaca.
Pocos ignoran dentro y fuera de las filas del PRI que ha sabido hilar fino para construir una estructura propia y paralela al Partido y al Gobierno al tejer amplias redes de complicidad.
Prueba de ello, desde el Municipio de Juxtlahuaca el neomorenista Arsenio Mejía envió la danza de Los Diablos al registro de Alejandro Avilés, precandidato del PRI a la gubernatura de Oaxaca.
Además, el dos veces Coordinador del Grupo Parlamentario del PRI en el Congreso del Estado tiene a su favor ser echado para adelante, mecha corta y, sobre todo, con dinero para la campaña.
Tiene razón cuando afirma “no le tenemos miedo a Morena, se le puede ganar y seré gobernador. Hay un PRI sólido y muy fuerte, al que no le importa los puntos que dicen tener a su favor”.
Su perfil político es semejante al del senador Salomón Jara Cruz, virtual candidato de Morena a la gubernatura, quien a lo largo de 30 años ha construido una estructura política y amasado fortuna.
Los virtuales candidatos del PRI y de Morena han sabido construir alianzas y complicidades con los dirigentes, liderazgos naturales y bases militantes de los partidos de todos los signos ideológicos.
De tal manera que, como lo hemos escrito en entregas anteriores, la contienda tendrá características singulares. Salomón y Alejandro son considerados políticos “puros, duros y rudos”.
Leales a sí mismos, a sus ambiciones y proyectos, los dos han sabido venderse como eficaces operadores políticos del Presidente López Obrador y del Gobernador Murat, respectivamente.
Cómo dudar ante los hechos que Avilés Álvarez ha dado resultados al Mandatario Estatal cabildeando y logrando la aprobación de iniciativas y asuntos prioritarios, como la Cuenta Pública.
No ha sido gratis, desde luego, ha tenido un alto costo económico en el “pago por evento”, por el voto de los diputados de los otros partidos, especialmente de Morena, al mantener la mayoría.
Empero, es una verdad que no necesita ser demostrada que, por más cara que resulte una negociación económicamente, finalmente será barata al arribar a acuerdos o resolver conflictos.
Tras su registro Avilés envió interesante mensaje a sus compañeros: “Nosotros vamos a lo seguro, nosotros no tenemos fracturas, por eso quiero reconocer y agradecer que hoy nos acompañen”, puntualizó.
“Vamos a proponer una campaña limpia, no vamos a perder el tiempo en andar hablando mal; (…) vamos a hablar de lo que hemos hecho bien, porque tenemos un gobernador que ha hecho bien las cosas.
“Vamos a encontrar la manera de ganar esta elección, (…) vamos a ganar con firmeza y con unidad; estoy bien seguro, no tengan ninguna duda”, sostuvo.
“Esta contienda solo va a tener dos caminos, o seguimos por la continuidad del desarrollo del estado: por obras, educación, salud, seguridad y sobre todo gobernabilidad —que es paz y tranquilidad para todos los oaxaqueños— o el otro camino: que es un retroceso en el tiempo, que es ir con los que no saben gobernar, con los que están en los municipios, en los que probaron y lo echaron a perder”.
alfredo_daguilar@hotmail.com
director@revista-mujeres.com
@efektoaguila