Dos conmemoraciones importantes tuvimos la semana que se fue. El Día Mundial del Medio Ambiente y el Día de la Libertad de Expresión movieron a la reflexión, al debate y a la sensibilización. El cuidado y la protección del medio ambiente y la promoción y el respeto de las libertades son dos de los postulados centrales del programa del Partido Verde Ecologista de México. Nuestro lema es “amor, justicia y libertad” y en nuestro nombre llevamos nuestro origen y nuestro destino.
Oaxaca es el estado con la mayor biodiversidad del país pero también somos el estado con más especies en peligro de extinción.
La temática elegida por la Organización de las Naciones Unidas en esta conmemoración para 2014 fue el calentamiento global y su lema ha sido “levanta la voz, no el nivel del mar”. Casuística combinación entre libertad de expresión y ecología.
Pareciera que no terminamos de entender que el planeta tierra es una casa común que estamos obligados a cuidar. En medio de la crisis de valores que azota a la humanidad, independientemente de razas, clases sociales, ubicación geográfica o confesiones religiosas, pareciera que las prioridades se invierten y lo verdaderamente importante pasa a segundo término.
Sin planeta no hay nada, eso es definitivo. Sin planeta no hay riqueza, progreso (ni siquiera desarrollo), no hay gobiernos ni, por ende, poder; sin planeta no hay amor, no hay justicia, no hay libertad. Sin planeta no hay humanidad y eso no lo acabamos de entender. A diario seguimos lastimando el planeta sin pensar que el agregado de las pequeñas acciones multiplicadas por millones hace que el equilibrio originario se rompa. Lastimamos nuestros cuerpos y si nuestros cuerpos no importan, el planeta (que poco a poco se convierte en una entelequia) importa menos.
El calentamiento global es el incremento continuo de la temperatura promedio global: específicamente la temperatura de la atmósfera y de los mares, sin que esto implique que la temperatura suba en todas las zonas del planeta. Hay lugares que experimentan sequía y al otro lado del mundo hay ciudades que se inundan.
La producción de gases invernadero, la deforestación y la urbanización descontrolada, principalmente, han hecho que los ciclos naturales de enfriamiento y calentamiento globales se exageren a niveles peligrosos.
Lo preocupante es que el 98 por ciento de los científicos está completamente seguro de que el calentamiento global es resultado directo de la actividad humana. Lo reporta la Academia Nacional de Científicos de los Estados Unidos.
Que hay mucha responsabilidad de las grandes corporaciones, de enormes industrias y cadenas comerciales, es innegable, pero ello no nos evade de asumir nuestra responsabilidad en el plano individual.
Por eso en el Partido Verde hemos impulsado leyes desde el Congreso de Oaxaca como la Ley de Protección Ambiental para comenzar a poner en orden las prioridades. Sin planeta no hay política y por eso nosotros vamos primero por el planeta, luego por la inclusión social y después por la política dejando para el final lo que electoralmente podamos cosechar para seguir existiendo como organización que incentive la protección del medio ambiente.
Según el Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC), la temperatura promedio del planeta incrementó alrededor de 1.3°F (0.75ºC) en el siglo XX y va a incrementar de 3 a 7°F (2 a 4ºC) más en este siglo.
Pero ¿Cuáles son los efectos del calentamiento global? Al cambiar los patrones de clima las temporadas de lluvia, sequía, verano e invierno se hacen cada vez menos predecibles. Ello trae como consecuencia que tormentas y huracanes se hagan más fuertes, que las enfermedades transmitidas por insectos sea hagan más comunes, que los alimentos básicos se encarezcan por los costosos imprevistos que se provocan en el campo; se reduce la biodiversidad; aumenta el nivel del mar ante el derretimiento de los glaciares, poniendo en peligro las islas y las zonas costeras.
El calentamiento global es la consecuencia de nuestro estilo de vida. Con pequeñas acciones, igualmente multiplicadas por millones podremos hacer algo por nuestra casa común y en el Partido Verde queremos poner nuestro granito de arena.
Hay que reducir nuestra huella de carbono, reduciendo nuestro consumo de energía y hay que promover el comunitarismo. Si fortalecemos los vínculos de solidaridad en nuestras comunidades aminoraremos el estrés que el calentamiento global, la globalización y las crisis económicas provocan y seremos más fuertes.
Nunca serán demasiados los esfuerzos que encaminemos para promover un cambio. Todo lo que hagamos por el planeta desde nuestras colonias, barrios, ciudades, estados y países, lo estaremos haciendo por las próximas generaciones que no deben pagar culpas ajenas.
Hagamos conciencia, alcemos la voz y salvemos al planeta.
*Delegado Nacional del Partido Verde Ecologista de México para el estado de Oaxaca